Localización:
La Torre de Vaillos, o Torre del Hort d´Vaillos, se encuentra situada en la parte céntrica de la ciudad de Elche, muy cerca de la actual Estación de ferrocarril y dentro de un huerto de palmeras, también llamado Hort de la Torre, en la Avda. de la Libertad. El acesso a ella se realiza por un camino lateral adosado al Parque de Tráfico Infantil, situado en dicha avenida.
Localización en Google Maps
Vista de la Torre del Huerto de Vaillos en Google
Por estar incluida en el referido huerto de palmeras,
también se conoce como la Torre de la
Huerta de Vaillos. En él, está enclavado el edificio del Conservatorio
Municipal de Música, y todo el entorno es de propiedad municipal. Su ubicación es el Camí del Pantano, nº 3.
Localización en el mapa topográfico
Su origen, al igual que
otras torres de la huerta ilicitana, se debe a que en el año 1.552 un bajel
berberisco capitaneado por Salah Rais,
llega a la costa ilicitana, en las cercanías de la playa del Pinet escasamente
defendida por algunos vigías de guardia, para evitar que los contrabandistas
cruzaran la albufera al amparo de la noche y
los controles impuestos por el marqués de Elche, y se percatan de la
poca presencia defensiva. Toman tierra y rápidamente se adentran hasta la villa
ilicitana donde, después de intentar su
asalto, capturaron importante botín en enseres y personas.
Esto provoca que las autoridades y las clases altas crearan el conocido como Resguardo de la Costa, institución
encargada de crear una tupida red de alerta y prevención de ataques de enclaves
de costa y de recintos urbanos, ya que en 1.550 el pirata Dragut, mercenario a sueldo de los turcos, castigaba las costas de
la huerta de Alicante allí donde las defensas se relajaban.
Desde la Edad Media un sistema de avisos se ocupaba de la vigilancia del territorio: atalayas, y escoltas, de día y de noche. Tenían encargada la custodia de la costa y de los caminos y veredas. En 1.449, por orden del rey, debido a la presencia de asaltadores de caminos, se dictan capítulos para establecer una línea de vigilancia que debía custodiar las poblaciones de Elche, Alicante, Novelda, Elda y Jijona.
Las torres enclavadas en el interior del territorio cumplían la función de completar el sistema de alarma de la villa y avisaban, dado el caso, a la población que trabajaba en los campos. Pero, a partir del asentamiento del poder otomano en Argel, en 1.516, se concibe un sistema defensivo que, mediante la construcción de torres de vigilancia, pretendía "cerrar la costa como una muralla", en palabras de uno de los artífices del proyecto, el ingeniero italiano Juan Bautista Antonelli.
Desde la Edad Media un sistema de avisos se ocupaba de la vigilancia del territorio: atalayas, y escoltas, de día y de noche. Tenían encargada la custodia de la costa y de los caminos y veredas. En 1.449, por orden del rey, debido a la presencia de asaltadores de caminos, se dictan capítulos para establecer una línea de vigilancia que debía custodiar las poblaciones de Elche, Alicante, Novelda, Elda y Jijona.
Las torres enclavadas en el interior del territorio cumplían la función de completar el sistema de alarma de la villa y avisaban, dado el caso, a la población que trabajaba en los campos. Pero, a partir del asentamiento del poder otomano en Argel, en 1.516, se concibe un sistema defensivo que, mediante la construcción de torres de vigilancia, pretendía "cerrar la costa como una muralla", en palabras de uno de los artífices del proyecto, el ingeniero italiano Juan Bautista Antonelli.
De
esta manera, en el término de Elche se emprendería la construcción
de la Torre de Escaletes, en lo alto de la sierra de Santa Pola, que completaría el sistema de torres vigía de origen medieval: Pinet, Cap de L´Aljub y Atalayola. En 1.557, se erige por Bernardino de Cárdenas, marqués de Elche y virrey de Valencia, el castillo-fortín de Santa Pola.
Algunas de las torres
del agro ilicitano podrían estar asociadas desde un principio con
apellidos de la nobleza local, otras lo fueron más tarde, como un
elemento más del linaje. A la de Ressemblanc, Asprella, Estanya o
Gaitan, se unirían con el tiempo otras, como la torre de la Cañada,
detentada en el siglo XVIII por los condes de Torrellano, o la de
Carrús, propiedad de los Miralles de Imperial, marqueses de la Torre
de Carrús.
El nombre de Torre de Vaillo, o Torre Vaillós, proviene de la familia antigua titular de
la torre, los Vaillo de Llanos. Los detentadores de este apellido,
eran miembros de la pequeña nobleza local que, en 1.716, recibieron
el título de condes de Torrellano. Los condes tenían su residencia
habitual en una casa en la plaza de Baix, frente al Ayuntamiento, y
es muy probable que no residieran nunca en la torre. No obstante,
esta cumplía una función de prestigio, ligada al apellido, y
recordaba los deberes asociados al estamento nobiliario: la defensa
del territorio.
Torre de Vaillos (Foto antigua)
Escudo de la ciudad de Elche
Estado
actual:
Se trata de una torre
de defensa de planta cuadrangular y morfología troncopiramidal
construida en mampostería en el relleno y sillería encadenada en
las esquinas, remates, vanos y acceso al interior, mostrando una base
ligeramente alamborada.
La
torre posee tres plantas con los vanos arquitrabados en sillería
manteniendo un orden vertical descentrado del eje simétrico de los
paños y equidistante respecto a los ángulos de la torre. Destaca
entre todos ellos un vano de sillería con arco ciego de descarga en
mampostería, ubicado en el frente norte. En este mismo punto, parece
que se encontraría el acceso original al interior, construido en
sillería y actualmente tapado, ya que existe una nueva puerta que se
haya en el flanco sur. Pero lo más peculiar y característico de
esta torre se encuentra en el remate, cuyo cuerpo está separado del
resto de alturas por un baquetón o cornisa corrida donde residen
cuatro ladroneras ubicadas en el centro de las caras de la torre, de
las que sólo se conservan las ménsulas de arranque labradas en
piedra arenisca. Estas cuatro defensas servían para batir
verticalmente las zonas más cercanas a la torre, impidiendo que el
enemigo pudiera hacer zapa y tormentaria, generando boquetes en la
estructura para acceder al interior.
Acompañando a las troneras, encontramos también unas piezas de sillería embutidas en el muro en un número de tres por cada una de sus caras, que cuentan con dos orificios de sección circular que forman parte de los encastres de un cadahalso o estructura de madera, volada y cubierta por una techumbre a un agua, que servía como defensa avanzada vertical por la que se podía recorrer todo el perímetro de la torre. Este tipo de defensa de clara cronología medieval, son muy escasas de ver en nuestro territorio, bien por la ausencia de remates en muchas de nuestras fortificaciones y por las sucesivas reformas que sufren nuestros castillos y torres en época renacentista. El caso de la Torre de Vaillos es excepcional ya que conserva los arranques originales de la estructura de madera lo que, junto a la presencia de las ladroneras, su planta cuadrangular y su ligero alamboramiento en la base, ha permitido fechar la construcción en los finales del siglo XV o la primera mitad del siglo XVI (Menéndez Fueyo,2001)
Podría tratarse de una torre de peaje, control y defensa del camino que se dirige al interior, cumpliendo la orden emitida por el rey Enrique IV en el año 1.449, para establecer una línea de vigilancia que debía custodiar las poblaciones cercanas. Torres cono la de Vaillos completarían el sistema de alarma. Con la paulatina desaparición del peligro corsario en la costa, las torres, al igual que las de la Huerta de Alicante y otras de la costa alicantina, acaban convertidas en edificios de cierto prestigio, vinculadas a los principales apellidos de la nobleza local, como los Vaillo de los Llanos, quienes en el año 1.716, recibieron el título de Condes de Torrellano.
Acompañando a las troneras, encontramos también unas piezas de sillería embutidas en el muro en un número de tres por cada una de sus caras, que cuentan con dos orificios de sección circular que forman parte de los encastres de un cadahalso o estructura de madera, volada y cubierta por una techumbre a un agua, que servía como defensa avanzada vertical por la que se podía recorrer todo el perímetro de la torre. Este tipo de defensa de clara cronología medieval, son muy escasas de ver en nuestro territorio, bien por la ausencia de remates en muchas de nuestras fortificaciones y por las sucesivas reformas que sufren nuestros castillos y torres en época renacentista. El caso de la Torre de Vaillos es excepcional ya que conserva los arranques originales de la estructura de madera lo que, junto a la presencia de las ladroneras, su planta cuadrangular y su ligero alamboramiento en la base, ha permitido fechar la construcción en los finales del siglo XV o la primera mitad del siglo XVI (Menéndez Fueyo,2001)
Podría tratarse de una torre de peaje, control y defensa del camino que se dirige al interior, cumpliendo la orden emitida por el rey Enrique IV en el año 1.449, para establecer una línea de vigilancia que debía custodiar las poblaciones cercanas. Torres cono la de Vaillos completarían el sistema de alarma. Con la paulatina desaparición del peligro corsario en la costa, las torres, al igual que las de la Huerta de Alicante y otras de la costa alicantina, acaban convertidas en edificios de cierto prestigio, vinculadas a los principales apellidos de la nobleza local, como los Vaillo de los Llanos, quienes en el año 1.716, recibieron el título de Condes de Torrellano.
El último cuerpo del edificio queda separado
por una moldura en donde se ubican unos sillares con dos perforaciones, que
debieron servir de apoyo a los arbotantes de una estructura de madera que
sustentaba una plataforma, a modo de buharda o “cadahalço”, rematando el edificio y de la que sólo se conservan
estos apoyos y los modillones de los cuatro matacanes centrales existentes en
la cornisa.
Se accede a la torre a través de un vano
arquitrabado en sillería, con blasón sin tallar en su clave, emplazado a la
altura de la segunda planta. El original, situado en la cara Norte, pero en la
actualidad está tapiado, ya que existe un nuevo acceso ubicado en la cara
opuesta, es decir, la Sur, levantado con análogos materiales.
Como elementos defensivos presenta en el remate cuatro ladroneras, una
en cada lado de la torre y centradas, de las que sólo quedan los modillones de
arranque. Complementariamente, hay que señalar los restos de una quicialera
adosada en el frente Sur que bien podría señalar la ubicación de una poterna
que diera acceso a una posible construcción de mayor tamaño , teniendo a la
torre como defensa de flanqueo.
El carácter arcaico de este edificio:
pequeñas aberturas, existencia de cadahalso, matacanes centrales, etc., sugiere
una cronología para esta torre de la segunda mitad del siglo XV o principios
del XVI.
Dado su carácter municipal, la torre se
encuentra perfectamente restaurada y con su conveniente mantenimiento por parte
del Excmo. Ayuntamiento de la localidad. Recientemente se ha dado a conocer que el consistorio va a permitir su visita en determinados horarios, para que se convierta en un mirador privilegiado del palmeral de Elche, idea que nos agrada enormemente.
Efectivamente, ahora se puede visitar, y en su interior hay una exposición con paneles didácticos muy interesantes, sobre todas las torres del término municipal de Elche. Incluso hay algo de información más allá de Elche. Su responsable es un técnico municipal, que ha realizado un magnífico trabajo de documentación.
ResponderEliminarLa ermita contigua que aparece en la fotografía, también ha sido restaurada recientemente, mediante la participación de una Escuela-Taller municipal de cantería. Por cierto, me gustaría que dejen de emplear para estas restauraciones piedra Bateig, puesto que no es la originalmente empleada, y a veces se nota demasiado la diferencia. En la sierra norte de Elche, existen centenares de canteras clausuradas (más bien, abandonadas); algunas de origen íbero, de donde se extrajo la piedra para la muralla medieval de Elche, para estas torres vigías, y más antiguamente para el poblado íbero de La Alcudia o el busto de la famosa Dama de Elche. Creo que puntualmente por motivos técnicos de interés general, debería autorizarse la extracción de piedra de alguna de estas canteras más próxima a las vías de comunicación modernas (hay marcas de carriladas de los antiguos carreteros); en pequeñas cantidades y con el mínimo impacto ambiental, para este fin de la restauración del patrimonio arquitectónico protegido. SALUDOS
ResponderEliminarUna gran labor la de Ximo Puig, por abundar en la información sobre las torres defensivas de Elche. Gracias.
ResponderEliminarRaúl Agulló, como siempre, incorpora conocimientos añadidos de mucho valor para que la restauración de la torres vigías se hagan con el criterio de autenticidad.Gracias.
Ximo Puig ..?
ResponderEliminarBueno, se ha equivocado de Ximo...ja,ja,ja
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