martes, 2 de septiembre de 2014

Castillo de la Peña Foradá (Vall de Gallinera) CA-345



Localización:

 El Castillo-Torre de la Peña Foradá, también conocido como la Torre de Benitaya, se encuentra situado frente a la localidad Benitaya ( ó Benitaia), núcleo poblacional de la Vall de Gallinera, y situada en el valle del mismo nombre, perteneciente a la comarca de la Marina Alta.



Localización en Google Maps

 Su ubicación exacta se encuentra en una atalaya rocosa llamada Penya Foradá ( en castellano, Paña Horadada), en la ladera de la sierra de la Aforadá, en una ligera meseta defendida por dos barrancos, cerrando el Valle de Gallinera por occidente, a la vez que controla el paso hacia Cocentaina (El Comtat). Es necesario subir hasta él utilizando la senda que existe al efecto, bastante penosa de subida pero no por ello menos hermosa. Es el camino, además, de acercamiento al castillo de Benissili.

Localización en el mapa topográfico

Historia:

  La historia de la Vall de Gallinera viene dictada por la existencia de los castillos de Benisili y Benirrama, pues si el primero corta el paso hacia el Comtat, el de Benirrama lo hace hacia el valle de Pego, por la parte oriental, en la Vall de Ebo.

 Ambas fortalezas fueron construidas para este fin: el control de gentes y tropas enemigas por el Vall de Gallinera. El castillo-torreón de la Peña Foradá sería un bastión defensivo y de alerta en la subida al Castillo de Benissili, dependiente de éste como lugar de observación y control a quienes llegaban hasta él.

 Este Castillo-Torre fue ocupado por milicias cristianas entre los años 1.276 y 1.277, con motivo de la sublevación de las tropas sarracenas capitaneadas por el caudillo árabe Al-Azraq contra los cristianos.

  Históricamente han participado en los mismos hechos de armas relacionados con los pueblos de este valle, especialmente con las sublevaciones musulmanas y el posterior hecho de ser los últimos reductos de los moriscos después del decreto de expulsión de 1.609.

 En 1.396 se produjo un gran terremoto en el valle, y mientras que el castillo de Benisili casi no tuvo daños considerables, no sucedió lo mismo con el de Benirrama, que prácticamente quedó casi en ruinas, por lo que tuvo que ser reconstruido en el siglo XV, quedando en su actual aspecto.

 Con el problema morisco resulto tras su expulsión, ambos castillos fueron paulatinamente siendo abandonados, pasando sus moradores al valle, con la consiguiente entrada en desuso de ambos y su posterior desmantelamiento, al igual que sucedió con el presente.

 “Dada la total ausencia de referencias sobre este castillo en las fuentes cristianas, que no hubiesen faltado si la fortificación hubiera permanecido en pie en tiempos del rey Jaime I,… hubiesen hecho de él un lugar muy nombrado…” (Rubio Gomis, F., Catálogo de materiales y yacimientos altomedievales del Museo Arqueólogico de Alcoy, 1.986).





Escudo de la Vall de Gallinera

 Estado actual:


  Se trata de un lugar estratégico, por dominar el paso único que por esta zona comunica los dos valles ya indicados, siendo este paso una escalera excavada en la misma roca.

 En el altozano se determinan todavía por su lado Sur los restos del antiguo trazado de la muralla, aunque el sitio está muy alterado por algunas labores agrícolas y las posteriores construcciones medievales.

 La zona está acotada por un recinto de lienzos de muralla hecha de grandes bloques de piedra irregular, seguramente perteneciente a un antiguo poblado amurallado de la Edad del Bronce, por algunos escasos restos encontrados en las prospecciones, que en el lugar existió.

 Casi paralela a esta muralla, y por el interior, se construyó la muralla medieval, de unos 50 cm. de grosor, conservándose una altura de unos 80 cm. de media. Está fabricada con mortero sólido.

 La torre, que debía ir adosada a la pared rocosa, pudo conectar con la muralla que protege el punto más alto. Su sistema de construcción difiere del de la muralla, al menos en la parte que se conserva todavía, siendo su fábrica de piedras irregulares unidas por argamasa de mortero.

 El interior estaba enfoscado, y el suelo pavimentado por una capa endurecida con un cemento semejante al usado para el mortero, pero sin piedras.

 Su datación, desechando la etapa de la Edad del Bronce, es de la última etapa califal, sobre el siglo X. Por consiguiente, nos hallamos ante un yacimiento de corto periodo de ocupación que, de una manera amplia, abarcaría los siglos X y XI, y primera parte del XII. Los datos apuntan a que su construcción total debió estar comprendida entre el año 1.076 y el 1.095, siendo abandonada alrededor del año 1.150.

Galería fotográfica:
















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