lunes, 24 de febrero de 2014

Fortificación Califal del Castellar de Morera (Elche) CA-271



Localización: 

 La Fortificación denominada Castellar de la Morera se encuentra situada al norte de la ciudad de Elche, capital de la comarca alicantina del Baix Vinalopó, y a la que el arqueólogo francés Pierre Guichard asimila con la antigua fortaleza de época califal de "Al-´Askar".

Localización en Google Maps

Vista de la Fortificación en Google

Elementos de la fortificación

Recinto de la fortificación

 Su amplio emplazamiento de unas 11 hectáreas de superficie se encuentran localizadas al norte del Pantano de Elche, cubriendo un amplio espacio de la ladera occidental de la sierra que cierra el pantano por levante. Fue estudiada a principios del siglo XX por el erudito ilicitano Pedro Ibarra, aunque los primeros datos fueron realizados por Cristóbal Sanz en el año 1.621.

 El acceso a la fortificación se realiza desde las inmediaciones de la presa del Pantano de Elche, el frente meridional, ya que la suave pendiente nos permite acceder a la misma de manera mucho más cómoda. Se encuentra en las últimas estribaciones occidentales de la Sierra del Tabayá, y con una altitud máxima de 278 m.s.n.m.., en la margen izquierda del río Vinalopó.



Vista panorámica del Castellar de la Morera

Localización en el mapa topográfico

Historia:

 Cuentan los códices antiguos que tras la invasión árabe a la Península Ibérica, éstos llegaron a las cercanías de los territorios actuales de Elche y fundaron la primera medina en forma de campamento militar, al que se denomina "al-´askar", palabra árabe que precisamente significa "campamento". Ello debió suceder a finales del siglo IX o comienzos del siglo X.

 Se trataría, pues, de una de las primeras fortificaciones árabes de la época califal, que dependía de la kura de Tudmir, ubicada en Orihuela.



Mapa de Alicante en la época califal (siglos IX -X)

 Tras ello, crearon una medina en lo que actualmente es la ciudad de Elche, construyendo los diversos recintos fortificados que en ella se encuentran en la actualidad.

Las murallas de Elche se enmarcan en la delimitación que hicieron los almohades a finales del siglo XI y principios del siglo XII para fortificar los alrededores de su primera alcazaba, que llevó pareja la construcción de sus diversas torres.

 De esta forma edificaron una bella ciudad  a ambas riberas del Rio Vinalopó, abastecida por una Acequia Mayor y en cuyos aledaños se cultivaron palmeras, tan apreciadas por estos pueblos dominadores del Norte de África, así como la vid. De ambos cultivos, los musulmanes producían dos de sus más preciados manjares: las pasas y los dátiles. De hecho, el Palmeral de Elche, considerado como Patrimonio de la Humanidad, tiene sus orígenes en estas plantaciones de palmeras de la época almohade.

 Se disponía en la ciudadela de unas Baños Árabes, situados en lo que hoy es el Convento de las Clarisas, en la antigua calle Mayor. Se creé que en el solar de lo que hoy es la basílica de Santa María, se encontraba una mezquita aljama sobre la que se construyó la misma.

 En el año 1.621, una crónica del historiador Cristóbal Sanz hace una descripción detallada de todo el recinto amurallado y de las torres, indicando de manera bastante precisa su recorrido y características. Según Sanz, la cerca de la ciudadela, almenada y construida en tapial, tenía un perímetro de mil cuatrocientos pasos y estaba dotada de barbacana y foso. La describe como una de las murallas más grandes del reino, con ocho grandes torreones más dieciséis torres pequeñas, a las que hay que sumar las ocho de la barbacana. Un total de 32 torres, entre las que destaca La Calahorra.

 Con el fin de la era visigoda, los habitantes de la antigua Íllice ( La Alcudia de Elche) se trasladaron a los actuales terrenos que ocupa la ciudad antigua de Elche, y tras la invasión musumana, fue sometida al Islám con el resto del territorio de Tudmir, al que pertenecía, hasta la Reconquista por Jaime I, quien consiguió la plaza para Castilla por las Capitulaciones de Alcaraz del año 1.241 cuando el rey de Murcia se sometería al vasallaje del entonces infante Alfonso. Sin embargo, en 1.261 estallaría la sublevación musulmana en la región y por indicación del rey castellano, Jaime I tuvo que tomar de nuevo la ciudad, lográndolo en 1.265 y pasando a manos de caballeros aragoneses y catalanes.

 Durante el reinado de Fernando IV las tropas aragonesas, aprovechando la conflictiva situación interna de Castilla, tomaron posesión de la ciudad y tras posteriores acuerdos Elche quedaría incorporada al Reino de Valencia.

 Jaime II cedería la ciudad a su hijo Ramón Berenguer, cambiando su propiedad entre varios nobles hasta que, reinando Pedro el Ceremonioso, éste cedería la ciudad al condado de Barcelona hasta mediados del siglo XV.

 A principios de del siglo XVI, el problema de la presencia mudéjar en la ciudad adquirió una gran conflictividad, agravada por las incursiones berberiscas por la costa de Santa Pola. Principalmente famoso y notorio fue el saqueo de parte de la ciudad del pirata Barbarroja en el año 1.522. A principios del siglo XVII, en 1.609, los mudéjares fueron definitivamente expulsados de Elche.

 Durante la Guerra de Sucesión, Elche se declararía partidaria del archiduque Carlos y fue saqueada por las tropas de Felipe V, y durante la Guerra de la Independencia no se libró del saqueo de las tropas francesas del general Mombrun en el año 1.812, pese a disponer de un batallón de las tropas reales.

 Finalmente, en el año 1.871, el rey Amadeo de Saboya le concedió el título de Ciudad.




Escudo de la ciudad de Elche

Estado actual:



Plano general de la Fortificación del Castellar de la Morera

 El Castellar de Elche, conocido como el Castellar de la Morera, tiene sus crestas recorridas por una impresionante muralla de mampostería de la técnica de "piedra seca" en forma de cuadrilátero irregular de más de dos metros de anchura y hasta metro y medio de alzado conservado, que configuran un recinto defensivo cuyas dimensiones son de 158 metros en el lado sur; 260 metros en el noroeste; 348 metros en el norte, y 286 metros al este, con una superficie total de 480.000 m2.

 En la cota más alta del ángulo nordeste,se encuentra una plataforma regular que parece actuar de acrópolis, donde las recientes excavaciones llevadas a cabo por el MARQ y la Universidad de Alicante entre los años 2.007 y 2.009, ha permitido documentar junto a otras estructuras domésticas , un edificio de planta casi cuadrangular- popularmente conocido como “el Castillete”- con una superficie de casi 1.300 metros cuadrados, formado por nueve estancias en mampostería trabada y revocada en mortero de cal dispuestas en forma de “U” a las cuales se accedía desde un espacio abierto de aproximadamente 850 metros cuadrados que actúa como patio central, exceptuando el caso de la estancia de la esquina suroeste, que servía a modo de ingreso al edificio, con una doble puerta dotada de una pequeña cámara o cuerpo de guardia.

 Aún sin mostrar las características clásicas de una fortificación, conviene destacar  su singularidad topográfica, ocupando el punto más alto de la acrópolis y morfológica, debido a su amplia superficie y edificación, con la presencia de revocos, desagües y una acceso monumentalizado con doble puerta y estancia anexa.Ello permite considerar el edificio como una obra jerárquicamente significativa, como una estructura que domina el conjunto de edificios cercanos y el resto interior del asentamiento. Su diseño unitario y su más que posible diseño "ex novo", convierten a esta "casa grande" en una obra excepcional en el panorama arqueológico de al-Andalus.

 El Castellar de la Morera de Elche se ha venido interpretando como un poblado fortificado, construido sobre un antiguo refugio enriscado tardorromano, en los umbrales del siglo X y en el contexto poblacional resultante de la desestructuración de las redes de asentamientos en altura con posterioridad a la "fitna", del estilo de los localizados en El Monastil (Elda); El Zambo (Novelda); El Forat (Crevillente) o Els Castellarets (Petrer) (Gutiérrez Lloret, 1996). Sin embargo, las excavaciones llevadas a cabo han confirmado que se trataría de un auténtico poblado amurallado - un hïsn - de similar factura que el Castellar de Alcoy, el Cabezo del Moro o el Cabezo Soler, donde se aprovecha la superficie amesetada del cerro para edificar el área doméstica (Gutiérrez, Mnéndez y Guichard, 2008).

 Su origen se puede vincular a la política de consolidación del Estado Califal durante gran parte del siglo X como desenlace del paulatino grado de islamización que sufre el territorio durante los siglos VII y IX (Azuar Ruiz, 1994). En este sentido, este enclave podría identificarse con la desaparecida “ Madinat al-´Askar” - la ciudad campamento -, enclave recogido por el geógrafo oriental al-Ya´qubi en su obra Kitab al-buldan, fechada al final del siglo IX y por el valioso testimonio de la Yamhara o tratado de genealogía de Ibn Hazm, que localiza en los alrededores de Elche al linaje árabe de los Banu al-Sayh, descendientes de Muhammad Abd al-Rahman Al-Sayj al-Aslami, que se alzó contra el Califato de Córboba en las zonas de Valencia y Tudmir (Orihuela), al negarse a participar en la expedición a Pamplona del año 924, dirigida por el entonces emir Abd al-Rahman II, siendo sitiado en la ciudad de al- ´Askar. La sumisión de los Banu al-Sayh se zanjó temporalmente con la entrega de algunos de sus castillos y la obligación de establecerse en Alicante, si bien volvieron a rebelarse, siendo definitivamente sometidos en el ao 928, en la que caen las fortalezas de Callosa de Segura y Alicante, siendo los rebeldes llevados a Córdoba (Guichard, 2007).

 Tras su descubrimiento se hicieron en el año 2.007 unas primeras prospecciones arqueológicas en el yacimiento, en una campaña en la que intervinieron la Diputación de Alicante y la Universidad de Alicante, con un grupo multidisciplinar, y aunque no está totalmente probado, todo parece indicar que este lugar se corresponde con "al-´askar".

 En la actualidad esté previsto un gran despliegue arqueológico por parte de la Universidad de Alicante y los estamentos ilicitanos que lleven a aclarar definitivamente que este emplazamiento es lo que en principio se creyó era el primer asentamiento musulmán de Elche tras la invasión árabe.

 Las diversas campañas arqueológicas han exhumado diversos edificios en los que se trabaja incansablemente desde hace años. De las excavaciones se han obtenido diversos materiales andalusíes que no dejan lugar a dudas de la época califal de la fortificación, considerada, junto a las ruinas del Castillo del Castellar, en las cercanías de Alcoy, como algunos de los escasos y posibles primeros asentamientos islámicos en la provincia de Alicante tras la conquista de estas tierras.



Galería fotográfica:

Castellar de la Morera (Vista de la muralla)










Vista aérea de "El Castillete)






Cerámicas califales del Castellar de la Morera

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