Localización:
Entre los confines de los términos municipales
de Alicante y San Juan, existe una zona denominada la Partida de la Condomina,
zona de huerta antigua que en la actualidad ha sido en la mayoría de su
extensión absorbida por las modernas urbanizaciones de la Paya de San Juan, y
en las que existen una veintena de torres vigía y de defensa, muchas de ellas
abaluartadas, en muy distintos grados de conservación. Algunas desaparecidas
por completo, otras en estado de semirruina y las más, afortunadamente, en un
excepcional estado de conservación.
Son las llamadas “Torres de la Huerta”, con un alto interés cultural e histórico de la provincia de Alicante. Algunas de ellas se sitúan fuera de estos límites, pero se consideran parte integrante del sistema de defensa de la ciudad del Alicante. (Hay que hacer constar que existe otra torre llamada Vallonga en las cercanías de la población de Relleu, que presentamos tambien en este Blog con la Ref: CA-248).
Son las llamadas “Torres de la Huerta”, con un alto interés cultural e histórico de la provincia de Alicante. Algunas de ellas se sitúan fuera de estos límites, pero se consideran parte integrante del sistema de defensa de la ciudad del Alicante. (Hay que hacer constar que existe otra torre llamada Vallonga en las cercanías de la población de Relleu, que presentamos tambien en este Blog con la Ref: CA-248).
Localización en Google Maps
Vista de la Torre de Vallonga en Google
Es el caso de la Torre de Vallonga, también llamada Torre Burgunyo, que se sitúa en la partida rural del mismo
nombre en la salida de la autovía de Madrid, al sur de la misma y del polígono
industrial que allí se encuentra. Para llegar hasta ella, es necesario tomar la
salida de la autovía frente a las instalaciones de Seur Alicante. Bajando por
la avenida hasta el final, encontramos la entrada de la finca de la Vallonga,
donde está ubicada la torre.
Localización en el mapa topográfico
Historia:
La partida de la Condomina se ha
caracterizado, ya desde época lejana, por el establecimiento de población en
numerosas villas dispersas, que en la mayoría se mantienen en la actualidad y
que se comenzaron a construir tras la desaparición de la ciudad romana del
Tossal de Manises.
Algunas, más cercanas al mar, tenían como misión formar una red de alerta rápida para dar aviso de la proximidad de los enemigos al castillo o fortaleza más cercano, que en este caso presumiblemente sería el Castillo de Santa Bárbara, en Alicante. Otras, las situadas más al interior, formarían parte integrante de la masía a la que pertenecían, constituyendo lo que en el Maestrazgo valenciano se conoce como "masía fortificada", haciendo que la defensa de las mismas se realizase de manera autónoma, en la que la defensa de ellas se basaba en una gran torre de recia construcción en la que los miembros que formaban dichas masías se refugiaban de los ataques hostiles.
Algunas, más cercanas al mar, tenían como misión formar una red de alerta rápida para dar aviso de la proximidad de los enemigos al castillo o fortaleza más cercano, que en este caso presumiblemente sería el Castillo de Santa Bárbara, en Alicante. Otras, las situadas más al interior, formarían parte integrante de la masía a la que pertenecían, constituyendo lo que en el Maestrazgo valenciano se conoce como "masía fortificada", haciendo que la defensa de las mismas se realizase de manera autónoma, en la que la defensa de ellas se basaba en una gran torre de recia construcción en la que los miembros que formaban dichas masías se refugiaban de los ataques hostiles.
En cualquier caso, no hay que olvidar que el
margen de las tensiones entre comunidades cristianas y musulmanas después de la
expulsión de los moriscos a principios del siglo XVII, los factores de
inseguridad se mantuvieron hasta algunos siglos después. Los ataques
berberiscos a la costa alicantina se mantuvieron hasta bien entrado el siglo
XVII y, posteriormente, la amenaza de la flota de guerra francesa estuvo
presente durante la Guerra de los Treinta Años. Además, el bandidaje, oculto en
las cercanas montañas alicantinas, también tuvo su incidencia en el
mantenimiento de estas casas fortificadas.
Son pues, un excelente ejemplo de arquitectura
militar-defensiva adaptada a las circunstancias sociales de estos siglos y se
tiene conocimiento de que al menos existieron unas 30 torres, de las cuales
muchas de ellas, las 26 que presentamos
aquí, están debidamente catalogadas, mientras que otras han desaparecido por
completo, como la Torre Maimona o la Torre Teresa.
Su construcción data de los
últimos años del siglo XVII, o comienzos del XVIII, en una época en la que casi
no existía amenazas de piratas berberiscos, aunque de todas formas fue
fortificada.
Estado
actual:
La Torre de Vallonga, también conocida como Torre de Burgunyó, se ubica en una parcela rústica en el extremo sur del Polígono del Pla de la Vallonga, en la numeración parcelaria nº 160-165, a la salida de Alicante en dirección Madrid, por la autovía. El conjunto arquitectónico lo constituye la casa-torre y sus anexos agrícolas, rehabilitados como un Restaurante y Salón de Eventos en la actualidad.
La Torre de Vallonga, también conocida como Torre de Burgunyó, se ubica en una parcela rústica en el extremo sur del Polígono del Pla de la Vallonga, en la numeración parcelaria nº 160-165, a la salida de Alicante en dirección Madrid, por la autovía. El conjunto arquitectónico lo constituye la casa-torre y sus anexos agrícolas, rehabilitados como un Restaurante y Salón de Eventos en la actualidad.
La casa, conformada en planta por la adición
de varias piezas cúbicas, gira en torno a la torre adosada, de planta
rectangular de 10,00 x 8,00 m. y volumen prismático, que se adelanta de la
fachada sur recayendo al jardín, y elevada en un plinto troncopiramidal, que
cuenta con cinco niveles o pisos, más un aljibe enterrado, de los cuales los
dos inferiores se sitúan dentro de la vivienda. Tres niveles, con escalera y estancias, y un torreón sobresalen de la casa, que se organizaba en dos plantas y vestíbulo con arco intermedio y entrada con escudo nobiliario y reloj de sol.
En la planta baja están los salones y la
cocina, y en la planta piso las habitaciones. Tiene adosada una capilla y
conecta con las dependencias agrícolas antiguas.
Adosados a la casa por la esquina NO, en
contacto con la cocina, está la antigua nave de dos plantas, del siglo XVIII,
de tres crujías con pórticos de arcos de medio punto y cubierta a dos aguas.
El origen de la torre puede que se remonte a los tiempos de la Reconquista o de los Austrias, aunque ello no está confirmado. En el año 1.779, el propietario de la finca utilizó el sistema de asentamiento denominado "eufiteusis, acogiéndose a un antiguo privilegio del rey Alfonso II del año 1.329. Por este procedimiento se fundó el Poblet de Burgunyó, de su fundador, y constaba de la casa-torre señorial a las que se anexionaron las construcciones agrícolas y unas 15 viviendas para la servidumbre.
Actualmente, y con la intervención de sus actuales dueños y la fundación de un espacio de restauración, la finca y la torre se encuentran en un excelente estado de conservación.
El origen de la torre puede que se remonte a los tiempos de la Reconquista o de los Austrias, aunque ello no está confirmado. En el año 1.779, el propietario de la finca utilizó el sistema de asentamiento denominado "eufiteusis, acogiéndose a un antiguo privilegio del rey Alfonso II del año 1.329. Por este procedimiento se fundó el Poblet de Burgunyó, de su fundador, y constaba de la casa-torre señorial a las que se anexionaron las construcciones agrícolas y unas 15 viviendas para la servidumbre.
Actualmente, y con la intervención de sus actuales dueños y la fundación de un espacio de restauración, la finca y la torre se encuentran en un excelente estado de conservación.
Galería
fotográfica:
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