Información General

Este Blog va dedicado a todos los amantes de la Arqueología y Castellología alicantinas, y en especial a todos los alicantinos, para que aprecien y disfruten de nuestro Patrimonio Histórico y Cultural, que es mucho.

En él no sólo podrán ver los castillos, fortalezas y torres propiamente dichos, sino que nuestro catálogo de Castillos de Alicante incluye todas las fortificaciones de carácter militar y/o defensivo, a través de la Historia de Alicante, desde la Prehistoria hasta nuestros días.

Si es de vuestro agrado, nos sentimos contentos y nuestro trabajo no habrá sido en vano.

Gracias por vuestra visita...

Ximo G. Rico. Presidente Asociación "Amigos del Castillo de Elda"

Elda, Septiembre de 2.013

viernes, 16 de agosto de 2019

Casa Fortificada Sastre Seguí (Alpatró) CA-432


Localización:  

 La Casa Fortificada de Sastre Seguí se encuentra localizada en la población de Alpatró, situada en la Vall de Gallinera, uno de los núcleos poblaciones de este valle situado en la comarca alicantina de la Marina Alta.

Localización en Google Maps

Vista de la Casa Fortificada en Google 

  Se encuentra situada en la Calle Mayor nº 10 de la población, frente a la Iglesia Parroquial de la misma, no teniendo pérdida alguna llegar hasta ella.

Localización en el mapa topográfico

Historia:

 Los primeros indicios de presencia humana en el Valle de Gallinera se remontan al Paleolítico medio ( 100.000-50.000 a.C), según los materiales encontrados en la Cova d´En Pardo. De esta etapa merece especial atención las muestras de arte rupestre en los abrigos del valle, declarados por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.

 Ya en la Edad del Bronce se localizaron restos en el poblado de la Peña Foradá, con muchas muestras de cerámica que indican que el luigar ya fue poblado en esta época. Posteriormente, en las alturas del valle, floreció la cultura ibérica en el poblado de Xarpolar, así como en otros yacimientos.

 Fue en el siglo X cuando se produce la invasión musulmana del valle, construyéndose por ellos una serie o red de alquerías, asociadas al cultivo de la vid y el olivo. Se llegaron a contabilizar una veintena de alquerías. En los años 40 fue encontrada una lápida sepulcral árabe en una de ellas, que se conserva en el Museo de Alcoy.

 Hasta la conquista cristiana del territorio, el Valle de Gallinera estuvo dominado por el caudillo árabe Al-Azraq, cuya residencia se encontraba en Alcalá de la Jovada. Fue en el año 1.244 cuando los árabes se rindieron, mediante el Pacto de Pouet, al infante Alfonso de Aragón, hijo de Jaime I. Mediante el citado pacto algunos de los castillos y fortalezas árabes pasaron a manos de los cristianos.

 Sin embargo, sobre el año 1.277 se produjeron un par de revueltas de los moriscos (musulmanes convertidos al Cristianismo) para no cumplir lo pactado, y tuvo que ser reprimidas por el rey Pedro III, el cual acabó con ellas, otorgando más tarde, en 1.279, una carta puebla.

 Con la llegada de la nobleza cristiana el Valle de Gallinera pasó a convertirse en señorío feudal a manos del infante Pere de Aragón, conde de Ribagorza, siendo los últimos los Sres. De Borja, duques de Gandía.

 En el año 1.609, Felipe III decretó la expulsión de los moriscos. Todos ellos se refugiaron en el Valle de Laguart y resistieron los ataques de las tropas cristianas durante tres años, hasta que ya no pudieron resistir el asedio, siendo vencidos y masacrados. Los supervivientes del asedio se trasladaron a Denia, donde embarcaron rumbo a África.

 Posteriormente, el Valle de Gallinera fue repoblado por familias de mallorquines en número de 78 cabezas de familia, que ocuparon muchas de las alquerías moriscas, aunque otras, como el caso de Adzubieta, quedaron definitivamente despobladas.

 A finales del siglo XVIII se sucedieron muchos episodios de ataques de bandolerismo a las masías que existían en el valle, dedicadas a la agricultura y especialmente a la elaboración de aceite y el cultivo de la cereza. Ello dio lugar a que muchas familias tuvieron que fortificarlas para evitar el expolio de los productos elaborados.



Escudo de la Vall de Gallinera

Estado actual: 

 Esta antigua masía, una de las que fue fortificadas a finales del siglo XVIII, y de las pocas que aun quedan en pie, ha sobrevivido más de 200 años de historia y en la actualidad, gracias a sus propietarios, goza de una presencia excepcional, tanto en su exterior como interior, ya que fue transformada en una casa-rural de la localidad, auténtica masía del pasado, en la que se conservan en su interior todas las esencias y aperos de estas construcciones.

 Esta casa fue de una familia de agricultores, los Sastre Seguí, que vivían en Alpatró y que se vió obligada a fortificar su gran casa ante los continuos saqueos de los bandoleros que habitaban en el interior de las montañas alicantinas.

 De generación en generación, esta casa se ha conservado intacta y sus actuales herederos la convirtieron en un alojamiento rural respetando toda su antigua esencia de masía de las montañas alicantinas del norte de Alicante. Sus altos techos, los suelos hidráulicos, muebles, aperos de labranza, objetos personales, mapas, fotografías e, incluso, la almazara con sus prensas y las grandes tinajas usadas para el almacenamiento del aceite elaborado, le dan ese aire de "casa-museo", donde, además, podrás alojarte con tu familia y amigos, y en la que Cristina, su propietaria, te podrá mostrar los lugares más curiosos y recónditos de la casa, que consta de planta baja y tres alturas, con una amplia disposición interior, hoy dedicada a las habitaciones de la casa-rural, y que disponía además de un amplio patio, probablemente lugar para guardar las bestias que se empleaban en las labores agrarias de la época.

 En el exterior, la sobriedad de su construcción y su fachada encalada con sumo gusto, te muestra todavía los restos del antiguo torreón  adosado a la misma, con sus troneras dispuestas para repeler el ataque bandolero de la época, que está situado a la derecha de la fachada y a la altura del segundo piso, bajo la cambra de la edificación. También dispone de una pequeña hornacina empotrada en la fachada en la que se observa un pequeño retablo religioso. Un balcón con enrejado corrido encima del dintel del vano de entrada a la propiedad completa la decoración de la fachada.

 Sin duda, es un perfecto exponente de las casas fortificadas del norte de la provincia, que merece la pena visitar.

Galería fotográfica:







Visita efectuada el 17-08-19:









lunes, 12 de agosto de 2019

Torre de la Doncella (Alcalá de la Jovada, Alicante) CA-431


Localización:

 La Torre de la Doncella, también conocida como el Cell d´Miquel,  se encuentra localizada en la población de Alcalá de la Jovada, situada en la Vall de Alcalá, comarca alicantina de la Marina Alta.

Localización en Google Maps

Vista de la Torre de la Doncella en Google

 Se encuentra situada en una esquina de la plaza de la Iglesia, en el centro de esta localidad de 500 habitantes, muy cerca del Castillo de Alcalá de la Jovada y del Excmo. Ayuntamiento de la villa.

Localización en el Mapa Topográfico

Historia:

 El origen de la población es indudablemente islámico. La historia de la localidad de los siglos XIII al XVII se desarrolla alrededor de la comunidad musulmana que habitó estas tierras y que fue feudo del famoso caudillo árabe Al-Azraq, de lo que se supone la importancia de la villa.

 Aunque en los primeros tiempos de la Reconquista, el caudillo Al-Azraq, dueño de estos territorios, pactó con el monarca Jaime I determinadas relaciones de vasallaje, no tardaría en rebelarse contra el dominio del rey. La región donde se hicieron fuertes los sublevados se corresponde con la actual Vall de Alcalá y Vall de Gallinera.

 Finalmente las fuerzas de Al-Azraq serían derrotadas en Benicadell y se retirarían hasta el castillo-palacio de Vall de Alcalá. Después se dirigirían hacia el castillo de Gallinera antes de rendirse definitivamente al rey Jaime I.

 Algunos años después, el caudillo musulmán volvería a intentar la rebelión, pero finalmente sería muerto en Alcoy en el año 1.276.



Escudo de Alcalá de la Jovada

Estado actual: 

 El Valle de Alcalá estuvo formado, en tiempos, por siete poblaciones, denominadas: Alcalá de la Jovada, Beniaia, Criola, Benialí, Benijarco, La Roca y la Atzubia. En la actualidad, sólo dos pertenecen al valle como entidades locales: Alcalá de la Jovada y Beniaya. Este valle, como hemos apuntado, tenía importancia capital como feudo del caudillo árabe Al-Azraq, el de "los ojos azules", que combatió durante años al rey Jaime I de Aragón, quien acabó desterrándolo.

 El pasado de la Torre de la Doncella (El Cell d´Miquel) se pierde en la nebulosa del tiempo. Al parecer, se trataba de una torre albarrana exenta y anexa al castillo de Alcalá de la Jovada, construida hacia el año 1.248, del que se encuentra a escasos 100 metros. De clara factura cristiana, se cree que fue construida tras la toma de la localidad por las tropas de Jaime I, en la que destaca su arco de medio punto en la puerta de acceso y la factura de sillarejo en sus lados, con dos alturas y un patio interior anexo, cerrado en mampostería irregular y trabado con aparejo de cal y grava. 

 Posteriormente, en el siglo XVII, se le añadió un pequeño alamborado para dar consistencia a la pared dotándola de más altura y posiblemente almenada. De dicho patio interior anexo a la torre practicamente nada queda en la actualidad, aunque está catalogada como Bien de Interés Turístico (B.I.T.) de la localidad de Alcalá de la Jovada.

 Durante un tiempo formó parte del palacio residencial del caudillo árabe Al-Azraq, e incluso algunos afirman que habría nacido allí, otro misterio custodiado para siempre por sus recias paredes. Sus arcos silleros confirman su origen noble así como de su glorioso pasado, tan apasionante como desconocido.

 Hasta hace poco tiempo, la torre era una pequeña casa rural de Alcalá de la Jovada, donde era posible pernoctar en la estancia del primer piso de la misma, pero en la actualidad se encuentra cerrada y no es posible acceder a ella.

Galería fotográfica:














lunes, 15 de julio de 2019

Poblado Amurallado Íbero de La Moleta (Adsubia) CA-430


Localización: 

 El Poblado Amurallado Íbero de la Moleta se encuentra localizado en las cercanías de la localidad de Adsubia (L´Atzubia, en valenciano), perteneciente a la comarca alicantina de la Marina Alta.

Localización en Google Maps

Vista del poblado de La Moleta en Google

 El yacimiento se encuentra en el extremo occidental de la sierra de Mostalla, que separa las planicies de Oliva y Pego, en un pequeño cerro, llamado La Moleta, de donde toma el nombre el poblado amurallado, situado a unos 244 m. s.n.m., que se eleva en su vertiente meridional sobre la población de Adsubia.

Localización en el mapa topográfico

Historia:

 Los orígenes de Adsubia se encuentran sin duda en la época del Neolítico, ya que en los montes cercanos a ella se ha encontrado algún abrigo de esta época con escasos restos líticos y óseos. Sin duda, y del mismo modo que en el entorno del Montgó, se hallan yacimientos de neta época ibérica de los siglos VI al VI a.C., entre el que se encuentra este Poblado Amurallado de La Moleta de Adsubia.

 La documentación histórica es parca en lo relativo a la población de Adsubia. en sus cercanías, en la pedania de Forna, se yergue el Castillo de este nombre.Parece que Forna podía haber sido una alquería en época islámica, ya que en el año 1.258 se autoriza la venta de la alquería. Las revueltas mudéjares impiden una repoblación efectiva hasta el año 1.276, cuando el rey Pedro III de Aragón inicia el proceso de feudalización entregando Forna a Bernat Guillem en el año 1.282, a quien le sucede Pedro Ribagorza. 

En el año 1.322, el rey Jaime II hizo donación de lo que quedó para el patrimonio real a su hijo Pedro, Conde de Ribagorza, que en al año 1.325 hizo una permuta de tierras con Hugo Folch de Cardona y Anglesola, quien cedió Forna y su castillo a Vicent Escorna, quien murió ajusticiado por haber tomado parte en la Revuelta de la Unión contra Pedro IV de Aragón. En consecuencia, Forna se confiscó y se subastó comprándolo Pere Busquets y Francesc Solanes el 7 de Agosto del año 1.350. En el año 1.349 y con motivo del saldo de una deuda del Rey con el ujier de la Curia Real, el rey vende Forna en pública subasta, a la señora Martínez de Entenza, esposa del propio ujier García Lopez de Cetina, por 20.000 sueldos de moneda real.

 Posteriormente, ostentarían su propiedad Vicent Escorza, Pere Posadores y la familia Cruïlles. Ésta última la mantendría hasta el siglo XVI. Más tarde, a lo largo del siglo XVII, sería propiedad de la familia Figuerola, y en el siglo XVIII, de la familia Juliá y del Barón de Santa Bárbara.



Escudo de la población de Adsubia

Estado actual: 

 Las primeras referencias que se tienen del poblado son mencionadas por Almarche, en los años 60 del pasado siglo XX, en el que, tras su descubrimiento, menciona la aparición en La Moleta de una larga muralla perteneciente al recinto del poblado íbero, con una cronología de probablemente los inicios del siglo V a.C., en el el que cita la aparición en el recinto y los muros de viviendas de ánforas de varios tipos y muchos restos de cerámica íbera datada entre los siglos V y IV a.C.

 Más tarde, el Director del entonces Museo Arqueológico Provincial, D. Enrique Llobregat hace un estudio del yacimiento, así como de los restos encontrados en el mismo, asegurando sin lugar a dudas que pertenece a un poblado de época ibérica, en el que se han excavado unas 20 viviendas tipo, análogas a otros yacimientos coetáneos, tanto del entorno del Montgó, como de otros de El Comtat y L´Alcoià, encontrando un lienzo de muralla que rodeaba el recinto casi en su totalidad, excepto en la abrupta zona que da al norte, oeste y sur del poblado, donde los cortados rocosos de casi 15 m. de altura hacen de defensa natural.

 Sólo en la ladera este, siguiendo el curso del Barranco de Mostalla, es posible el acceso al poblado, donde precisamente se encuentra el lienzo de muralla que protegía el poblado. La posición es idónea para el control del pequeño valle que se extiende a sus pies, por donde se accede al interior del Valle de Gallinera por el oeste y hacia Pego y la costa por este, dominando uno de los pasos naturales más factibles que desde la planicie costera llevan tierra adentro.

 La dispersión de las cerámicas abarcan casi 5.000 m2 de superficie, que se encuentra abancalada para el cultivo, hoy en día en desuso, de tal manera que algunas de las terrazas se aprovechan en parte de la estructura del hábitat del poblado por la disposición regular de las hiladas de mampuestos de roca de sus bases.

Galería fotográfica:




viernes, 28 de junio de 2019

Torre del Cap de L´Aljub (Santa Pola) CA-429


Localización: 

 Los restos de la Torre del Cap de L´Aljub, también llamada Torre Vieja de L´Aljub, se encuentran en la ciudad marinera de Santa Pola, perteneciente a la comarca alicantina del Baix Vinalopó.

Localización en Google Maps

Vista de los restos de la Torre de L´Aljub en Google

 Para llegar hasta ellos hay que tan sólo ir al Castillo de Santa Pola. En su ala sureste, y bajo la Capilla situada en el llamado Baluarte del Rey, se encuentran los restos excavados en el año 2.003 y que confirmaron la existencia de esta torre vigía de costa almohade nombrada en los textos documentales.

Localización en el mapa topográfico

Historia:

 Santa Pola es conocida desde tiempos inmemoriales por todos los pueblos que habitaron la vega de Elche, desde los primeros habitantes que poblaron  La Alcudia de Elche. Íberos y romanos ya se suministraban de la pesca de estas costas santapoleras, hasta tal punto que fue llamada en tiempos romanos Portus Ilicitanus, y muy cerca de la fortaleza, se encuentran las excavaciones que en él se han realizado del poblamiento de pescadores que habitaban la localidad en esos tiempos. Por ello, la historia de Santa Pola y sus fortificaciones están íntimamente ligadas a la de el propio Elche.

 Originalmente, entre la construcción de las numerosas torres-vigía de costa de época islámica, una de ellas, se situó en lo que hoy es el llamado Baluarte del Rey del propio castillo. Esta torre fue llamada Torre del Cap de l´Aljub, de fábrica almohade, al igual que otras de la comarca del Camp de Elx y la propia costa, y que iremos presentando en el futuro. Entre las de costa cabe citar la Torre de Tamarit, la Torre de Escaleta, la Torre del Carabasí y la Torre Talayola.


 La construcción original de donde procede la fortaleza es, pues, la de la misma Torre del Cap de L´Aljub, que se situa hacia  el año 1.337, fecha en la que el infante Ramón Berenguer concede licencia al concejo de Elche  para construirla, así como otra en la Isla de Tabarca, precursora de la fortificación de la isla, y todo ello para responder a la necesidad de fortificar la costa. En el año 1.406, el rey Pedro donó la torre a D. Pedro Esteban, vecino de Elche.

 La torre originaria se encontraba muy cerca del aljibe que se halla en el patio de armas de la fortaleza, y se construyó antes que la propia torre, dando así nombre a la misma: Torre del Cabo del Aljibe ( en valenciano, Torre del Cap de L´Aljub).


 Durante los siglos XV y XVI este baluarte sirvió como defensa de las contínuas llegadas de los piratas y corserios que, con sus navíos, desembarcaban en las playas cercanas y atacaban los enclaves que rodeaban la torre, guardada con un alcaide y tres soldados a lo sumo.

 Los piratas berberiscos capturaban buques y sometían al pillaje a la costa, apoderándose de objetos, alimentos y de esclavos. Esta actividad última supuso una grave tensión entre los habitantes, ya que uno de sus mayores temores era caer cautivo de los piratas y acabar en la plaza de Argel, en el norte de África, cuartel general de los corsarios y berberiscos.

 Por todo ello, en 1.554,  D. Bernardino de Cárdenas y Pacheco, duque de Maqueda, virrey de Valencia y Señor de Elche, a instancias del rey Carlos I, realizó un plan defensivo de la costa y, en sólo doce años se construyeron las torres de Pinet , Talayola, Escaletas y Tamarit, y respecto a la torre del Cap de L´Aljub, decidió construir un castillo-fortaleza, que dio pié al actual Castillo de Santa Pola. Como dato anecdótico diremos que tal construcción de las fortificaciones de Santa Pola, incluida la de la Playa de Pinet, costó al duque la cantidad de 23.000 ducados reales.

 Con su construcción, la función defensiva tomó un nuevo auge, ya que la artillería garantizaba su funcionamiento como puerto mercantil, pesquero y militar, al mismo tiempo. Veinte años más tarde, Felipe II, a instancias del virrey de Valencia, Vespasiano González, mandó reforzar la fortificación , lo que se produjo en el año 1.578.

 A finales del siglo XVI los actos de piratería se hacían más esporádicos, pero sin llegar a desaparecer, pero la función del castillo-fortaleza contribuyó a que poco a poco la actividad berberisca en la zona fuera cayendo paulatinamente.


 En el año 1.784 el castillo-fortaleza pasó a la corona y en esta conmemoración se colocó sobre la puerta el escudo que porta las armas reales de la Casa de Borbón. Años después, en 1.806, el recinto comienza un estado paulatino de abandono y en1.855 se da orden de demolición de la fortaleza, pero el pueblo de Santa Pola solicitó al rey su cesión en interés de convertirlo en iglesia parroquial y acoger la Aduana de la ciudad, siendo efectiva esta cesión el 13 de septiembre de 1.859. La corporación realizó poco a poco su reconstrucción y remozamiento, habiendo sido convertido en dependencias consistoriales y acogido en su interior el actual Museo del Mar.



Escudo de la ciudad de Santa Pola

Estado actual:

 Su origen es indudablemente el de una primitiva torre vigía y defensiva levantada por los almohades a comienzos del siglo XIII. A partir de este siglo, el principal obstáculo para el desarrollo de una población estable en el puerto del Cap de L´Aljub fue el corso y la piratería, que alcanzó un gran desarrollo en esta zona desde mediados del siglo XIV, lo que hizo necesario la construcción de torres guaita de defensa costera. 

 Ello llevó a la construcción sobre los restos de la torre árabe de la llamada Torre Vieja del Port de L´Aljub, que se emplazó en el lugar que ocupa el llamado Baluarte del Rey en el Castillo-Fortín de Santa Pola. Se supone que esta torre se levantó hacia el año 1.337, fecha en que el infante don Ramón Berenguer concedió licencia al Concejo de Elche para edificarla, respondiendo así a las necesidades imperiosas de la costa alicantina.


Plano de las excavaciones efectuadas

 La arqueóloga Yus Cecilia, (2012) la documentó con motivo de una rehabilitación en el castillo, y tras los estudios de sus restos concluyó que se trataba de una torre árabe en sus inicios, que posteriormente se rehizo con unos muros de carga de 1,42 m de anchura en su base, lo que permite asociarla a otras torres, como la Torre de Sax o la Torreta de Elda.

 Para su descripción solo poseemos un testimonio del arquitecto D. Gerónimo Muñoz, fechado en el año 1.595, en el que nos dice: "... ers tan fuerte la torre que el capitán berberisco Barbarroja la cercó con cuarenta galeras para batirla, y aunque la cañoneó con diversas piezas de artillería jamás la pudo batir ni rendir, y que el Duque de Maqueda habiendo visto y reconocido la fortaleza de la torre no permitió que se derribase, sino que se quedara en el baluarte como torre de homenaje para la defensa del paso...".

 La guarnición era de cuatro hombres, lo cual resultaba claramente insuficiente para la defensa de la costa ante la llegada de piratas y corsarios,por lo que, en cuanto se divisaba la presencia de bajeles  enemigos, se requería la presencia de más hombres, ya que los ataques no sólo provenían de moros y moriscos, sino también de castellanos.

 La torre se encontraba muy cerca del aljibe, que se hhala en el subsuelo del patio de armas del castillo. Este aljibe se construyó antes que la torre y dio nombre el puerto en época alto-medieval, y se suministraba del agua procedente de los barrancos situados al norte en épocas de escorrentía.

Galería fotográfica:

 Dado que los restos actuales están soterrados tras las excavaciones, no se dispone de fotos ni de su porte en época medieval.

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