Localización:
La antigua Torre Árabe de
Castalla se encuentra situada en el municipio alicantino homónimo situado en la
comarca de L´Alcoiá.
Localización en Google Maps
Vista de la Torre Árabe de Castalla en Google
Para acceder a la antigua
torre debemos dirigirnos a las parte antigua de la población y llegar hasta la
Ermita medieval de la Sangre, la más antigua de la localidad. Un camino
serpenteante por el cerro, a través del antiguo barrio musulmán, y antes de
llegar a la fortaleza de Castalla, nos deja a las puertas de la ermita, erigida
donde se encontraba la mezquita almohade de la alquería musulmana de Castalla.
Localización en el mapa topográfico
Historia:
El Castillo de Castalla siempre se ha
caracterizado por mantener una posición de gran importancia estratégica en
todos los conflictos bélicos en los que ha intervenido. Sus orígenes son remotos
e inciertos, y se sabe que su cimentación original es de época íbera y romana,
por los vestigios arqueológicos encontrados, y fue habitada la zona desde el
siglo II a.C. hasta entrado el siglo V d.C.
El castillo como tal se remonta al siglo XI
con la ocupación del territorio por los musulmanes, que levantaron en el carro
una fortificación de la que apenas quedan restos, ya que la mayoría de las
construcciones corresponden a los siglos XIV y XV, ya en época cristiana. Los
restos arqueológicos así lo confirman y por los documentos sabemos que en el
año 1.229 pertenecía a Zayd Abu Zayd, antiguo gobernador de la ciudad de
Valencia. Paralela a la construcción de la fortaleza, se construyó en la medina
árabe una mezquita con torre alminar, que con el paso de a manos cristianas se
convirtió en el primer templo de la localidad y utilizado como rectoría de
moriscos hasta su expulsión.
En 1.245, Jaime I cambia el castillo a Ximen
Pérez D´Arenós, yerno del rey musulmán de Valencia Abu Zayd, por las poblaciones valencianas de Cheste y
Villamarchante, y es ocupado sin resistencia y anexionado al Reino de Valencia.
Tras el Tratado de Almizra, el castillo fue
adjudicado de nuevo al penúltimo rey musulmán de Valencia, Sid Abu Said, aliado
de Jaime I el Conquistador. En esta coyuntura, el Castillo de Castalla volvió a
tener una gran importancia estratégica al ser pieza clave en la defensa de la
frontera sur del reino valenciano.
A la muerte de Jaime I, siendo ya rey Pedro I,
en 1.276 se confió su custodia a D. Ximen Pérez de Calahorra. En 1.284, Pedro
I realiza las primeras obras de
restauración y ampliación, que fueron continuadas por Jaime II. En 1.311,,éste
lo cambia por territorios catalanes a D. Bernardo de Cruilles, pero la
operación se deshace 5 años después, en 1.316.
El 20 de septiembre de 1.362, el rey de Aragón Pedro IV se lo entrega, junto a la población, al noble D. Ramón de Vilanova i Lladró, creando la Baronía de Castalla. El rey dispuso que se derribase porque estaba ruinoso y mal fortificado, y que se reparase lo más pronto posible, sino quería derribarlo, como así se hizo a cargo de la baronía. Las obras de esta época quedarían patentes en las troneras y las almenas aspilleradas, su planta cuadrangular y los cubos en diagonal.
El 20 de septiembre de 1.362, el rey de Aragón Pedro IV se lo entrega, junto a la población, al noble D. Ramón de Vilanova i Lladró, creando la Baronía de Castalla. El rey dispuso que se derribase porque estaba ruinoso y mal fortificado, y que se reparase lo más pronto posible, sino quería derribarlo, como así se hizo a cargo de la baronía. Las obras de esta época quedarían patentes en las troneras y las almenas aspilleradas, su planta cuadrangular y los cubos en diagonal.
Sucesivamente pasó a manos
de sus herederos, Dª María y D. Ramón Lladró y se vinculó al marquesado de Dos
Aguas. Es en estos tiempos del siglo XIV cuando se construyen el Palacio y el
Patio de Armas. La Torre Grossa ó Torre del Homenaje fue la última construcción
en el año 1.579 , como refuerzo y vigía ante los ataques de los piratas del
norte de África y que en año 1.813 ya estaba en ruinas.
En la Guerra de Sucesión a la corona de España
(1.701-1.713), la comarca toma partido por el bando de Felipe V de Borbón, y el
castillo pasa a ser almacén de alimentos para las tropas de éste. Al acabar la
contienda, el rey Felipe V concedería a la villa de Castalla en 1.730 el título
de Muy Noble, Fiel y Leal. Posteriormente, en 1.890, la Reina Mª Cristina, en
nombre del rey Alfonso XIII, le concedería el título de Ciudad.
Durante la Guerra de la Independencia, el
castillo sirvió de escenario a importantes acciones bélicas. El 21 de julio de
1.812, las tropas francesas tomaron la población y el castillo tras derrotar a
las tropas comandadas por el general O´Donnell que se habían hecho fuertes en
el castillo. Posteriormente, el 13 de abril de 1.813, los franceses fueron
derrotados por las tropas que mandaba el general español Francisco Javier Elio,
bajo el mando del capitán general de las tropas españolas, el general
Wittingham. Esta retirada de las tropas francesas de Castalla inició la
retirada general en la Comunidad Valenciana.
El castillo pasó a manos de la descendiente
del marquesado de Dos Aguas, Dª María Dasí Puigmoltó, la cual, ante el lamentable
estado que presentaba el monumento, lo donó a la iglesia parroquial de Nª Sra.
de la Asunción, y posteriormente, pasó a manos del Excmo. Ayuntamiento de
Castalla.
Los orígenes de la ermita se
remontan al siglo V, pues ya existía un primitivo templo visigodo cuando
imperaba en España el arrianismo como religión oficial. En el año 589, Recaredo
I lo dedicó al culto mientras subsistió la monarquía visigoda.
Tras la invasión árabe, la ermita fue
utilizada por los almohades como mezquita musulmana, construyéndose una torre
alminar y sala de culto. La torre servía al mismo tiempo como torre de defensa
de la alquería árabe de Castalla.
La mezquita fue reconvertida ,como hemos
apuntado, en el primer templo parroquial cristiano, y cuando fue levantado la
actual iglesia parroquial de Castalla, se convirtió en la actual Ermita de la
Sangre, donde está la capilla de la Natividad de Nuestra Señora, siendo la
única iglesia en tiempos del rey Jaime I de Aragón hasta el año 1.245.
Escudo de la población de Castalla
Estado
actual:
En el siglo XV, y debido al aumento de la
población, el templo resultaba ya pequeño para las necesidades parroquiales,
por lo que se decidió agrandarlo.
Reunidas las autoridades en Concejo público en
Julio de 1.436, acordaron la construcción de la sacristía vieja, en el lado
izquierdo y de dos cuerpos de bóvedas, primero y último de los cinco que
actualmente tiene la ermita, como se puede apreciar por la diferente forma de
los arcos de piedra sobre los que se apoyaron las bóvedas.
A partir del año 1.460 se construyeron las
diferentes capillas que integran la actual ermita, y no es hasta mediados del
siglo XVII cuando se acomete la obra del altar mayor y el camarín de la Virgen
de la Soledad, patrona de la población de Castalla.
En 1.572, concluidas las obras de la actual Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, se trasladó a ésta la parroquia del municipio, y la ermita dejó de llamarse iglesia, siendo en 1.577 la institución de la Cofradía de la Sangre de Cristo Redentor, o como se conoce en la actualidad: Ermita de la Sangre.
En 1.572, concluidas las obras de la actual Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, se trasladó a ésta la parroquia del municipio, y la ermita dejó de llamarse iglesia, siendo en 1.577 la institución de la Cofradía de la Sangre de Cristo Redentor, o como se conoce en la actualidad: Ermita de la Sangre.
P. Madoz habla de ella como “un edificio gótico primitivo de mal gusto”,
presentando una planta de nave única, con estructura de arcos diafragma
ojivales y capillas en los contrafuertes de la edificación. Es, pues, un
edificio que se adscribe al “gótico de
Reconquista”, pues fueron consagrados por el mismísimo rey Jaime I.
La actual torre, heredera del primitivo
alminar de la mezquita árabe, se construyó sobre la planta del mismo, en
mampostería irregular y sillares en sus esquinas, hoy bien visibles, no así
como la mampostería de sus muros por estar encalados.
Son visibles los vanos en sus paredes y la
terraza queda rematada por una bóveda ondulada en teja azul.
Su estado actual es muy satisfactorio, pues no
en vano se trata del lugar donde se venera a la patrona de la localidad.
Galería
fotográfica:
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