Localización:
El Castillo de Santa Bárbara
es sin duda la más importante edificación de índole militar que se ubica en la
ciudad de Alicante, capital de la provincia y núcleo turístico de primer orden
nacional. Alicante pertenece a la comarca homónima de L´Alacantí ( nombre
valenciano) y se sitúa a orillas del Mar Mediterráneo, siendo además capital de
la Costa Blanca.
Localización en Google Maps
Vista del Cuartel de Felipe II en Google
El castillo de Santa Bárbara domina toda la
ciudad desde su posición elevada, ya que está ubicado en el contorno del
Banacantil, monte emblemático que se sitúa en la actualidad en el centro del
casco urbano, dividiendo la ciudad en dos partes y cercano a la playa del
Postiguet.
Es precisamente aquí donde se encuentra , en
la base de la montaña, el túnel de acceso a los ascensores que nos elevan hasta
la cumbre del Benacantil y la entrada a la fortaleza, precisamente enfrente del
comienzo del paseo del Postiguet, anexo a la misma playa y frente al Aparthotel
Meliá.
También es posible su acceso en coche,
siguiendo las señales que a tal efecto existen en la ciudad, y para ello nos
dirigiremos al “scalextric” que se
sitúa al final de la playa del Postiguet, y que nos cambia la dirección hacia
el centro de la ciudad. Tras la siguiente rotonda, a la izquierda, encontramos
el camino de acceso al castillo.
Dentro del castillo, y muy cercano a las principales dependencias del mismo, se encuentra la fortificación conocida como el Cuartel de Felipe II, que aunque es coetáneo a la remodelación del castillo en el siglo XVI por los italianos Fratín y Antonelli, se considera a todos los efectos como una construcción aparte, ya que no existía en el recinto fortificado con anterioridad a su construcción.
Dentro del castillo, y muy cercano a las principales dependencias del mismo, se encuentra la fortificación conocida como el Cuartel de Felipe II, que aunque es coetáneo a la remodelación del castillo en el siglo XVI por los italianos Fratín y Antonelli, se considera a todos los efectos como una construcción aparte, ya que no existía en el recinto fortificado con anterioridad a su construcción.
Se encuentra situado dentro de las
dependencias del Castillo de Santa Bárbara y es posible su visita al mismo
tiempo que se cursa la del propio Castillo.
Localización en el mapa topográfico
Historia:
Los orígenes de Alicante se centran en el
asentamiento de L´Illeta de Campello, primer vestigio de poblamiento íbero en
la comarca de Alicante, según se desprende de las actuaciones arqueológicas
efectuadas.
Con la dominación romana, se crea en La Albufereta el embrión de Alicante, el Tossal de Manises (Lvcentvm) y posteriormente los pobladores "romanizados" se trasladan a lo que en la actualidad es el barrio de Banalúa, donde se han encontrado restos de los primeros asentamientos en la capital. Posteriormente, tras la dominación árabe, los conquistadores construyeron la " Medina Al-Laqant", seguro nombre primitivo de Alicante.
Con la dominación romana, se crea en La Albufereta el embrión de Alicante, el Tossal de Manises (Lvcentvm) y posteriormente los pobladores "romanizados" se trasladan a lo que en la actualidad es el barrio de Banalúa, donde se han encontrado restos de los primeros asentamientos en la capital. Posteriormente, tras la dominación árabe, los conquistadores construyeron la " Medina Al-Laqant", seguro nombre primitivo de Alicante.
Sus orígenes, por tanto, son árabes, ya que la
medina islámica se formó alrededor del Benacantil, y la fortaleza musulmana se
construyó en la cumbre del mismo. Posteriormente, distintas fases de
construcción delatan sus ampliaciones dada su creciente importancia como plaza
fuerte del Islam.
Inicialmente el poblado
árabe, en las laderas de la montaña, se fue dotando de distintas
fortificaciones, hasta que el castillo y la medina se ampliaron por toda la
montaña. Posteriormente, las fuerzas cristianas, una vez reconquistado,
siguieron su ampliación, incorporando a sus cimientos nuevas murallas, torres y
recintos fortificados.
Durante la reconquista, la ciudad y su
fortaleza fueron rendidos por las tropas almohades al infante castellano
Alfonso, primogénito del rey Fernando III. En los años posteriores, y en los
confusos pactos y hechos de armas que relacionaron musulmanes, castellanos y
aragoneses, la plaza se sublevó y de nuevo tuvo que tomarla por las armas en
aún infante Alfonso. Tal conquista se consolidó el 4 de noviembre de 1.248,
festividad de Santa Bárbara, de la que tomó su nombre en conmemoración del tal
efeméride, cuando el castillo al fin pasó a manos cristianas, aunque no estaría
definitivamente en poder castellano pues en el el año 1.261, siendo ya rey
Alfonso X el Sabio, la rebelión musulmana tomó de nuevo la fortaleza,
extendiéndose la sublevación a otros territorios limítrofes.
Debería ser Jai,e I quien, en esta ocasión, recuperase para los reinos cristianos la plaza, sofocando así la rebelión musulmana y en los Pactos de 1.304, acordados entre el rey Dionisio de Portugal, el infante Don Juan de Castilla y el Obispo de Zaragoza, los territorios de L´Alacantí se incorporaron al Reino de Valencia.
Debería ser Jai,e I quien, en esta ocasión, recuperase para los reinos cristianos la plaza, sofocando así la rebelión musulmana y en los Pactos de 1.304, acordados entre el rey Dionisio de Portugal, el infante Don Juan de Castilla y el Obispo de Zaragoza, los territorios de L´Alacantí se incorporaron al Reino de Valencia.
Durante la contienda militar mantenida entre
Pedro de Aragón y Valencia, y Pedro de Castilla (denominada Guerra de los Dos Pedros), el castillo
de Santa Bárbara estuvo en manos castellanas y aragonesas de forma alternativa.
Finalmente, al abandonarlo las fuerzas castellanas en 1.366, el castillo se
encontraba en estado ruinoso.
A principios del siglo XV, el rey Martín el
Humano acometió nuevas obras de recuperación del Castillo de Santa Bárbara. En
los inicios del siglo XVI, la irrupción de la artillería, sus usos y
estrategias, eran un hecho consumado, y en castillo se adaptaron las nuevas
innovaciones de forma temprana.
Durante el reinado de Carlos I se reiniciaron nuevas obras de fortificación del castillo, y existe la constancia documental del envio, a mediados del siglo XVI, de doce cañones con destino al mismo. En esta misma época, y dada la gran envergadura de la fortaleza, se le incorporaron nuevas edificaciones que aseguraban la posibilidad de mantener una fuerza armada de unos diez mil hombres.
Durante el reinado de Carlos I se reiniciaron nuevas obras de fortificación del castillo, y existe la constancia documental del envio, a mediados del siglo XVI, de doce cañones con destino al mismo. En esta misma época, y dada la gran envergadura de la fortaleza, se le incorporaron nuevas edificaciones que aseguraban la posibilidad de mantener una fuerza armada de unos diez mil hombres.
En el siglo XVI serían muchas las escaramuzas
y batallas que se librarían desde Santa Bárbara contra las incursiones piratas.
Éstas provenían de los corsarios berberiscos y conducirían a que el rey Felipe
II ordenase nuevas y más potentes fortificaciones en el castillo. Los
ingenieros franceses e italianos desarrollaron nuevas técnicas de defensa y
fortificación adaptadas al uso artillero, y por ello el rey encargó a los ingenieros
italianos Fratín y Antonelli el proyecto de reconstrucción y adaptación del
castillo, edificándose nuevos fortines, fosos, murallas, torreones, etc.,
destinados a utilizar y resistir más eficazmente la guerra apoyada en la
artillería. Las nuevas obras de acondicionamiento se llevaron a cabo a finales
del siglo XVI, incrementándose notablemente el perímetro de la fortaleza. No
obstante, en esta nueva reestructuración, desaparecieron importantes restos del
amurallamiento árabe original.
A mediados del siglo XVII se acometieron otras
reformas y se le volvió a incorporar más capacidad de fuego artillero. En
1.691, el castillo sufrió una de sus mayores pruebas de fuego, cuando una
escuadra del rey francés Luis XIV puso sitio a la ciudad. Ante la negativa de
rendición, se inició el asalto y consecuente duelo artillero entre las fuerzas
navales atacantes y las fuerzas resistentes de la fortaleza. El sitio duró una
semana y el castillo sufrió serios daños, finalizando el asedio con el abandono
de la fuerza francesa ante la llegada de las fuerzas navales españolas que
acudían en apoyo a la ciudad.
Durante la Guerra de Sucesión, la fortaleza
estuvo continuamente asesiada, relatándose tres importantes acciones de armas
en pocos años: la primera, en Agosto de 1.705 en la que las tropas de Felipe V
rechazaron el asalto de las fuerzas del archiduque Carlos. La segunda, el 9 de
Enero de 1.706, en que las tropas del archiduque volvieron a intentar la
rendición de la fortaleza sin éxito. Finalmente, el 8 de Julio de ese año, las
fuerzas del archiduque iniciaron un largo asedio por tierra y por mar que
concluyó con la toma de la fortaleza el 6 de Septiembre. Fue ésta una de las
épocas de más protagonismo del Castillo de Santa Bárbara.
A pesar del fracaso de la Batalla de Almansa, la fortaleza quedó en poder de los aliados hasta bien entrado el año 1.708. A principios de diciembre de este año, las tropas de Felipe V sitiaron la ciudad de Alicante, consiguiendo su rendición en la mañana del día 7 de ese mes. Sucumbió la ciudad, pero noa sí su castillo, que bien defendido y con numerosa tropa, resistió el asalto.
A pesar del fracaso de la Batalla de Almansa, la fortaleza quedó en poder de los aliados hasta bien entrado el año 1.708. A principios de diciembre de este año, las tropas de Felipe V sitiaron la ciudad de Alicante, consiguiendo su rendición en la mañana del día 7 de ese mes. Sucumbió la ciudad, pero noa sí su castillo, que bien defendido y con numerosa tropa, resistió el asalto.
El carácter probado de la
inexpugnabilidad de Santa Bárbara obligó
a las tropas borbónicas a plantearse otras alternativas, decidiéndose por la
voladura de la fortaleza. Aquí se inicia una de las más épicas gestas militares
libradas en este castillo. El general francés D´Ansfeld ordenó la preparación
de una mina a una profundidad de veinte
metros y casi cien mil libras de pólvora. Con esta evidente amenaza se conminó
a los defensores su inmediata rendición y, ante la negativa de éstos, se
decidió la voladura en los últimos días de febrero o los primeros de marzo de
1.709.
La explosión destruyço gran parte de la fortaleza, y las grandes rocas desprendidas y lanzadas al aire ocasionaron daños importantes en la fortaleza y la ciudad, siendo muy numerosas las bajas humanas entre la oficialidad y las tropas resistentes. No obstante, los defensores, en número superior al medio millar, no se rindieron hasta mediados de abril, momento en que las circunstancias eran sumamente precarias. Tras la rendición, las fuerzas aliadas abandonaron la fortaleza con honores y desfilando ante la formación de las tropas borbónicas asaltantes.
La explosión destruyço gran parte de la fortaleza, y las grandes rocas desprendidas y lanzadas al aire ocasionaron daños importantes en la fortaleza y la ciudad, siendo muy numerosas las bajas humanas entre la oficialidad y las tropas resistentes. No obstante, los defensores, en número superior al medio millar, no se rindieron hasta mediados de abril, momento en que las circunstancias eran sumamente precarias. Tras la rendición, las fuerzas aliadas abandonaron la fortaleza con honores y desfilando ante la formación de las tropas borbónicas asaltantes.
Durante la Guerra de la Independencia, la
fortaleza hizo frente, con su poder artillero, a algunos asaltos de las tropas
francesas. En esta época, un hecho fortuito prendió fuego a las reservas de
pólvora del castillo, provocando una enorme explosión que destruyó parcialmente
sus instalaciones. A partir de ello, su importancia declinó rápidamente, siendo
desartillado definitivamente en 1.893. Después sirvió como prisión militar en
tiempos de Jovellanos y el general Elío, entre otros.
Escudo de la ciudad de Alicante
Estado
actual:
El Castillo de Santa Bárbara, así como las dependencias
del Cuartel de Felipe II, fueron declarados Monumento Nacional Histórico el 7
de Marzo de 1.929, pero antes fue cedido al Ayuntamiento de Alicante por el rey
Alfonso XIII el 4 de octubre de 1.928.
A partir de esta fecha, el castillo y el cuartel
han vivido una época de esplendor al acometerse en ellos todas las reformas
necesarias que han permitido su total restauración, siendo un ejemplo magnífico
de la recuperación del patrimonio arquitectónico-militar de la Comunidad
Valenciana.
Hoy en día, el Cuartel de Felipe II se
encuentra perfectamente restaurado, después de haber estado mucho tiempo en
estado de abandono, como la propia fortaleza.
El recinto estaba formado por una construcción de respetables dimensiones, en forma troncopiramidal, todo él fabricado en mampostería de grandes sillares, donde se albergaba la guarnición de la fortaleza en tiempos del rey Felipe II, y a su lado se encontraba otra edificación que hacía las veces de Cuerpo de Guardia.
El recinto estaba formado por una construcción de respetables dimensiones, en forma troncopiramidal, todo él fabricado en mampostería de grandes sillares, donde se albergaba la guarnición de la fortaleza en tiempos del rey Felipe II, y a su lado se encontraba otra edificación que hacía las veces de Cuerpo de Guardia.
El Cuartel no sufrió
alteraciones importantes a lo largo del siglo XVII, y solo a raíz de la Guerra
de Sucesión fue necesario reforzar su vieja estructura para dotarla de mayor
efectividad militar. Así, se cortaron todas sus alturas para conseguir mayor
horizontalidad y, por tanto, ofrecer menor resistencia a los proyectiles.
Junto al castillo formó un conjunto perfectamente operativo durante toda su existencia posterior a su construcción, hasta incluso durante la Guerra de la Independencia contra el francés, hasta que la fortuita explosión del polvorín de la fortaleza degradó las instalaciones, hasta su moderna reconstrucción actual.
Junto al castillo formó un conjunto perfectamente operativo durante toda su existencia posterior a su construcción, hasta incluso durante la Guerra de la Independencia contra el francés, hasta que la fortuita explosión del polvorín de la fortaleza degradó las instalaciones, hasta su moderna reconstrucción actual.
Galería
fotográfica:
El cuartel de Felipe II antes de su reconstrucción
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