sábado, 16 de agosto de 2014

Torre Árabe de Biar (Alicante) CA-341



Localización:

La Torre Árabe de Biar se encuentra en la localidad homónima, perteneciente a la comarca alicantina de L´Alt Vinalopó.


Localización en Google Maps

Vista de la Torre de Biar en Google

 Para acceder a sus antiguos restos es necesario llegar al casco histórico, donde en la Plaza de la Constitución se encuentra la Iglesia de la Asunción, cuya torre-campanario actual es la antigua torre árabe de la aljama de Biar en la dominación musulmana, bien defensiva o talvez el "minareta" de la posible mezquita de la población.

Localización en el mapa topográfico

 Historia:

  La población de Biar, famosa por su castillo, tuvo su fundación tras la conquista árabe del territorio en el siglo XII. Tras fundar la alquería, los almohades construyeron el castillo, del que actualmente sólo queda como resto importante su Torre del Homenaje, aparte de alguna otra dependencia, como el aljibe árabe. Como complemento al mismo, en la alquería fue fundada, ó bien una torre defensiva exenta ó posiblemente una mezquita con minarete. Esto último no está enteramente probado.

El nombre de dicha alquería era Al-bi´ar”, cuyo significado árabe es “ el pozo”, haciendo referencia a la abundancia de agua en sus alrededores en tiempos musulmanes. De este topónimo salió en nombre actual de la población.

 Pero lo que sí es seguro es que la actual torre-campanario de la iglesia parroquial tiene su origen en una u otra fábrica, como ha quedado demostrado por las excavaciones arqueológicas llevadas a tal efecto. Las primeras referencias escritas de la aljama de Biar, del siglo XII, dicen que era plaza fuerte dependiente de Játiva.

 Antes de su reconquista, y por ser tierra de continuos litigios entre aragoneses y castellanos, a finales del siglo XII, el 20 de marzo de 1.179, mediante el Tratado de Cazorla, se acordó que Biar marcaría el límite entre las zonas de expansión pactadas para el Reino de Castilla y la Corona de Aragón, y fue suscrito por el rey Alfonso VIII de Castilla y Alfonso II de Aragón.

 Años después, mediante el Tratado de Almizra del 1.244, se acordaría que la cercana Villena se adjudicase a Castilla, y Biar a la corona de Aragón. No obstante, las delimitaciones impuestas por los acuerdos no fueron permanentemente respetadas y se dio la circunstancia que tanto el infante Alfonso de Castilla como Jaime I traspasaron en ocasiones las hipotéticas fronteras pactadas. De hecho, el Tratado de Almizra supuso un intento de acabar con los enfrentamientos armados surgidos entre castellanos y aragoneses en los límites de sus demarcaciones. Se acordó una hipotética línea divisoria entre Biar y Busot, de tal forma que los castellanos dominaban el Sur y los aragoneses el Norte de la ficticia línea.

  Posteriormente se inició la campaña de Jaime I para la conquista del castillo. En principio se creyeron que la fortaleza iba a ser entregada voluntariamente por su alcaide Muza Almorávit; sin embargo, no fue así y el monarca se vió obligado a sitiarla durante medio año, hasta febrero de 1.245. Finalmente, y tras numerosas acciones bélicas, el castillo fue entregado sin más combates, pactándose que la población musulmana continuaría habitando la plaza conquistada.

 Biar era el bastión adelantado de la Corona de Aragón, pues estaba en territorio fronterizo, y su posición resultaba estratégicamente de gran importancia. Tal es así, que la posesión de la misma, junto con la de Játiva, permitió la conquista relativamente rápida de toda la región que se exctendía al Sur hasta la mismísima Murcia. Dada su relevancia, desde los primeros momentos Jaime I ordenó una rápida e inmediata reconstrucción y fortificación, aplicando, según dejo escrito el administrador del castillo D. Arnau de Montzó, varias partidas entre los años 1.260 y 1.265.

 Durante las revueltas moriscas encabezadas por Al-Azraq, la fortaleza de Biar fue una de las primeras en ser conquistadas por los sublevados. Como anécdota, se cuenta que el maestre de la Orden del Temple cayó prisionero con otros caballeros cristianos y confinados en la prisión del castillo, y lograron huir gracias a la ayuda de los propios musulmanes que los custodiaban.

 Biar fue siendo plaza predominante los años siguientes y se han documentado continuas reformas y restauraciones por los monarcas Pedro I de Valencia, Jaime II y Pedro II hasta finales del siglo XIV.

 En la Guerra de los Dos Pedros, librada entre Pedro I de Castilla y Pedro II de Aragón, la fortaleza de Biar volvió a ser objeto de acciones bélicas, pero a pesar de los intentos castellanos por tomarla, siguió bajo el dominio de la corona de Aragón.  Otros monarcas, como Martín el Humano y el propio Fernando el Católico, siguieron dotando de fondos a la fortaleza para su conservación.

 En la Guerra de la Independencia, la fortaleza siguió manteniéndose en una posición estratégica, librándose en sus inmediaciones numerosos combates con las tropas napoleónicas. A partir de entonces, y el igual que ocurrió en otras fortificaciones defensivas de la región, su importancia fue decreciendo, principalmente por la aplicación de nuevas armas artilleras que desde el siglo XIX se utilizaron de forma reiterada, cayendo paulatinamente en desuso.



Escudo de la población de Biar

Estado actual:

 La antigua torre árabe se ha demostrado que estaba hecha con un basamento de mampostería trabada con mortero de cal y arena, típica fábrica almohade, de la que no se tiene noticias sobre su altura y remate, aunque se supone que sería una torre exenta de defensa, ó el minarete de la posible mezquita mayor de Biar.

 Lo que sí se sabe, por el basamento descubierto, es que se trataba de una torre de planta cuadrada, muy similar a las construidas por los árabes en toda la provincia de Alicante, especialmente en el interior de la misma.

 Sobre este basamento, y tras la conquista cristiana, fue transformada en una torre defensiva premedieval, a la que posteriormente se le adosó la nave crucero de la actual Iglesia de la Asunción.

 Tiene planra cuadrada, de unos 4 m de lado, y se levanta sobre un plinto inferior de aproximadamente 1,80 m en mampostería interna y revestido con sillares. La torre está biselada en sus esquinas de los tres cuerpos o plantas de que dispone, que tienen una moldura clasicista en la separación entre ellas. En los dos biseles del primer tramo existen sendos escudos heráldicos adosados.

 En sus lienzos, se pueden ver unos pequeños vanos en el centro en aquellos lados que no se adosan a la nave de la iglesia. Tras los tres pisos, la torre se remata en una torre más pequeña con amplios vanos en forma de arcos de medio punto que alojan las campanas. Arriba de ella, otra torre más pequeña remata la torre.

 En ambas se pueden observar en sus esquinas y centro diversos pináculos piramidales y esféricos, típicos del estilo neoclásico con el que se acabó de terminar la actual torre-campanario. En el segundo piso se incluyó un reloj en el siglo XIX.

 En resumen y durante siglos, las constantes renovaciones efectuadas en el templo cristiano han dado como fruto la actual torre-campanario.


Galería fotográfica:














Visita efectuada el 25-07-18:








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