viernes, 8 de noviembre de 2013

Torre Boter (Alicante) CA-096



Localización:

 Entre los confines de los términos municipales de Alicante y San Juan, existe una zona denominada la Partida de la Condomina, zona de huerta antigua que en la actualidad ha sido en la mayoría de su extensión absorbida por las modernas urbanizaciones de la Playa de San Juan, y en las que existen una veintena de torres vigía y de defensa, muchas de ellas abaluartadas, en muy distintos grados de conservación. Algunas desaparecidas por completo, otras en estado de semirruina y las más, afortunadamente, en un excepcional estado de conservación. Son las llamadas “Torres de la Huerta”, con un alto interés cultural e histórico de la provincia de Alicante, como la presente Torre de Boter.


Localización en Google Maps

Vista de la Torre Boter en Google

 Su ubicación exacta se encuentra entre la playa de la Albufereta y el conocidísimo Tossal de Manises, antigua asentamiento ibero-romano de esta parte de Alicante. Concretamente, se ubica en el Camino de Benimagrell, a la altura de la Avenida Ángel Escapa, muy cerca de la Torre de Gacholí.


Localización en el mapa topográfico

 Actualmente existe un proyecto auspiciado por diversos estamentos públicos y privados, tales como el Excmo. Ayuntamiento de Alicante y algunos colectivos ciudadanos, entre los que destaca el Grupo por la Recuperación de las Torres de la Huerta, que pretende realizar un recorrido a la veintena de torres, realizando un carril bici/peatonal para poder visitarlas y que durará entre las 2 horas en bicicleta y las 4 horas haciéndolo a pie. La Torre de Boter estará incluida en este itinerario.


Itinerario actual para las Torres de la Huerta

Ubicación en el itinerario de la Torre de Boter

Historia:

 La partida de la Condomina se ha caracterizado, ya desde época lejana, por el establecimiento de población en numerosas villas dispersas, que en la mayoría se mantienen en la actualidad y que se comenzaron a construir tras la desaparición de la ciudad romana del Tossal de Manises.

 Algunas, más cercanas al mar, tenían como misión formar una red de alerta rápida para dar aviso de la proximidad de los enemigos al castillo-fortaleza más cercano, que presumiblemente sería el de Santa Bárbara, en Alicante. Otras, situadas más al interior, formarían parte integrante de la masía a la que pertenecían, constituyendo lo que en el Maestrazgo valenciano se conoce como “masía fortificada”, haciendo que la defensa de las mismas se realizase de forma autónoma, en la que la defensa de ellas se basaba en una gran torre de recia construcción en la que los miembros que formaban dichas masías se refugiaban de los ataques hostiles.

 En cualquier caso, no hay que olvidar que al margen de las tensiones entre comunidades cristianas y musulmanas después de la expulsión de los moriscos a principios del siglo XVII, los factores de inseguridad se mantuvieron hasta algunos siglos después. Los ataques berberiscos a la costa alicantina se mantuvieron hasta bien entrado el siglo XVII y, posteriormente, la amenaza de la flota de guerra francesa estuvo presente durante la Guerra de los Treinta Años. Además, el bandidaje, oculto en las cercanas montañas alicantinas, también tuvo su incidencia en el mantenimiento de estas masías fortificadas.

 Son pues, un excelente ejemplo de arquitectura militar-defensiva adaptada a las circunstancias sociales de estos siglos y se tiene conocimiento de que al menos existieron unas 30 torres, de las cuales muchas de ellas, las 26 que  presentamos aquí, están debidamente catalogadas, mientras que otras han desaparecido por completo, como la Torre Maimona, la Torre Teresa o la Torre de Rizo.

 Su construcción data de finales del siglo XVI , aunque puede ser de primeros del siglo XVII.

Escudo de la ciudad de Alicante

Estado actual:

 La Torre de Boter, que está además cercana a la Torre de la Santa Faz, presenta el aspecto casi habitual de estas torres de la Huerta de San Juan, por su pertenencia a propiedades privadas de la zona de la Condomina.

 El conjunto arquitectónico (torre y casa) ocupa una parcela sensiblemente rectangular, constituida por la primitiva casa, adosada a la vereda, y que incorpora la torre en una de sus esquinas. La propia casa forma parte del cerramiento perimetral de la parcela, que encierra un jardín en el que se levanta una pequeña capilla.

 La torre es de planta rectangular y volumen prismático, que se eleva sobre un plinto piramidal que presenta cuatro niveles o pisos, además de un semisótano. La altura del conjunto alcanza los 14 m.

 El acceso original a la misma se encuentra elevado respecto a la cota del suelo y la conexión interior de las plantas se realiza mediante una escalera de caracol. La cubierta presenta dos faldones a dos aguas.

 Los muros son de fábrica de mampostería de piedra, reforzándose las esquinas mediante sillares, que también aparecen en los recercados de los huecos o vanos de la misma.

 Según Varela, su nombre proviene del oficio de uno de sus antiguos propietarios, que se dedicaba a la fabricación de toneles para vino ( boteras) y aunque D. Jerónimo Arrufat señala su posible construcción en al año 1.553, Varela la señala con una cronología más probable al principios del siglo XVII.

 El estado general es medio, con elementos muy alterados y otros aceptablemente mantenidos. El remate de la torre se piensa que estaba almenado y un elemento muy singular lo constituye el portón de acceso a la finca, que está realizado en mampostería y un arco de medio punto en sillería.

 Galería fotográfica:















Visita cursada el 29-01-19:













1 comentario: