viernes, 26 de septiembre de 2014

Torre Árabe de Castalla (Alicante) CA-355



Localización:

 La antigua Torre Árabe de Castalla se encuentra situada en el municipio alicantino homónimo situado en la comarca de L´Alcoiá.


Localización en Google Maps

Vista de la Torre Árabe de Castalla en Google

 Para acceder a la antigua torre debemos dirigirnos a las parte antigua de la población y llegar hasta la Ermita medieval de la Sangre, la más antigua de la localidad. Un camino serpenteante por el cerro, a través del antiguo barrio musulmán, y antes de llegar a la fortaleza de Castalla, nos deja a las puertas de la ermita, erigida donde se encontraba la mezquita almohade de la alquería musulmana de Castalla.


Localización en el mapa topográfico

Historia:

 El Castillo de Castalla siempre se ha caracterizado por mantener una posición de gran importancia estratégica en todos los conflictos bélicos en los que ha intervenido. Sus orígenes son remotos e inciertos, y se sabe que su cimentación original es de época íbera y romana, por los vestigios arqueológicos encontrados, y fue habitada la zona desde el siglo II a.C. hasta entrado el siglo V d.C.

 El castillo como tal se remonta al siglo XI con la ocupación del territorio por los musulmanes, que levantaron en el carro una fortificación de la que apenas quedan restos, ya que la mayoría de las construcciones corresponden a los siglos XIV y XV, ya en época cristiana. Los restos arqueológicos así lo confirman y por los documentos sabemos que en el año 1.229 pertenecía a Zayd Abu Zayd, antiguo gobernador de la ciudad de Valencia. Paralela a la construcción de la fortaleza, se construyó en la medina árabe una mezquita con torre alminar, que con el paso de a manos cristianas se convirtió en el primer templo de la localidad y utilizado como rectoría de moriscos hasta su expulsión.

 En 1.245, Jaime I cambia el castillo a Ximen Pérez D´Arenós, yerno del rey musulmán de Valencia Abu Zayd,  por las poblaciones valencianas de Cheste y Villamarchante, y es ocupado sin resistencia y anexionado al Reino de Valencia.

 Tras el Tratado de Almizra, el castillo fue adjudicado de nuevo al penúltimo rey musulmán de Valencia, Sid Abu Said, aliado de Jaime I el Conquistador. En esta coyuntura, el Castillo de Castalla volvió a tener una gran importancia estratégica al ser pieza clave en la defensa de la frontera sur del reino valenciano.

 A la muerte de Jaime I, siendo ya rey Pedro I, en 1.276 se confió su custodia a D. Ximen Pérez de Calahorra. En 1.284, Pedro I  realiza las primeras obras de restauración y ampliación, que fueron continuadas por Jaime II. En 1.311,,éste lo cambia por territorios catalanes a D. Bernardo de Cruilles, pero la operación se deshace 5 años después, en 1.316.

 El 20 de septiembre de 1.362, el rey de Aragón Pedro IV se lo entrega, junto a la población, al noble D. Ramón de Vilanova i Lladró, creando la Baronía de Castalla. El rey dispuso que se derribase porque estaba ruinoso y mal fortificado, y que se reparase lo más pronto posible, sino quería derribarlo, como así se hizo a cargo de la baronía. Las obras de esta época quedarían patentes en las troneras y las almenas aspilleradas, su planta cuadrangular y los cubos en diagonal.

 Sucesivamente pasó a manos de sus herederos, Dª María y D. Ramón Lladró y se vinculó al marquesado de Dos Aguas. Es en estos tiempos del siglo XIV cuando se construyen el Palacio y el Patio de Armas. La Torre Grossa ó Torre del Homenaje fue la última construcción en el año 1.579 , como refuerzo y vigía ante los ataques de los piratas del norte de África y que en año 1.813 ya estaba en ruinas.

 En la Guerra de Sucesión a la corona de España (1.701-1.713), la comarca toma partido por el bando de Felipe V de Borbón, y el castillo pasa a ser almacén de alimentos para las tropas de éste. Al acabar la contienda, el rey Felipe V concedería a la villa de Castalla en 1.730 el título de Muy Noble, Fiel y Leal. Posteriormente, en 1.890, la Reina Mª Cristina, en nombre del rey Alfonso XIII, le concedería el título de Ciudad.

 Durante la Guerra de la Independencia, el castillo sirvió de escenario a importantes acciones bélicas. El 21 de julio de 1.812, las tropas francesas tomaron la población y el castillo tras derrotar a las tropas comandadas por el general O´Donnell que se habían hecho fuertes en el castillo. Posteriormente, el 13 de abril de 1.813, los franceses fueron derrotados por las tropas que mandaba el general español Francisco Javier Elio, bajo el mando del capitán general de las tropas españolas, el general Wittingham. Esta retirada de las tropas francesas de Castalla inició la retirada general en la Comunidad Valenciana.

 El castillo pasó a manos de la descendiente del marquesado de Dos Aguas, Dª María Dasí Puigmoltó, la cual, ante el lamentable estado que presentaba el monumento, lo donó a la iglesia parroquial de Nª Sra. de la Asunción, y posteriormente, pasó a manos del Excmo. Ayuntamiento de Castalla.

 Los orígenes de la ermita se remontan al siglo V, pues ya existía un primitivo templo visigodo cuando imperaba en España el arrianismo como religión oficial. En el año 589, Recaredo I lo dedicó al culto mientras subsistió la monarquía visigoda.

 Tras la invasión árabe, la ermita fue utilizada por los almohades como mezquita musulmana, construyéndose una torre alminar y sala de culto. La torre servía al mismo tiempo como torre de defensa de la alquería árabe de Castalla.

 La mezquita fue reconvertida ,como hemos apuntado, en el primer templo parroquial cristiano, y cuando fue levantado la actual iglesia parroquial de Castalla, se convirtió en la actual Ermita de la Sangre, donde está la capilla de la Natividad de Nuestra Señora, siendo la única iglesia en tiempos del rey Jaime I de Aragón hasta el año 1.245.



Escudo de la población de Castalla

Estado actual:

 En el siglo XV, y debido al aumento de la población, el templo resultaba ya pequeño para las necesidades parroquiales, por lo que se decidió agrandarlo.

 Reunidas las autoridades en Concejo público en Julio de 1.436, acordaron la construcción de la sacristía vieja, en el lado izquierdo y de dos cuerpos de bóvedas, primero y último de los cinco que actualmente tiene la ermita, como se puede apreciar por la diferente forma de los arcos de piedra sobre los que se apoyaron las bóvedas.

 A partir del año 1.460 se construyeron las diferentes capillas que integran la actual ermita, y no es hasta mediados del siglo XVII cuando se acomete la obra del altar mayor y el camarín de la Virgen de la Soledad, patrona de la población de Castalla.

 En 1.572, concluidas las obras de la actual Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, se trasladó a ésta la parroquia del municipio, y la ermita dejó de llamarse iglesia, siendo en 1.577 la institución de la Cofradía de la Sangre de Cristo Redentor, o como se conoce en la actualidad: Ermita de la Sangre.

 P. Madoz habla de ella como “un edificio gótico primitivo de mal gusto”, presentando una planta de nave única, con estructura de arcos diafragma ojivales y capillas en los contrafuertes de la edificación. Es, pues, un edificio que se adscribe al “gótico de Reconquista”, pues fueron consagrados por el mismísimo rey Jaime I.

 La actual torre, heredera del primitivo alminar de la mezquita árabe, se construyó sobre la planta del mismo, en mampostería irregular y sillares en sus esquinas, hoy bien visibles, no así como la mampostería de sus muros por estar encalados.

 Son visibles los vanos en sus paredes y la terraza queda rematada por una bóveda ondulada en teja azul.

 Su estado actual es muy satisfactorio, pues no en vano se trata del lugar donde se venera a la patrona de la localidad.

 Galería fotográfica:















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