Localización:
La Fortificación denominada Castellar de la Morera se encuentra situada al norte de la ciudad de Elche, capital de la comarca alicantina del Baix Vinalopó, y a la que el arqueólogo francés Pierre Guichard asimila con la antigua fortaleza de época califal de "Al-´Askar".
Recinto de la fortificación
Su amplio emplazamiento de unas 11 hectáreas de superficie se encuentran localizadas al norte del Pantano de Elche, cubriendo un amplio espacio de la ladera occidental de la sierra que cierra el pantano por levante. Fue estudiada a principios del siglo XX por el erudito ilicitano Pedro Ibarra, aunque los primeros datos fueron realizados por Cristóbal Sanz en el año 1.621.
El acceso a la fortificación se realiza desde las inmediaciones de la presa del Pantano de Elche, el frente meridional, ya que la suave pendiente nos permite acceder a la misma de manera mucho más cómoda. Se encuentra en las últimas estribaciones occidentales de la Sierra del Tabayá, y con una altitud máxima de 278 m.s.n.m.., en la margen izquierda del río Vinalopó.
Vista panorámica del Castellar de la Morera
Localización en el mapa topográfico
Historia:
Cuentan los códices antiguos que tras la invasión árabe a la Península Ibérica, éstos llegaron a las cercanías de los territorios actuales de Elche y fundaron la primera medina en forma de campamento militar, al que se denomina "al-´askar", palabra árabe que precisamente significa "campamento". Ello debió suceder a finales del siglo IX o comienzos del siglo X.
Cuentan los códices antiguos que tras la invasión árabe a la Península Ibérica, éstos llegaron a las cercanías de los territorios actuales de Elche y fundaron la primera medina en forma de campamento militar, al que se denomina "al-´askar", palabra árabe que precisamente significa "campamento". Ello debió suceder a finales del siglo IX o comienzos del siglo X.
Se trataría, pues, de una de las primeras fortificaciones árabes de la época califal, que dependía de la kura de Tudmir, ubicada en Orihuela.
Mapa de Alicante en la época califal (siglos IX -X)
Tras ello, crearon una medina en lo que
actualmente es la ciudad de Elche, construyendo los diversos recintos
fortificados que en ella se encuentran en la actualidad.
Las murallas de Elche se
enmarcan en la delimitación que hicieron los almohades a finales del siglo XI y
principios del siglo XII para fortificar los alrededores de su primera
alcazaba, que llevó pareja la construcción de sus diversas torres.
De esta forma edificaron una bella ciudad a ambas riberas del Rio Vinalopó, abastecida
por una Acequia Mayor y en cuyos aledaños se cultivaron palmeras, tan
apreciadas por estos pueblos dominadores del Norte de África, así como la vid.
De ambos cultivos, los musulmanes producían dos de sus más preciados manjares:
las pasas y los dátiles. De hecho, el Palmeral de Elche, considerado como
Patrimonio de la Humanidad, tiene sus orígenes en estas plantaciones de
palmeras de la época almohade.
Se disponía en la ciudadela de unas Baños
Árabes, situados en lo que hoy es el Convento de las Clarisas, en la antigua
calle Mayor. Se creé que en el solar de lo que hoy es la basílica de Santa
María, se encontraba una mezquita aljama sobre la que se construyó la misma.
En el año 1.621, una crónica del historiador
Cristóbal Sanz hace una descripción detallada de todo el recinto amurallado y
de las torres, indicando de manera bastante precisa su recorrido y
características. Según Sanz, la cerca de la ciudadela, almenada y construida en
tapial, tenía un perímetro de mil cuatrocientos pasos y estaba dotada de
barbacana y foso. La describe como una de las murallas más grandes del reino,
con ocho grandes torreones más dieciséis torres pequeñas, a las que hay que
sumar las ocho de la barbacana. Un total de 32 torres, entre las que destaca La
Calahorra.
Con el fin de la era visigoda, los habitantes
de la antigua Íllice ( La Alcudia de Elche) se trasladaron a los actuales
terrenos que ocupa la ciudad antigua de Elche, y tras la invasión musumana, fue
sometida al Islám con el resto del territorio de Tudmir, al que pertenecía,
hasta la Reconquista por Jaime I, quien consiguió la plaza para Castilla por
las Capitulaciones de Alcaraz del año 1.241 cuando el rey de Murcia se
sometería al vasallaje del entonces infante Alfonso. Sin embargo, en 1.261
estallaría la sublevación musulmana en la región y por indicación del rey
castellano, Jaime I tuvo que tomar de nuevo la ciudad, lográndolo en 1.265 y
pasando a manos de caballeros aragoneses y catalanes.
Durante el reinado de Fernando IV las tropas
aragonesas, aprovechando la conflictiva situación interna de Castilla, tomaron
posesión de la ciudad y tras posteriores acuerdos Elche quedaría incorporada al
Reino de Valencia.
Jaime II cedería la ciudad a su hijo Ramón
Berenguer, cambiando su propiedad entre varios nobles hasta que, reinando Pedro
el Ceremonioso, éste cedería la ciudad al condado de Barcelona hasta mediados
del siglo XV.
A principios de del siglo XVI, el problema de
la presencia mudéjar en la ciudad adquirió una gran conflictividad, agravada
por las incursiones berberiscas por la costa de Santa Pola. Principalmente
famoso y notorio fue el saqueo de parte de la ciudad del pirata Barbarroja en
el año 1.522. A principios del siglo XVII, en 1.609, los mudéjares fueron
definitivamente expulsados de Elche.
Durante la Guerra de Sucesión, Elche se
declararía partidaria del archiduque Carlos y fue saqueada por las tropas de
Felipe V, y durante la Guerra de la Independencia no se libró del saqueo de las
tropas francesas del general Mombrun en el año 1.812, pese a disponer de un
batallón de las tropas reales.
Finalmente, en el año 1.871, el rey Amadeo de
Saboya le concedió el título de Ciudad.
Escudo de la ciudad de Elche
Estado
actual:
Plano general de la Fortificación del Castellar de la Morera
El Castellar de Elche, conocido como el Castellar de la Morera, tiene sus crestas recorridas por una impresionante muralla de mampostería de la técnica de "piedra seca" en forma de cuadrilátero irregular de más de dos metros de anchura y hasta metro y medio de alzado conservado, que configuran un recinto defensivo cuyas dimensiones son de 158 metros en el lado sur; 260 metros en el noroeste; 348 metros en el norte, y 286 metros al este, con una superficie total de 480.000 m2.
En
la cota más alta del ángulo nordeste,se encuentra una plataforma
regular que parece actuar de acrópolis, donde las recientes
excavaciones llevadas a cabo por el MARQ y la Universidad de Alicante
entre los años 2.007 y 2.009, ha permitido documentar junto a otras
estructuras domésticas , un edificio de planta casi cuadrangular-
popularmente conocido como “el Castillete”- con una superficie de
casi 1.300 metros cuadrados, formado por nueve estancias en
mampostería trabada y revocada en mortero de cal dispuestas en forma
de “U” a las cuales se accedía desde un espacio abierto de
aproximadamente 850 metros cuadrados que actúa como patio central,
exceptuando el caso de la estancia de la esquina suroeste, que servía
a modo de ingreso al edificio, con una doble puerta dotada de una
pequeña cámara o cuerpo de guardia.
Aún sin mostrar las características clásicas de una fortificación, conviene destacar su singularidad topográfica, ocupando el punto más alto de la acrópolis y morfológica, debido a su amplia superficie y edificación, con la presencia de revocos, desagües y una acceso monumentalizado con doble puerta y estancia anexa.Ello permite considerar el edificio como una obra jerárquicamente significativa, como una estructura que domina el conjunto de edificios cercanos y el resto interior del asentamiento. Su diseño unitario y su más que posible diseño "ex novo", convierten a esta "casa grande" en una obra excepcional en el panorama arqueológico de al-Andalus.
El Castellar de la Morera de Elche se ha venido interpretando como un poblado fortificado, construido sobre un antiguo refugio enriscado tardorromano, en los umbrales del siglo X y en el contexto poblacional resultante de la desestructuración de las redes de asentamientos en altura con posterioridad a la "fitna", del estilo de los localizados en El Monastil (Elda); El Zambo (Novelda); El Forat (Crevillente) o Els Castellarets (Petrer) (Gutiérrez Lloret, 1996). Sin embargo, las excavaciones llevadas a cabo han confirmado que se trataría de un auténtico poblado amurallado - un hïsn - de similar factura que el Castellar de Alcoy, el Cabezo del Moro o el Cabezo Soler, donde se aprovecha la superficie amesetada del cerro para edificar el área doméstica (Gutiérrez, Mnéndez y Guichard, 2008).
Aún sin mostrar las características clásicas de una fortificación, conviene destacar su singularidad topográfica, ocupando el punto más alto de la acrópolis y morfológica, debido a su amplia superficie y edificación, con la presencia de revocos, desagües y una acceso monumentalizado con doble puerta y estancia anexa.Ello permite considerar el edificio como una obra jerárquicamente significativa, como una estructura que domina el conjunto de edificios cercanos y el resto interior del asentamiento. Su diseño unitario y su más que posible diseño "ex novo", convierten a esta "casa grande" en una obra excepcional en el panorama arqueológico de al-Andalus.
El Castellar de la Morera de Elche se ha venido interpretando como un poblado fortificado, construido sobre un antiguo refugio enriscado tardorromano, en los umbrales del siglo X y en el contexto poblacional resultante de la desestructuración de las redes de asentamientos en altura con posterioridad a la "fitna", del estilo de los localizados en El Monastil (Elda); El Zambo (Novelda); El Forat (Crevillente) o Els Castellarets (Petrer) (Gutiérrez Lloret, 1996). Sin embargo, las excavaciones llevadas a cabo han confirmado que se trataría de un auténtico poblado amurallado - un hïsn - de similar factura que el Castellar de Alcoy, el Cabezo del Moro o el Cabezo Soler, donde se aprovecha la superficie amesetada del cerro para edificar el área doméstica (Gutiérrez, Mnéndez y Guichard, 2008).
Su
origen se puede vincular a la política de consolidación del Estado
Califal durante gran parte del siglo X como desenlace del paulatino
grado de islamización que sufre el territorio durante los siglos VII
y IX (Azuar Ruiz, 1994). En este sentido, este enclave podría
identificarse con la desaparecida “ Madinat al-´Askar” - la
ciudad campamento -, enclave recogido por el geógrafo oriental
al-Ya´qubi en su obra Kitab al-buldan, fechada al final del siglo IX
y por el valioso testimonio de la Yamhara o tratado de genealogía de
Ibn Hazm, que localiza en los alrededores de Elche al linaje árabe
de los Banu al-Sayh, descendientes de Muhammad Abd al-Rahman Al-Sayj
al-Aslami, que se alzó contra el Califato de Córboba en las zonas
de Valencia y Tudmir (Orihuela), al negarse a participar en la
expedición a Pamplona del año 924, dirigida por el entonces emir
Abd al-Rahman II, siendo sitiado en la ciudad de al- ´Askar. La
sumisión de los Banu al-Sayh se zanjó temporalmente con la entrega
de algunos de sus castillos y la obligación de establecerse en
Alicante, si bien volvieron a rebelarse, siendo definitivamente
sometidos en el ao 928, en la que caen las fortalezas de Callosa de
Segura y Alicante, siendo los rebeldes llevados a Córdoba (Guichard,
2007).
Tras su descubrimiento se hicieron en el año 2.007 unas primeras prospecciones arqueológicas en el yacimiento, en una campaña en la que intervinieron la Diputación de Alicante y la Universidad de Alicante, con un grupo multidisciplinar, y aunque no está totalmente probado, todo parece indicar que este lugar se corresponde con "al-´askar".
Tras su descubrimiento se hicieron en el año 2.007 unas primeras prospecciones arqueológicas en el yacimiento, en una campaña en la que intervinieron la Diputación de Alicante y la Universidad de Alicante, con un grupo multidisciplinar, y aunque no está totalmente probado, todo parece indicar que este lugar se corresponde con "al-´askar".
En la actualidad esté previsto un gran
despliegue arqueológico por parte de la Universidad de Alicante y los
estamentos ilicitanos que lleven a aclarar definitivamente que este
emplazamiento es lo que en principio se creyó era el primer asentamiento
musulmán de Elche tras la invasión árabe.
Las diversas campañas arqueológicas han exhumado diversos edificios en los que se trabaja incansablemente desde hace años. De las excavaciones se han obtenido diversos materiales andalusíes que no dejan lugar a dudas de la época califal de la fortificación, considerada, junto a las ruinas del Castillo del Castellar, en las cercanías de Alcoy, como algunos de los escasos y posibles primeros asentamientos islámicos en la provincia de Alicante tras la conquista de estas tierras.
Las diversas campañas arqueológicas han exhumado diversos edificios en los que se trabaja incansablemente desde hace años. De las excavaciones se han obtenido diversos materiales andalusíes que no dejan lugar a dudas de la época califal de la fortificación, considerada, junto a las ruinas del Castillo del Castellar, en las cercanías de Alcoy, como algunos de los escasos y posibles primeros asentamientos islámicos en la provincia de Alicante tras la conquista de estas tierras.
Galería
fotográfica:
Castellar de la Morera (Vista de la muralla)
Vista aérea de "El Castillete)
Cerámicas califales del Castellar de la Morera
Muy muy interesante, gracias por la información :)
ResponderEliminar