El Tossal de Manises se encuentra en la Playa
de la Albufereta, muy cerca de la Huerta de la Condomina, donde se encuentran
más de una veintena de torres vigía. Esta playa pertenece al término municipal
de Alicante.
Localización en Google Maps
Vista del Tossal de Manises (Lvcentum) en Google
Para llegar al Tossal de Manises es necesario tomar la carretera de la costa que desde Alicante de dirige a la Albufereta. Antes de llegar a desvía hacia el Cabo de Huertas, girar a la izquierda hacia una gasolinera que veremos a nuestra derecha. A unos 250 metros se encuentra la entrada al yacimiento de Lucentvm.
Localización en el mapa topográfico
Historia:
Los primeros datos relativos a la fundación de
la ciudad de Alicante se remontan al Eneolítico, y más tarde a la Edad del
Bronce.
También son muy numerosos, y especialmente
notables, los restos correspondientes a los poblamientos de origen ibero, pues
este pueblo formó un asentamiento en la zona del Tossal, llamado así por tener
forma de un cerro de poca elevación, antes de la dominación romana.
Cuando esta se produjo, las tropas al mando
del cónsul Cayo Flaminio fueron las encargadas de tomar las ciudades iberas de
la provincia, como La Alcudia de Elche ó el Poblado Amurallado de El Monastil
de Elda, entre otras, y por supuesto, el asentamiento ibero de El Tossal de
Manises, que se produjo alrededor del año 93 a.C. (siglo I a.C.). Los documentos de la época señalan que la cultura romana pronto fue asumida por los ñiberos, que se romanizaron prácticamente en pocas décadas.
La ciudad ibera que se alzaba en el tossal
comenzó a transformarse en una ciudad romana, y de ello dan fe las
construcciones que a tal fin emprendieron los romanos. Para ello, el primer
trabajo que les convenía fue el amurallamiento de la ciudad, a la que llamaron con
el nuevo nombre de Lvcentum ( Ciudad de
la Luz), precursora de la actual ciudad de Alicante, aunque algunos autores
creen que Lvcentum se situaría en el actual barrio de Benalúa de Alicante.
Otros, como J. Lafuente, mantienen el nombre de Lvcentum para la ciudad
amurallada romana de El Tossal de Manises. Aparte de amurallar la ciudad, los romanos construyeron un sinfín de construcciones a su estilo: templos, un anfiteatro, termas, alcantarillado, etc. convirtiéndola en una próspera colonia romana.
En el siglo III, con las invasiones bárbaras, la ciudad sería parcialmente destruida, sufriendo sus murallas grandes daños, y entrando en abandono al emigrar su población hacia el sur, creando una nueva ciudad en lo que hoy es Alicante (se cree que en actual barrio de Benalúa por los restos encontrados). Tras la cultura visigoda, posterior a la caída del Imperio Romano, se convertiría en la medina islámica de Al-qant con la invasión musulmana, comenzando la construcción de la alcazaba del Benacantil, primitivo castillo de Santa Bárbara.
En el siglo III, con las invasiones bárbaras, la ciudad sería parcialmente destruida, sufriendo sus murallas grandes daños, y entrando en abandono al emigrar su población hacia el sur, creando una nueva ciudad en lo que hoy es Alicante (se cree que en actual barrio de Benalúa por los restos encontrados). Tras la cultura visigoda, posterior a la caída del Imperio Romano, se convertiría en la medina islámica de Al-qant con la invasión musulmana, comenzando la construcción de la alcazaba del Benacantil, primitivo castillo de Santa Bárbara.
Plano general de las excavaciones en el Tossal de Manises
La Lvcentum
alicantina ha sido, sin duda, la ciudad por excelencia de los arqueólogos
alicantinos y foráneos. No en vano se trata de las ruinas que precedieron a la
fundación de la ciudad de Alicante. Prácticamente, ningún otro recinto histórico
de la provincia ha recibido más entusiasmo, eruditos y fondos para su estudio y
reconstrucción que la presente “ruina”.
La muralla que rodea a la ciudad del Tossal de
Manises se considera ibérica, por el tipo de aparejo usado en su fábrica y fue
construida en la segunda mitad del siglo II a.C., bajo el poder político de
Roma, efectivo desde el siglo III a.C.
Los romanos actuarán sobre la muralla de dos
formas, que corresponden a épocas diferentes. La primera consistió en reforzar
el sistema defensivo con la construcción de torres y la otra en desmantelarla
para permitir otro tipo de construcciones., una vez perdida la utilidad de la
muralla.
Las torres, de las que hasta ahora se han descubierto restos de cinco de ellas, eran de planta rectangular y miden alrededor de 7 metros y entre 3 y 3,5 metros de altura. Pertenecen a un momento posterior al de la muralla, como demuestra el hecho de que estén adosadas y no trabadas en ella, así como el aparejo utilizado en su fábrica, que se compone de sillares, en contraposición a la mampostería de la muralla.
Las torres, de las que hasta ahora se han descubierto restos de cinco de ellas, eran de planta rectangular y miden alrededor de 7 metros y entre 3 y 3,5 metros de altura. Pertenecen a un momento posterior al de la muralla, como demuestra el hecho de que estén adosadas y no trabadas en ella, así como el aparejo utilizado en su fábrica, que se compone de sillares, en contraposición a la mampostería de la muralla.
El segundo efecto sobre la muralla es su
anulación. Efectivamente, el sistema defensivo pierde importancia a lo largo
del Alto Imperio (siglos I-II d.C) y se utilizan como muro posterior de las
edificaciones, adosándose al pié de la muralla, o aprovechando las extintas
torres como cimentación para otros usos en el recinto del tossal. Según algunos
autores, las murallas comenzarían a demolerse a partir del césar Augusto, con
quien en Hispania se inaugura un período de relativa calma política y militar.
Solamente una puerta, que pueda llamarse como
tal, ha sido descubierta en la ciudad y concretamente en su lado oriental. La
muralla queda interrumpida en este punto y aparece una laguna de unos 3,5
metros al lado de una gran torre de mampostería. En este punto se considera
existía la puerta de acceso a la ciudadela amurallada, que daba paso a la
llamada calle de Popilio.
Se conocen, además, otros dos accesos menores:
uno situado en el extremo occidental en un vano de la muralla. El otro, es un
estrecho paso en un ángulo de la muralla situado hacia el Norte. Ambos
estuvieron en uso en época del Alto Imperio, consecuencia de anteriores
poternas abiertas en la muralla.
Se han descubierto dos termae (termas) en el interior. La mayor se denomina Termas de la Muralla, nombre dado por
Figueras Pacheco, ocupando la mitad SE de la calle Popilio y miden 38 m. de
longitud por 13 m. de anchura. Al SE se encuentra la entrada y las salas (frigidarium o baño frío y caldarium o baño caliente). La otra
terma se sitúa al pie del cerro del tossal, junto a la Albufereta y fue
referida por José Lafuente, pero de mucha menos importancia de las termas de
Popilio.
Se conoce la existencia de un templo romano,
ya que en una inscripción hallada en las excavaciones se refiere que M. Popilius Onyxs construyó con su
dinero un templo, aunque no especifica a que deidad estaba dedicado, aunque se
cree que fue dedicado a Juno, por unas monedas halladas del año 12 a.C.
Todo el conjunto estaba cerrado por la necrópolis. El mundo de los vivos y el de los muertos estaba delimitado por el "pomerium", límite sagrado que determinaba el recinto dentro del cual estaba prohibido dar sepultura, concretado en la muralla si la ciudad contaba con ella.
Todo el conjunto estaba cerrado por la necrópolis. El mundo de los vivos y el de los muertos estaba delimitado por el "pomerium", límite sagrado que determinaba el recinto dentro del cual estaba prohibido dar sepultura, concretado en la muralla si la ciudad contaba con ella.
En la segunda mitad del siglo III d.C, la
ciudad sufrió un fuerte declive, como lo demuestra la ausencia de cerámicas del
tipo Clara D, características del siglo IV d.C,
y de las que se encuentran gran cantidad en Benalúa, por lo que se cree
que en estos años ya se habían trasladado los habitantes del tossal al nuevo
emplazamiento.
Todas las campañas arqueológicas emprendidas desde hace muchos años tratan de acercarnos lo más posible a conocer los orígenes de Alicante, y para ello no se han escatimado esfuerzos. De ello da fe la creación de un museo en sus inmediaciones, LVCENTUM, donde se recogen todos y cada uno de los restos que han sido desenterrados de las ruinas del Tossal de Manises, constituyendo un auténtico museo monográfico para el mismo.
Todas las campañas arqueológicas emprendidas desde hace muchos años tratan de acercarnos lo más posible a conocer los orígenes de Alicante, y para ello no se han escatimado esfuerzos. De ello da fe la creación de un museo en sus inmediaciones, LVCENTUM, donde se recogen todos y cada uno de los restos que han sido desenterrados de las ruinas del Tossal de Manises, constituyendo un auténtico museo monográfico para el mismo.
En la actualidad la ciudad amurallada y
fortificada del Tossal de Manises se encuentra en un estado de conservación
envidiable, si lo comparamos con otros yacimientos, sean del tipo que sean, lo
que da idea de las “prioridades culturales” que las autoridades tienen al otorgar los fondos públicos para el
estudio y la protección de nuestros monumentos históricos.
Con esta afirmación, el autor de este Blog
sobre los Castillos, Torres y Fortificaciones de la provincia de Alicante,
reclama que se tenga el mismo criterio, que el que se le otorgó al Tossal de
Manises, para con otras construcciones de la provincia que se encuentran en un
estado lamentable, y que necesitan, más si cabe que el Tossal, una intervención
urgente antes de que sea demasiado tarde.
Galería
fotográfica:
Galería fotográfica de nuestra visita al yacimiento el 03-06-2018:
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