Localización:
Entre los confines de os términos municipales de Alicante y San Juan, existe una zona denominada la Partida de la Condomina, zona de huerta antigua que en la actualidad ha sido absorbida casi en toda su extensión por las modernas urbanizaciones de la Playa de San Juan, y en la que existen una veintena de torres vigía y de defensa, muchas de ellas abaluartadas, en muy distintos grados de conservación. Algunas desaparecidas por completo; otras en estado se semirruina y las más, afortunadamente, en un excepcional estado de conservación. Son las llamadas "Torres de Huerta", con un alto interés cultural e hostórico de Alicante, como es el caso de la presente Torre de la Media Libra, también llamada Torre de la Mitja Lliura.
Localización en Google Maps
Vista de la Torre de Media Libra en Google
Su ubicación exacta se encuentra entre la
playa de la Albufereta y el conocidísimo Tossal
de Manises, antiguo asentamiento ibero-romano de esta parte de Alicante. Está
situada en el Camino del Ciprés, concretamente en la Calle Partida de la Condomina, 23 C, muy cerca de la Torre de los Tres Olivos y de
la Torre Placia, que queda al este de ella.
Localización en el mapa topográfico
Actualmente existe un proyecto auspiciado por diversos estamentos públicos y privados, tales como el Ayuntamiento de Alicante y otros colectivos ciudadanos, que pretender realizar un recorrido a la veintena de torres, realizando un carril bici/peatonal para poder visitarlas y que durará entre las 2 horas en bicicleta y las 4 horas haciéndolo a pie. La Torre de la Media Libra estará incluida en el itinerario.
Itinerario de las Torres de la Huerta en San Juan
Ubicación de la Torre de Media Libra en el itinerario
Historia:
La partida de la Condomina se ha
caracterizado, ya desde época lejana, por el establecimiento de población en
numerosas villas dispersas, que en la mayoría se mantienen en la actualidad y
que se comenzaron a construir tras la desaparición de la ciudad romana del
Tossal de Manises.
Algunas, más cercanas al mar, tenían como misión formar una red de alerta rápida para dar aviso de la proximidad de los enemigos al castillo más cercano, que en este caso sería el de Santa Bárbara. Otras, situadas más al interior, formarían parte integrante de la masía a la que pertenecían, haciendo que la defensa se realizase de forma autónoma, basada en una gran torre de recia construcción en la que los miembros de la misma se refugiasen de los ataques hostiles.
Algunas, más cercanas al mar, tenían como misión formar una red de alerta rápida para dar aviso de la proximidad de los enemigos al castillo más cercano, que en este caso sería el de Santa Bárbara. Otras, situadas más al interior, formarían parte integrante de la masía a la que pertenecían, haciendo que la defensa se realizase de forma autónoma, basada en una gran torre de recia construcción en la que los miembros de la misma se refugiasen de los ataques hostiles.
En cualquier caso, no hay que olvidar que el
margen de las tensiones entre comunidades cristianas y musulmanas después de la
expulsión de los moriscos a principios del siglo XVII, los factores de
inseguridad se mantuvieron hasta algunos siglos después. Los ataques
berberiscos a la costa alicantina se mantuvieron hasta bien entrado el siglo
XVII y, posteriormente, la amenaza de la flota de guerra francesa estuvo
presente durante la Guerra de los Treinta Años. Además, el bandidaje, oculto en
las cercanas montañas alicantinas, también tuvo su incidencia en el
mantenimiento de estas casas fortificadas.
Son pues, un excelente ejemplo de arquitectura
militar-defensiva adaptada a las circunstancias sociales de estos siglos y se
tiene conocimiento de que al menos existieron unas 30 torres, de las cuales
muchas de ellas, las 26 que presentamos
aquí, están debidamente catalogadas, mientras que otras han desaparecido por
completo, como la Torre Maimona, la Torre Teresa o la Torre de Rizo.
Su construcción data de la segunda mitad del siglo XVI, en función del talud de la base.
Escudo de la ciudad de Alicante
Estado
actual:
El conjunto arquitectónico de la Torre de la
Media Libra, también conocida como “La
Granja” se ubica en el Camino de la Playa de San Juan, en la zona de La
Condomina, estando constituido por dos elementos separados: la torre y la casa. Muy cercana a ella se encuentran también la Torre y Ermita del Ciprés. Es de propiedad privada y el conjunto casa-torre está en la actualidad habitado.
Se denomina así por el apodo del anterior propietario de la finca hasta el año 1.954, que se conocía como "el tío Mitja Lliura". La parcela no se ha visto todavía afectada por los nuevos planes urbanísticos, y parece una "isla" entre las urbanizaciones modernas, sensación que se mantiene por el acceso a la torre y casa mediante el antiguo camino de tierra, donde aún son visibles las grandes losas que cubren el paso de los canales de riego antiguos. Frente al conjunto queda una parcela con pinada que seguramente correspondería al antiguo jardín del mismo.
La torre es de planta rectangular, con base en talud formando un plinto troncopiramidal, dos plantas y terraza. Está exenta de la vivienda, lo cual permite apreciarla en su totalidad. La entrada es por el oeste, ya que en esta parte de la fachada no existe el talud, y se accede mediante una puerta estrecha franqueada por dovelas que forman un arco de medio punto situada en el nivel del semisótano. Éste tiene una anchura de tres metros en su base y medio metro al iniciar los muros de la torre. Éstos están reforzados por sillares en los ángulos, con cincho de atado y manpostería irregular en el resto.
La piedra de la fábrica procede de la Serra Grossa. Los muros están formados por la piedra en el exterior, ripio intermedio por donde puede entrar el agua de lluvia y generar grietas, y revestimiento de arena y cal en su interior. En la fachada sur se aprecian diversos agujeros al finalizar el talud, y según algunos autores, se puede tratar del mismo caso que el de la Torre de Sarrió, que los atribuyen a disparos por fusilamientos a principios del siglo XIX.
El sótano es abovedado, y desde él nace una escalera de helicoidal que sube hasta la terraza superior. Se da la circunstancia de que en la segunda planta se hallan unos grafittis de embarcaciones. En sus fachadas se aprecian aspilleras cegadas y diversos vanos posteriores (ventanas, antigua puerta e indicios de escalera). La parte superior de la torre carece de remate, sin cornisas ni almenas.
En cuanto a la vivienda siempre ha estado separada de la torre. Tiene una gran puerta de entrada con arco de medio punto y dovelas. En su interior tiene el "pou del cel". El arco del vestíbulo ha quedado cortado a la vista al situar una segunda planta. La planta baja comunica con la bodega y el establo. Disponía asimismo de una gran balsa para el riego y un pozo para la extracción de agua de nacimiento, procedente de la capa freática del subsuelo.
No hace mucho tiempo que los actuales dueños de la finca han realizado unas obras de ampliación en la vivienda, utilizando el espacio que quedaba entre ella y la torre, por lo que en la actualidad el conjunto parece que sea una sola unidad.
Se denomina así por el apodo del anterior propietario de la finca hasta el año 1.954, que se conocía como "el tío Mitja Lliura". La parcela no se ha visto todavía afectada por los nuevos planes urbanísticos, y parece una "isla" entre las urbanizaciones modernas, sensación que se mantiene por el acceso a la torre y casa mediante el antiguo camino de tierra, donde aún son visibles las grandes losas que cubren el paso de los canales de riego antiguos. Frente al conjunto queda una parcela con pinada que seguramente correspondería al antiguo jardín del mismo.
La torre es de planta rectangular, con base en talud formando un plinto troncopiramidal, dos plantas y terraza. Está exenta de la vivienda, lo cual permite apreciarla en su totalidad. La entrada es por el oeste, ya que en esta parte de la fachada no existe el talud, y se accede mediante una puerta estrecha franqueada por dovelas que forman un arco de medio punto situada en el nivel del semisótano. Éste tiene una anchura de tres metros en su base y medio metro al iniciar los muros de la torre. Éstos están reforzados por sillares en los ángulos, con cincho de atado y manpostería irregular en el resto.
La piedra de la fábrica procede de la Serra Grossa. Los muros están formados por la piedra en el exterior, ripio intermedio por donde puede entrar el agua de lluvia y generar grietas, y revestimiento de arena y cal en su interior. En la fachada sur se aprecian diversos agujeros al finalizar el talud, y según algunos autores, se puede tratar del mismo caso que el de la Torre de Sarrió, que los atribuyen a disparos por fusilamientos a principios del siglo XIX.
El sótano es abovedado, y desde él nace una escalera de helicoidal que sube hasta la terraza superior. Se da la circunstancia de que en la segunda planta se hallan unos grafittis de embarcaciones. En sus fachadas se aprecian aspilleras cegadas y diversos vanos posteriores (ventanas, antigua puerta e indicios de escalera). La parte superior de la torre carece de remate, sin cornisas ni almenas.
En cuanto a la vivienda siempre ha estado separada de la torre. Tiene una gran puerta de entrada con arco de medio punto y dovelas. En su interior tiene el "pou del cel". El arco del vestíbulo ha quedado cortado a la vista al situar una segunda planta. La planta baja comunica con la bodega y el establo. Disponía asimismo de una gran balsa para el riego y un pozo para la extracción de agua de nacimiento, procedente de la capa freática del subsuelo.
No hace mucho tiempo que los actuales dueños de la finca han realizado unas obras de ampliación en la vivienda, utilizando el espacio que quedaba entre ella y la torre, por lo que en la actualidad el conjunto parece que sea una sola unidad.