miércoles, 28 de enero de 2015

Poblado Amurallado del Portitxol (Monforte del Cid) CA-382



Localización:

 El Poblado Amurallado de Portitxol se encuentra situado a unos 3 km. al este de la población alicantina de Monforte del Cid, en la comarca del Vinalopó Mitjá.


Localización del yacimiento en Google Maps

 Se localiza en uno de los cerros de la Sierra de la Pedrera, a la derecha del famoso Toro de Osborne situado en el puerto de El Portitxol , en dicha sierra, y del que toma el nombre el poblado. Hay un camino rural que, desde la gasolinera situada en la autovía en dirección a Alicante, se dirige paralelo a ella hacia la base de la sierra, donde esté el citado toro de Osborne. Desde aquí accedemos al poblado por un camino forestal que recorre la cumbre.




Accesos al yacimiento de El Portitxol

Localización del yacimiento en el mapa topográfico

Historia:

 Los primeros poblamientos en Monforte del Cid se adscriben al Bronce tardío, y prueba de ello es el presente poblado amurallado situado en el Portitxol, correspondiente a un “castrum” de dicha época prehistórica, por los restos cerámicos encontrados en las inmediaciones del mismo.



Distribución del yacimiento ( según Julio Asunción)

 No existen indicios de asentamientos íbero-romanos en el término municipal, y no es hasta la época islámica cuando se tienen noticias de las primeras construcciones almohades en Monforte del Cid, como es la Torre vigía árabe ( ver ref. CA-198 en este Blog) y el Castillo árabe de Nompot, actual iglesia parroquial de la localidad ( ver ref. CA-006 en este Blog ), construidos en el siglo XIII.

 Tras la toma de la localidad por Jaime I el Conquistador, el castillo fue transformado en fortaleza feudal y más tarde en recinto abaluartado.

Será este contexto de obras y reformas del principios del siglo XIV donde haya que adscribir el muro de tapial, enmascarado por un muro abaluartado realizado en el siglo XIII, e identificado por C. Navarro Poveda como obra islámica.

 Estas obras tendrían continuidad a lo largo del siglo XIV, en el contexto de la Guerra de los Dos Pedros, cuando Pedro IV, tras conquistar el Castillo de Guardamar por los aragoneses (1.362 ), ordena que se derriben los castillos de Aspe (Castillo del Río) y Nompot, ya que no confiaba en su seguridad y no quería que cayesen de nuevo en manos castellanas. A pesar de tal orden, no llegó a ejecutarse el derribo por la negativa del infante Fernando, señor de ambos lugares. Posteriormente, el monarca aragonés ordenó la reconstrucción del castillo, gravemente afectado durante la guerra con Castilla.

 Adscrito a la jurisdicción de Alicante, y tras conceder a Nompot rango de universidad, le fue cambiado el nombre por el de Monfort en 1.490, y entre 1.500 y 1.517 se aprovecharon los espacios del castillo para erigir el templo parroquial. Durante dos siglos y medio permaneció en uso, conviviendo con el templo cristiano, con sus mantenimientos correspondientes, y formó parte del dispositivo defensivo frente a los ataques piratas en la costa levantina.

 En mayo de 1.550, tras los ataques del berberisco Dragut contra varias poblaciones costeras, el consell de Monfort dispone que se formen cuadrillas para hacer las rondas nocturnas en la población, mientras otras lo hicieran en las huertas, quedando una guarnición permanentemente en el castillo. También se dio orden de controlar a la población morisca de la ciudad.

 Durante los años comprendidos entre 1.597 y 1.618, debieron ejecutarse nuevas obras de mantenimiento tras la visita de la inspección del reino para ver en que estado se encontraba la fortaleza y el recinto adyacente. Cuando las amenazas turcas y berberiscas desaparecieron, el castillo entró en un periodo de pérdida de su funcionalidad y abandono durante gran parte del siglo XVII, estado que conllevó para remozar las instalaciones eclesiásticas, culminando con la construcción del Camarín de la Purísima Concepción en 1.729, lo que llevó a la destrucción casi total de los restos del castillo y del edificio gótico del siglo XVI que correspondía a la primitiva iglesia del recinto.



Escudo de la población de Monforte del Cid

Estado actual:

 El Poblado Amurallado de El Portitxol es un asentamiento humano de la época tardía de la Edad del Bronce (II milenio a.C.), que se encuentra en un estratégico cerro de fácil defensa.

 Es un buen ejemplo de asentamiento de esta edad, donde se buscaban cerros o cabezos en los que la orografía del terreno facilitaba la defensa del mismo. Éste se encuentra a unos 330 m. s.n.m., levantándose 60 m. sobre el valle y a 30 m. sobre el collado que une el cerro con la Sierra de la Pedrera, a unos 3 km. del río Vinalopó.

 El poblado se encontraba en las laderas norte y noroeste de la cima del cerro y apenas quedan restos constructivos, salvo algunos de sus murallas. Debemos pensar que muchas de sus estructuras serian de fábrica de barro y adobe y que, por ello, no han llegado hasta nosotros en la actualidad.

 También es muy probable que la zona más baja del cerro se utilizara como un “antecastrum”. Éste facilitaría la defensa del poblado, haciendo que los atacantes se vieran “entre dos fuegos”, con defensores atrincherados en dicho antecastro y otros defendiendo desde la cima donde se encontraba el poblado.

 En las laderas de la loma que cae hacia la explanada, donde se encontraría el “redil para el ganado”, se aprecian piedras de derrumbe de los lienzos de muralla que aumentaban la defensa de entrada al poblado. También se observan algunas hiladas de piedras formando muros defensivos. A media ladera de la vertiente norte también se aprecian derrumbes de la antigua muralla que protegió este flanco del poblado.

 El gran muro que se encuentra en el antiguo búnker de la la Guerra Civil espeñola , cercano al poblado, está construido en piedra seca con elementos de grandes dimensiones, siendo éste seguramente la primera línea defensiva del poblado, que también protegía el redil del ganado que se encuentra inmediatamente superior a él.


Bunker de la Guerra Civil del Portitxol. Detrás, el poblado.

 Cercanos al yacimiento existen dos estructuras semicirculares que podrían haber sido puestos de vigilancia hacia el este del poblado, es decir, la zona de costa. También pudieran haber sido estructuras para algún tipo de ritual de los habitantes del poblado, como sucede en otros "castros" de la península. Además, el hecho de estar orientadas al este, a la salida del Sol, refuerza esta teoría por el simbolismo que encierra.

Estructuras semicirculares en las cercanías del poblado

 Aparte de la gran cantidad de restos cerámicos que se hallan esparcidos por la parte baja del poblado, y de los que hemos podido recoger algunos de ellos, se han hallado piezas metálicas, entre las que destacan un puñal de bronce y un molde de fundición, que acredita la posible existencia de una cierta actividad metalúrgica en el poblado.

 Es este poblado de El Portitxol uno de los muchos yacimientos que acreditan al Valle del Vinalopó Medio como una zona de gran riqueza arqueológica.

BIBLIOGRAFIA:  

Gabriel Segura Herrero y Fco. Javier Jover (1.993) : “El asentamiento del Portitxol (Monforte del Cid, Alicante). Contribución al estudio del Bronce Tardío en la cuenca del Río Vinalopó”. ALEBUS 2-3. Cuadernos del Museo Arqueológico Municipal de Elda.

Galería fotográfica:


Vista del Yacimiento del Poblado amurallado del Portitxol
















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