Localización:
El Poblado Amurallado de la Serra Grossa se encuentra situado al NE de la ciudad de Alicante, en la comarca alicantina de L´Alacantí.
Localización del poblado en Google Maps
Vista del poblado de Serra Grossa en Google
Su localización exacta se encuentra en la ladera norte de la Serra Grossa, de la que
toma el nombre, también conocida como Sierra
de San Julián, que se encuentra en las cercanías de La Albufereta, y a la
que se accede por la carretera que se dirige a San Juan Playa, por la costa.
Ruta de acceso a poblado (según Julio Asunción)
Para acceder al yacimiento dejaremos nuestro vehículo en las cercanías del lugar conocido como "La Isleta", en la Albufereta de Alicante, a la que se accede por la carretera de costa que sale desde Alicante hacia el Cabo de Huertas. El yacimiento de sitúa a espaldas de La Isleta, subiendo a las últimas estribaciones de la sierra. También se accede por la antigua carretera que asciende a dicha sierra por su ladera este.
Localización en el mapa topográfico
Historia:
Los primeros pobladores de
Alicante sin duda alguna eligieron este enclave para su asentamiento, adscrito
a la Edad del Bronce.
Posteriormente sus pobladores, con la llegada
de la orientalización, se trasladan al asentamiento de L´Illeta de Campello, primer vestigio de poblamiento íbero en la
comarca de Alicante, según se desprende de las actuaciones arqueológicas
efectuadas.
Durante la reconquista, la ciudad y su
fortaleza fueron rendidos por las tropas almohades al infante castellano
Alfonso, primogénito del rey Fernando III. En los años posteriores, y en los
confusos pactos y hechos de armas que relacionaron musulmanes, castellanos y
aragoneses, la plaza se sublevó y de nuevo tuvo que tomarla por las armas en
aún infante Alfonso.
Tal conquista se consolidó el 4 de noviembre de 1.248,
festividad de Santa Bárbara, de la que tomó su nombre en conmemoración del tal
efeméride, cuando el castillo al fin pasó a manos cristianas, aunque no estaría
definitivamente en poder castellano pues en el el año 1.261, siendo ya rey
Alfonso X el Sabio, la rebelión musulmana tomó de nuevo la fortaleza,
extendiéndose la sublevación a otros territorios limítrofes.
Durante la contienda militar mantenida entre
Pedro de Aragón y Valencia, y Pedro de Castilla (denominada Guerra de los Dos Pedros), el castillo
de Santa Bárbara estuvo en manos castellanas y aragonesas de forma alternativa.
Finalmente, al abandonarlo las fuerzas castellanas en 1.366, el castillo se
encontraba en estado ruinoso.
A principios del siglo XV, el rey Martín el
Humano acometió nuevas obras de recuperación del Castillo de Santa Bárbara. En
los inicios del siglo XVI, la irrupción de la artillería, sus usos y
estrategias, eran un hecho consumado, y en castillo se adaptaron las nuevas
innovaciones de forma temprana.
En el siglo XVI serían muchas las escaramuzas
y batallas que se librarían desde Santa Bárbara contra las incursiones piratas.
Éstas provenían de los corsarios berberiscos y conducirían a que el rey Felipe
II ordenase nuevas y más potentes fortificaciones en el castillo. Los
ingenieros franceses e italianos desarrollaron nuevas técnicas de defensa y
fortificación adaptadas al uso artillero, y por ello el rey encargó a los
ingenieros italianos Fratín y Antonelli el proyecto de reconstrucción y
adaptación del castillo, edificándose nuevos fortines, fosos, murallas,
torreones, etc., destinados a utilizar y resistir más eficazmente la guerra
apoyada en la artillería. Las nuevas obras de acondicionamiento se llevaron a
cabo a finales del siglo XVI, incrementándose notablemente el perímetro de la
fortaleza. No obstante, en esta nueva reestructuración, desaparecieron importantes
restos del amurallamiento árabe original.
A mediados del siglo XVII se acometieron otras
reformas y se le volvió a incorporar más capacidad de fuego artillero. En
1.691, el castillo sufrió una de sus mayores pruebas de fuego, cuando una
escuadra del rey francés Luis XIV puso sitio a la ciudad. Ante la negativa de
rendición, se inició el asalto y consecuente duelo artillero entre las fuerzas
navales atacantes y las fuerzas resistentes de la fortaleza. El sitio duró una
semana y el castillo sufrió serios daños, finalizando el asedio con el abandono
de la fuerza francesa ante la llegada de las fuerzas navales españolas que
acudían en apoyo a la ciudad.
Durante la Guerra de Sucesión, la fortaleza
estuvo continuamente asesiada, relatándose tres importantes acciones de armas
en pocos años: la primera, en Agosto de 1.705 en la que las tropas de Felipe V
rechazaron el asalto de las fuerzas del archiduque Carlos. La segunda, el 9 de
Enero de 1.706, en que las tropas del archiduque volvieron a intentar la
rendición de la fortaleza sin éxito. Finalmente, el 8 de Julio de ese año, las
fuerzas del archiduque iniciaron un largo asedio por tierra y por mar que
concluyó con la toma de la fortaleza el 6 de Septiembre. Fue ésta una de las
épocas de más protagonismo del Castillo de Santa Bárbara.
A pesar del fracaso en la Batalla de Almansa,
la fortaleza quedó en poder de los aliados hasta bien entrado el año 1.708. A
principios de diciembre de este año, las tropas de Felipe V sitiaron la ciudad
de Alicante, consiguiendo su rendición en la mañana del día 7 de ese mes.
Sucumbió la ciudad, pero no su castillo, que, bien defendido y con numerosa
tropa, resistió el asalto.
El carácter probado de la inexpugnabilidad de Santa Bárbara obligó a las tropas
borbónicas a plantearse otras alternativas, decidiéndose por la voladura de la
fortaleza. Aquí se inicia una de las más épicas gestas militares libradas en
este castillo. El general francés D´Ansfeld ordenó la preparación de una
mina a una profundidad de veinte metros
y casi cien mil libras de pólvora. Con esta evidente amenaza se conminó a los
defensores su inmediata rendición y, ante la negativa de éstos, se decidió la
voladura en los últimos días de febrero o los primeros de marzo de 1.709.
La explosión destruyó una gran parte de la
fortaleza, y las grandes rocas desprendidas y lanzadas por los aires,
ocasionaron importantes daños en la fortaleza y la ciudad, siendo muy numerosas
las bajas humanas entre la oficialidad y la tropa resistentes. No obstante, los
defensores, en número superior al medio millar, no se rindieron hasta mediados
de abril, momento en que las circunstancias eran sumamente precarias. Tras la
rendición, las fuerzas aliadas abandonaron la fortaleza con honores y
desfilando ante la formación de las tropas borbónicas asaltantes.
Durante la Guerra de la Independencia, la
fortaleza hizo frente, con su poder artillero, a algunos asaltos de las tropas
francesas. En esta época, un hecho fortuito prendió fuego a las reservas de
pólvora del castillo, provocando una enorme explosión que destruyó parcialmente
sus instalaciones. A partir de ello, su importancia declinó rápidamente, siendo
desartillado definitivamente en 1.893. Después sirvió como prisión militar en
tiempos de Jovellanos y el general Elío, entre otros.
Escudo de la ciudad de Alicante
Estado
actual:
Se trata de uno de los asentamientos humanos
más antiguos de la ciudad de Alicante, siendo uno de los primeros yacimientos
arqueológicos excavados de la provincia y descubierto en el primer tercio del
siglo XX por el Padre Belda, que fue director del primitivo Museo Arqueológico
provincial.
En este poblado se obtuvieron las primeras
cronologías basadas en el Carbono-14 efectuadas en la historia de la
Arqueología española, lo que permitió datar a este poblado hacia el año 1.815
a.C., una de las fechas más antiguas para un poblado del Bronce Valenciano. En la subida al mismo, por su flanco NE, y a escasos 75 metros del poblado quedan visibles los restos de su antigua torre de defensa, así como parte de su amurallamienro en la parte más accesible del poblado.
En el mismo también se conservan los restos de
algunos muros de viviendas, de tendencia circular, que fueron habitados hace
más de 3.500 años.
Las cerámicas y útiles encontrados en el
poblado por el Padre Belda se encuentran expuestos en el Museo Arqueológico de
Alicante (MARQ).
https://core.ac.uk/download/pdf/71050350.pdf
En este enlace podéis tener más información acerca de este poblado de la Edad del Bronce Valenciano. Es la publicación de D. Enrique Llobregat, que durante muchos años fuera Director del Museo Arqueológico de Alicante, y que hizo un estudio en profundidad de este yacimiento alicantino.
Galería
fotográfica: