Localización:
El Palacio Fortificado Medieval de Villena se encuentra situado en la ciudad homónima en la comarca alicantina del Alt Vinalopó.
Localización en Google Maps
Vista del Palacio de Villena en Google Maps
Para llegar hasta él basta con entrar al Casco Antiguo de la ciudad de Villena, donde en la Plaza de Santiago, se encuentra el palacio, actual sede del Excmo. Ayuntamiento de Villena.
Localización en el mapa topográfico
Historia:
El nombre de Villena tiene su origen en el vocablo musulmán “ Bilyana” con que fue dotada la población al ser invadida por los pueblos del Norte de África. De dicho vocablo derivó el nombre actual de la ciudad. El Infante Don Juan Manuel le concedió el título de Villa y en 1.525 el rey Carlos I el de Ciudad.
Villena es un enclave privilegiado de la ocupación humana desde la más remota antigüedad como lo demuestran sus muchos asentamientos humanos desde la Edad del Bronce en su término municipal, especialmente el Poblado del Cabezo Redondo y el Poblado de Terlinques.
Villena es un enclave privilegiado de la ocupación humana desde la más remota antigüedad como lo demuestran sus muchos asentamientos humanos desde la Edad del Bronce en su término municipal, especialmente el Poblado del Cabezo Redondo y el Poblado de Terlinques.
Los orígenes del castillo, a tenor de las excavaciones arqueológicas efectuadas, indican que se trata de un asentamiento romano. Sobre estas ruinas, los musulmanes construyeron la alcazaba original y, aunque las ulteriores reformas cristianas lo remodelaron por completo, aún es posible ver algunas fábricas musulmanas en la actualidad.
El castillo pasó a manos cristianas en el año 1.239 cuando las tropas del comendador de Alcañiz, al mando de varios nobles pertenecientes todos ellos a la Orden de Calatrava, consiguieron arrebatárselo a los moriscos en una incursión desde Valencia efectuada a tal fin, pasando a manos del rey Jaime I el Conquistador. Este monarca encargó la custodia de la fortaleza a dicha Orden militar hasta que fue entregado al rey de Castilla Fernando III, en virtud del Tratado de Almizra.
No obstante, en ese periodo ya existían fuertes tensiones entre los dos reinos, Castilla y Valencia, alrededor de esa hipotética divisoria entre ambos para su expansión, y así, el Castillo de la Atalaya se mantendría en esa situación hasta que en 1.244, y a través del Tratado de Almizra que pretendía solucionar esa situación, confirmaría su inclusión al reino de Castilla.
Durante las sublevaciones moriscas de principios de la década de 1.260, el castillo estuvo en poder árabe, hasta que el rey Jaime I, prestando su colaboración al monarca castellano, pacificaría la región y retornaría nuevamente la fortaleza a Alfonso X el Sabio.
Posteriormente, a finales del siglo XIV, recibiría la propiedad el conde de Denia y duque de Gandía, a raíz de lo cual se constituiría el Marquesado de Villena, de gran trascendencia por los territorios que ocupaba dicho marquesado. Con Alfonso de Aragón el marquesado quedaría incorporado a la corona castellana.
Posteriormente, a finales del siglo XIV, recibiría la propiedad el conde de Denia y duque de Gandía, a raíz de lo cual se constituiría el Marquesado de Villena, de gran trascendencia por los territorios que ocupaba dicho marquesado. Con Alfonso de Aragón el marquesado quedaría incorporado a la corona castellana.
A finales del siglo XV, el marqués Diego López Pacheco se declaró partidario de los derechos al trono de Castilla de Juana la Beltraneja, hija de Juan II, en contra de los intereses pactados en el Tratado de Guisando a favor de Isabel de Castilla ( Isabel la Católica). Este hecho contribuiría a que el descontento de la población desembocara en una revuelta que acarrearía la muerte de muchos judíos y conversos refugiados en la fortaleza.
La población pretendía como dueño de la fortaleza al conde de Cocentaina, Juan Roís de Corella. No obstante, las revueltas finalizarían y los Reyes Católicos zanjarían la cuestión incorporando definitivamente el marquesado a la corona de Castilla en 1.480.
Durante las Germanías, el hecho más notable es que tras la derrota en Gandía, el virrey de Valencia, D. Diego Hurtado de Mendoza, hallaría refugio en el castillo de Villena.
En el periodo de la Guerra de Sucesión, la población tomó partido por la causa borbónica y un pequeño grupo de partidarios del rey Felipe V resistirían los asedios de las tropas del Archiduque de Austria. Por este motivo, Felipe V le dio a Villena el título de Muy Noble y Muy Leal.
Posteriormente, en el siglo XIX se perdieron parcialmente las bóvedas almohades de la Torre del Homenaje como consecuencia de la voladura que el mariscal Suchet realizó en la toma de la fortaleza en la Guerra de la Independencia.
Escudo de la ciudad de Villena
Estado actual y descripción:
Se trata de de un edificio construido en el siglo XVI bajo el mecenazgo de Don Pedro de Medina, cuyo origen fue la anterior Casa-Abadía de la Iglesia de Santiago. Su primera función fue la de un palacio fortificado dentro del casco medieval de la ciudad y que se dedicó en 1.576 a ser la sede del Ayuntamiento de la localidad, función que en la actualidad sigue teniendo. Como muestra del poder de los Medina, esta edificación adoptó la tipología de palacio fortificado urbano.
Es un edificio en esquina con tres fachadas, situándose la principal en la plaza mencionada anteriormente, siendo las otras dos de un carácter más popular. En su origen existieron algunos elementos de fortificación y defensa, especialmente un matacán en su fachada, arriba del vano de acceso al palacio, que con las reformas efectuadas en el siglo XVIII fue desmantelado, una vez que su carácter defensivo cayó en desuso.
Un patio central de planta cuadrada con dos arcos carpaneles en cada uno de los lados y una galería alta ordenan las diferentes dependencias del palacio renacentista. En este patio, con columnas toscanas, se abre una escalera de tres tiros, estando marcado el inicio de la misma por dos arcos de medio punto, uno que da paso a la escalera y el otro al hueco de la misma.
La fachada principal tiene un claro carácter monumental, reflejado sobre todo en su decoración, que se atribuye a J. Florentino y a J. Quijano, ambos claros exponentes del Renacimiento. La portada de formas clásicas, pero muy depuradas en su concepción arquitectónica, es probable que se realizase en el último cuarto del siglo XVI, cuando ya se destinó el edificio a sede el Ayuntamiento, ya que presenta influencias de Serlio, cuyo tratado fue publicado en España en el año 1.552.
Presenta la portada dos columnas de orden dórico sobre pedestales y un frontón triangular, produciéndose en los flancos de las columnas un retranqueo. De la época de reconstrucción son los relieves que decoran la parte superior de la puerta, destacando en ella los preciosos altorrelieves con figuras alegóricas que sustentan el escudo. Donde mejor se advierte la intervención barroca del año 1.707, efectuada por Cosme Carreras, es en el balcón situado en el extremo izquierdo de la fachada, en cuya ventaba el entablamento adopta una forma curva que recuerda a las ventanas del Palacio de Mergelina.
En la planta baja del edificio se encuentra en la actualidad el Museo Arqueológico Municipal "José Mª Soler", aunque dado su escaso espacio disponible, el Ayuntamiento de Villena está adecuando el antiguo edificio de la Fábrica de Harinas, cuyas obras están casi finalizadas, para trasladar dicho museo a la nueva obra.
El piso superior del palacio está dedicado a las dependencias del Excmo. Ayuntamiento, donde destaca sobre todo la antigua Sala Capitular, dedicada hoy al Salón de Plenos del consistorio.
Galería fotográfica:
Imágenes del Museo Arqueológico "José María Soler":
El famosísimo "Tesoro de Villena"
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