jueves, 5 de septiembre de 2013

Castillo de Castalla (Alicante) CA-005



Localización:

 El Castillo de Castalla está situado sobre un cerro que domina la población y que se encuentra a unos 780 m de altitud s.n.m.. Castalla es un municipio alicantino que se ubica en el centro de la comarca de L´Alcoiá.

Localización en Google Maps

Vista del Castillo de Castalla en Google


    Para acceder al castillo debemos dirigirnos a la parte antigua de la población y llegar a la Iglesia de la Sangre, la más antigua de la localidad. 

   Un camino serpenteante por el cerro a través del antiguo barrio musulmán nos lleva hasta la entrada del recinto del castillo. Las visitas previstas para el año 2.019 son las siguientes:



NOTA: Recordad que hay que hacer RESERVA PREVIA al telefóno o al e-Mail que se indica SIEMPRE para realizar la visita.

Situación en el mapa topográfico

Vista general del Castillo de Castalla

Entrada a la fortaleza

Historia:

 El Castillo de Castalla siempre se ha caracterizado por mantener una posición de gran importancia estratégica en todos los conflictos bélicos en los que ha intervenido. Sus orígenes son remotos e inciertos, y se sabe que su cimentación original es de época íbera y romana, por los vestigios arqueológicos encontrados, y fue habitada la zona desde el siglo II a.C. hasta entrado el siglo V d.C.

 El castillo como tal se remonta al siglo XI con la ocupación del territorio por los musulmanes, que levantaron en el carro una fortificación de la que apenas quedan restos, ya que la mayoría de las construcciones corresponden a los siglos XIV y XV, ya en época cristiana. En 1.245, Jaime I cambia a Ximén Pérez D´Arenós, yerno del rey musulmán de Valencia, Abu Zayd, el castillo por las poblaciones valencianas de Cheste y Villamarchante, y es ocupado sin resistencia y anexionado al Reino de Valencia.

 Tras el Tratado de Almizra, el castillo fue adjudicado de nuevo al penúltimo rey musulmán de Valencia, Sid Abu Said, aliado d Jaime I el Conquistador. En esta coyuntura, el Castillo de Castalla volvió a tener una gran importancia estratégica al ser pieza clave en la defensa de la frontera sur del reino valenciano.

 A la muerte del rey Jeime I, siendo ya rey Pedro I, en 1.276 se confió su custodia a D. Ximén Pérez de Calahorra. En 1.284, Pedro I realiza las primeras obras de restauración y ampliación, que fueron continuadas por Jaime II. En 1.311, éste lo cambia por territorios catalanes a D. Bernardo de Cruilles, pero la operación se deshace 5 años después, en 1.316.
 El 20 de septiembre de 1.362, el rey de Aragón Pedro IV el Ceremonioso se lo entrega, junto a la población, al noble D. Ramón de Vilanova i Lladró, creando la baronía de Castalla. Sucesivamente pasó a manos de sus herederos, Dª María y D. Ramón Lladró y se vinculó al marquesado de Dos Aguas. Es en estos tiempos del siglo XIV cuando se construyen el Palacio y el Patio de Armas. La Torre Grossa ó Torre del Homenaje fue la última construcción en el año 1.579 , como refuerzo y vigía ante los ataques de los piratas del norte de África.

 En la Guerra de Sucesión a la corona de España (1.701-1.713), la comarca toma partido por el bando de Felipe V de Borbón, y el castillo pasa a ser almacén de alimentos para las tropas de éste. Al acabar la contienda, el reyb Felipe V concedería a la villa de Castalla en 1.730 el título de Muy Noble, Fiel y Leal. Posteriormente, en 1.890, la Reina Mª Cristina, en nombre del rey Alfonso XIII, le concedería el título de Ciudad.

 Durante la Guerra de la Independencia, el castillo sirvió de escenario a importantes acciones bélicas. El 21 de julio de 1.812, las tropas francesas tomaron la población y el castillo tras derrotar a las tropas comandadas por el general O´Donnell que se habían hecho fuertes en el castillo. Posteriormente, el 13 de abril de 1.813, los franceses fueron derrotados por las tropas que mandaba el general español Francisco Javier Elio, bajo el mando del capitán general de las tropas españolas, el general Wittingham. Esta retirada de las tropas francesas de Castalla inició la retirada general en la Comunidad Valenciana.

 El castillo pasó a manos de la descendiente del marquesado de Dos Aguas, Dª María Dasí Puigmoltó, la cual, ante el lamentable estado que presentaba el monumento, lo donó a la iglesia parroquial de Nª Sra. de la Asunción, y posteriormente, pasó a manos del Excmo. Ayuntamiento de Castalla.


Vista del castillo antes de su reconstrucción



Escudo de la población de Castalla

Estado actual:


Plano del Castillo de Castalla

 Dominando el actual núcleo urbano de Castalla desde un estratégico crestón calizo a unos 780 m de altitud, encontramos los restos de este castillo que no hace muchos años ha podido finalizar su proceso de restauración y puesta en valor, convirtiéndose en uno de los monumentos referentes de la comarca alicantina de L´Alcoià, a la que pertenece Castalla. El proceso de intervención sobre la fortificación dio comienzo en 1.985, cuando el Ayuntamiento inició los trámites, alcanzando un acuerdo con la Generalitat Valenciana, dentro de la política de rehabilitación de los monumentos más relevantes del territorio valenciano.

 El estudio previo a la restauración del castillo fue encargado al arquitecto alicantino Marius Beviá García, con asesoramiento científico del arqueólogo Rafael Azuar Ruiz, donde se establecieron los primeros criterios y el plan de trabajo de la futura puesta en valor de este monumento singular. En las fases de intervención arqueológica intervinieron los arqueólogos José Luis Menéndez Fueyo y José Ramón Ortega Pérez. Finalmente, la fase de interpretación y musealización corrió a cargo del técnico municipal José Antonio Mira Rico, quien desde entonces sigue las tareas de adecuación, mantenimiento y crecimiento del patrimonio existente en el cerro del castillo.

 El castillo está formado por un recinto amurallado que protege el núcleo edilicio, con una superficie de unos 1.840 metros cuadrados, que comprende el Palau, una “domus maior” de carácter residencial, pero dotada de impresionantes soluciones defensivas, y la llamada Torre Grossa, o Torre Grande, una obra construida en un momento posterior y que preside el vértice de la cresta rocosa donde se asientan los restos del castillo. El recinto amurallado enlaza ambos extremos, generando un espacio interior que conocemos como Patio de Armas, dedicado a ubicar diversas estancias y un aljibe de bóveda de cañón, reforzado por dos arcos de mampostería en la boca del pozo. La muralla del frente este, parte de la llamada Torre Prima hasta llegar a otra de planta semicircular y macizada hasta una primera altura. Aún se conservan en la crestería del lienzo algunos de sus merlones, presentando la particularidad de que las aspilleras están bajo la línea de éstos. En cambio, la muralla del frente este contiene la puerta de acceso al castillo, compuesta de un arco de medio punto en el exterior y de arco rebajado en el interior, de sillería bien labrada, con marcas de cantería. En su parte superior quedan restos de un matacán que batía verticalmente el acceso al interior.

 Pero sin duda, el gran edificio de esta fortificación es el Palau, situado en la parte norte del castillo, una construcción inspirada en las “domus maior” documentadas entre los finales del siglo XIII y la primera mitad del siglo XIV (Menéndez Fueyo, 2011). El edificio presenta una planta trapezoidal con torres en tres de sus ángulos y con cuerpos de habitaciones organizadas alrededor de un patio central donde existe un aljibe con un sistema de canalizaciones para captar el agua de lluvia. Está organizado de tal manera que permite una defensa compartimentada e independiente de cada planta, un hecho muy interesante bajo el punto de vista castellológico. El tránsito comienza desde la puerta de entrada, en el frente sur, con un sistema de acceso nada convencional, con un largo pasillo con doble recodo protegido por troneras de cruz y orbe hacia el exterior y una aspillera con deriva interna, creado con la clara idea de dificultar la intrusión violenta de los enemigos. Una vez traspasado el acceso, nos encontramos en el patio del palacio, situado a la altura de los semisótanos. El acceso a las plantas superiores también está compartimentado, debiendo recorrer cada planta para acceder al único acceso a la planta superior, lo que permite compartimentar cada planta del edificio y retardar la toma del mismo.

 La buena conservación de los restos del edificio, donde en algunas zonas aún existían las techumbres originales, ha permitido confirmar que el Palau constaba de planta baja, planta principal y piso, con forjados de viguetas de madera y de bóvedas de aristas tabicadas de ladrillo. La planta baja es de poca altura, pudiéndose ver los arranques de los forjados de la principal a una altura que oscila alrededor de metro y medio. En dicha planta deberían de encontrarse las dependencias dedicadas a la tropa y servicio con las caballerizas ycuerpo de guardia, situados en el frente norte y la zona de comedor-cocina, dotada de una chimenea ubicada en la estancia oeste, donde se encuentra un gran depósito de planta cuadrangular y gran profundidad que actúa como leñera.

 El acceso a las habitaciones del primer piso se realiza por medio de una escalera de caracol situada en la Torre Prima y con su arranque desde la sala con funciones de comedor-cocina. Estas habitaciones de una altura de unos cuatro metros, presentan ventanas al patio de grandes dimensiones, de las que han quedado sólo los restos de una. Sus cubiertas eran inclinadas sobre forjado de viguetas de madera, con inclinación hacia el patio interior. Sólo la gran sala situada en el ala norte presentaba una cubierta formada por una bóveda de cañón. La torre situada al noroeste del Palau es de planta rectangular, y parece ser de una fábrica de época anterior, partiendo de la cual se ha organizado el edificio como demostró la actuación arqueológica del año 1.997. La Torre Prima, situada al suroeste, es de planta circular, y parace construida con el doble objetivo de defender el castillo y el Palau, ya que sus troneras miran hacia el interior y al exterior. Se accede a ella por un arco de medio punto que sirve para acceder a la escalera de caracol, que accede hasta la cubierta de la torre, donde en el remate se halla el adarve que aún conserva algunas almenas aspilleradas, ubicadas en el frente oeste.

 Por último nos queda la Torre Grossa, situada en el extremo sur del recinto a unos 770 m de altitud, siendo de planta circular, a la que se accede por una puerta en arco de sillería en medio, con dos plantas diferenciadas, comunicadas entre sí por una escalera de caracol a la que se accede por un pequeño pasillo situado a la entrada que dirige a una poterna (Azuar Ruiz,1995). La planta baja presenta cuatro troneras dispuestas ortogonalmente, y está cubierta por una bóveda semiesférica, resuelta con encofrado de cañas. La sala del primer piso parece que es una zona residencial, aunque con funciones defensivas, que está cubierta con una bóveda de media naranja. Por la escalera de caracol se accede a la cubierta, que está coronada por merlones aspillerados. Esta torre, a diferencia que el resto del castillo, presenta algunos elementos de intención artística, como una gárgola, una ventanilla con arco conopial y un escudo sobre el dintel de la ventana de la planta superior que mira al sudoeste (Beviá García,2010).

 En cuanto al origen de la edificación es innegablemente islámico, fechado en el siglo XI, es decir de época taifal, gracias a la aparición de cerámicas de esta época, así como un dirham de la Taifa de Valencia, fechado entre 1.051 y 1.060. Posteriormente fue rehabilitado en época almohade, donde seguramente hubo una ampliación del recinto fortificado. Sin embargo, la más amplia documentación proviene de los tiempos posteriores a la toma cristiana, cuando Castalla aparece referenciada en el texto del Tratado de Almizra de 1.244, así como que su primer señor sería Zayd Abu Zayd con anterioridad al año 1.251, hasta que en 1.259 pasó a ser patrimonio real de la Corona de Aragón como enclave de frontera (Azur Ruiz,2010). A partir de aquí, comienza un periodo de unos 100 años en los que los documentos revelan el ritmo cambiante de los alcaides del castillo, hasta que en el año 1.362, el rey Pedro IV ordena a Ramón de Vilanova, al que hacía poco había concedido el señorío de Castalla, haga las obras necesarias para que fuera defendido. Fue él mismo el que ordenó la construcción de la residencia palaciega en la cercana Onil ( el Palacio del Marqués de Dos Aguas), aunque no fue éste quien la construyó, sino que fue muchos años despues morador de la misma.

 todo ello confirma que el Palau del castillo y buena parte del los restos que vemos en la actualidad fueron levantados en la segunda mitad del siglo XIV - reinado de Pedro IV - y la primera mitad del siglo XV - reinado de Enrique IV - coincidiendo con la tenencia de la familia Vilanova, quien pacta con la corona de Aragón la cesión del castillo y las tierras a cambio de que él sufrague los gastos de reconstrucción y ampliación. De esta forma, la corona aragonesa, como en otros casos, rearma y pone en funcionamiento algunas de sus fortificaciones de la frontera con Castilla sin coste alguna para ella. En 1.585, mediante pleito entablado por la villa ante la Audiencia de Valencia, incorpora la villa y castillo al patrimonio real. El castillo fue también testigo de las dos batallas entre el ejército aliado contra el invasor francés en la Guerra de la Independencia a principios del siglo XIX, cuando el general Delors estableció  su cuartel general de las tropas galas en Castalla, sin llegar a utilizar el castillo debido al pésimo estado en que se encontraba en aquellos momentos.

Zona del Palacio: Habitación interior

Patio de Armas

Torre del Homenaje (Torre Grossa)

Terraza y la Torre Prima
  
Galería Fotográfica:


Vista de las almenas de la muralla

Entrada al cuerpo de guardia

Entrada a la Torre Prima

Vista de la terraza y patio inferior (Antiguo aljibe)

Vista panorámica del Castillo de Castalla

Vista aérea

Vista nocturna con el castillo iluminado


























































Visita nocturna el 21-07-16:














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