Localización:
El Fortín de La Granadella, llamada también Torre de Granadella y Batería de la Granadella, se encuentra situada en la cala del mismo nombre en la bella ciudad de Xàbia (Jávea en castellano), perteneciente a la comarca de la Marina Alta.
Localización en Google Maps
Vista de la Torre o Batería de la Granadella en Google
Para llegar a la Cala de la Granadella, donde se
encuentra la torre, debemos tomar la carretera que desde Benitachell se dirige
al Cabo de la Nao, por la aldea de El Tosalet. Antes de llegar al cabo, nos
encontramos una carretera a nuestra izquierda que indica claramente “Cala
Granadella” y nos dirigiremos por ella hasta llegar a nuestro destino.
Su ubicación no tiene pérdida alguna, ya que
se encuentra en la zona sur de la cala, enclave hermoso, tranquilo y de limpias
aguas, situado entre el pinar de la sierrecilla de Arnella. A la entrada de
esta pequeña ensenada, perfectamente indicada, sobre lo que se conoce
localmente como “Morro del Castell”, se encuentran los restos de la torre o batería de Granadella.
Se llega a él a través de una parte del sendero de pequeño recorrido PRCV-354 que parte de la misma Cala de Granadella, aunque si no queréis recorrer toda la senda, podéis partir desde los últimos chalets del Camí Vell del Morro de Granadella, a los que se llega en coche, ahorrando un buen tramo de recorrido. Os dejo el Track de Wikiloc del recorrido:
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/castell-de-granadella-xabia-41446569
Se llega a él a través de una parte del sendero de pequeño recorrido PRCV-354 que parte de la misma Cala de Granadella, aunque si no queréis recorrer toda la senda, podéis partir desde los últimos chalets del Camí Vell del Morro de Granadella, a los que se llega en coche, ahorrando un buen tramo de recorrido. Os dejo el Track de Wikiloc del recorrido:
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/castell-de-granadella-xabia-41446569
Localización en el mapa topográfico
Historia:
Los distintos hallazgos arqueológicos
realizados en el término municipal permiten asegurar que los orígenes de Xàbia se remontan a la
época de las colonizaciones mediterráneas del tiempo fenicio ó griego, y
algunos historiadores afirman que la antigua ciudad se podía asimilar a las
antiguas ciudades de Hemeroscopeon o Alonis, aunque no hay certeza absoluta
de que así haya sido.
Si quedan documentos escritos que Xàbia era
una plaza fortificada romana en tiempos del general Sertorio, en la ocupación
romana de Alicante.
El origen de la población queda más cierto en
el establecimiento de una alquería islámica tras la invasión musulmana de la
provincia, con pobladores procedentes de Denia, y no es raro que éstos se
establecieran en otras alquerías cercanas a Xàbia.
Jaime I el Conquistador, tras su recuperación,
hizo donación del lugar a su hijo el infante Don Pedro en el año 1.233 y, a
finales del siglo XIV, todas las alquerías de la demarcación consiguieron la
independencia definitiva de Denia.
A partir de 1.431 sería propiedad de la
familia Sandoval y, posteriormente, paso a poder del ducado de Medinaceli.
Recreación de la Torre Granadella, según grabado del Museo de Xàbia
En la Guerra de la Independencia fue tomada por las tropas francesas, que saquearon distintos edificios, y especialmente la iglesia de San Bartolomé. Al parecer, en esta época fue bombardeada por los barcos franceses desde la cala, dejándola prácticamente destruida.
Estado
actual:
Planos originales de la Torre o Fortín de Granadella
Los trabajos efectuados en las ruinas de la fortaleza entre los años 2.001 y 2.005 por el Ayuntamiento de Xàbia con vistas a convertirlo en uno de los referentes turísticos de la zona y para obligatoria de todo senderista que coja las rutas medioambientales establecidas han permitido recuperar algunos de sus restos y devolverle parte de su esplendor perdido por la acción de los arbustos, maleza y abandono secular. Aunque siempre se le ha conocido como Castell de Granadella, la realidad es que no se trata de un castillo al uso, sino que realmente se trata de una Batería de Costa, similar a la existente en Moraira, aunque de distinta factura.
En la década de los 80 del siglo pasado se publicaron algunos materiales cerámicos encontrados en los alrededores de la construcción, donde se identificaban varias cerámicas datadas en la segunda mitad del siglo XIV (Roig i Sarrión,1987) que indica la existencia durante el siglo XV de un hipotético puesto de guardia en esta cala. Quizás, estos restos dan sentido a las noticias extraídas de la Crónica de Martí de Viciana (1.564) sobre la construcción de un castillo en la Granadella en el año 1.492 levantado por orden del Marqués de Denia Don Diego de Sandoval, aunque los recientes trabajos arqueológicos no han encontrado ningún resto que pueda relacionarse con una construccion defensiva anterior, o que la actual batería al ser construida acabara con cualquier resto preexistente del citado castillo.
Los
restos que actualmente presiden la punta de la cala muestran una
batería de costa de cronología borbónica, con una planta mixta con
un frente semicircular orientado al norte de unos 13 metros y un
fondo de 15 metros. Su altura total debía rondar los 17 metros,
aunque ahora su coronamiento está perdido. Atendiendo a lo que
apreciamos en los planos de la construcción de la batería que aun
se conservan y que están datados en el año 1.737, parece que
contaba con dos forjados a los que se accedía por una estrecha
escalera de caracol. Uno, situado por debajo de la planta de acceso,
y un segundo que comunicaba la cámara con la plataforma artillera.
Los muros son de unos 2 metros de ancho en su parte inferior
rebajándose a 1,5 metros en la parte superior. El frente de tierra
poseía foso, que descendía hasta casi el nivel de cimentación de
la batería, por lo que además debería de disponer de un puente
retráctil o contar con una escala de cuerda enrrollable que aislase
del exterior a los guardias impidiendo la acción invasora. El acceso
al propugnáculo principal se encontraba en el frente que mira hacia
el interior, con un vano de deriva interna que debía de encontrarse
en altura de unos 7,5 metros del suelo.
Situada
por debajo del acceso, existía una planta inferior con dos cámaras.
La primera tendría unos 25-30 metros cuadrados de superficie,
utilizada como armario de la munición y almacén de alimentos para
los guardas. La segunda cámara, destinada para el cuerpo de guardia,
contaba “...un tinglado bueno y dos alazenas para resguardo de
efectos y pertrechos...” (Pastor Fluixá, 1988) y con una batería
de 5 troneras con deriva interna que permitía controlar la cala y el
mar abierto. Desde aquí, se dispone el tramo de escalera de caracol
que conecta la cámara principal con la plataforma artillera, que
contaba con capacidad para albergar 2 cañones y estaba dotada con 3
cañoneras de deriva externa. El remate está realizado con un
parapeto abocelado a la barbeta. Se cree que la fachada debería
contar con el habitual escudo de armas borbónico que suele presidir
las fortificaciones de este momento, similar al que existe en la
Batería de Moraira, aunque en las planimetrías históricas no se
aprecia en la fachada.
La actuación arqueológica del año 2.005 también permitió localizar un aljibe para el almacenamiento del agua del consumo de la tropa destinada a la batería, y donde han aparecido el mayor número de material cerámico recogido en la actuación, que muestra una horquilla cronológica situada en la segunda mitad del siglo XVIII (Martí la Peña,2012.
Las noticias de esta fortificación también sitúan su levantamiento entre los años 1.737 y 1.742, durante el reinado de Fernando VI. Como ocurre en el caso de la Batería de Moraira, esta defensa nace como última solución de la política emprendida por el Marqués de la Ensenada para frenar las incursiones corsarias en la costa de Alicante, como ocurrió en el desembarco del año 1.779, en el que varios bajeles del puerto de Xàbia fueron atacados por un jebeque tunecino, que se refugió en la Cala Granadella, donde, después de reñido combate en el que tomaron parte más de 50 hombres de tierra, consiguieron derrotar a los corsarios (Palau Diego,1983). Lo que nos parece significativo es que el ataque fue tan reñido por la nula actividad de la Batería de la Granadella, la cual, al parecer tenía los cañones desmontados, lo que obligó a un enfrentamiento casi cuerpo a cuerpo sin apoyo artillero (Bolufer Marqués,2005). De ser cierto, indicaría que la vida activa de esta defensa costera fue escasa, ya que su vida pasiva como enclave de vigilancia, se extenderá hasta la guerra del francés a principios del siglo XIX cuando parece ser que se produjo la voladura de la misma.
Se desconoce cuál era su remate, ya que no quedan vestigios de su terraza, porque en la actualidad se encuentra totalmente desmochada, aunque se cree, por los planos originales que se conservan todavía, que tenía terraza con algunos elementos decorativos en su parte final, principalmente rosetones que pudieron sostener algún tipo de "terraza corrida".
La actuación arqueológica del año 2.005 también permitió localizar un aljibe para el almacenamiento del agua del consumo de la tropa destinada a la batería, y donde han aparecido el mayor número de material cerámico recogido en la actuación, que muestra una horquilla cronológica situada en la segunda mitad del siglo XVIII (Martí la Peña,2012.
Las noticias de esta fortificación también sitúan su levantamiento entre los años 1.737 y 1.742, durante el reinado de Fernando VI. Como ocurre en el caso de la Batería de Moraira, esta defensa nace como última solución de la política emprendida por el Marqués de la Ensenada para frenar las incursiones corsarias en la costa de Alicante, como ocurrió en el desembarco del año 1.779, en el que varios bajeles del puerto de Xàbia fueron atacados por un jebeque tunecino, que se refugió en la Cala Granadella, donde, después de reñido combate en el que tomaron parte más de 50 hombres de tierra, consiguieron derrotar a los corsarios (Palau Diego,1983). Lo que nos parece significativo es que el ataque fue tan reñido por la nula actividad de la Batería de la Granadella, la cual, al parecer tenía los cañones desmontados, lo que obligó a un enfrentamiento casi cuerpo a cuerpo sin apoyo artillero (Bolufer Marqués,2005). De ser cierto, indicaría que la vida activa de esta defensa costera fue escasa, ya que su vida pasiva como enclave de vigilancia, se extenderá hasta la guerra del francés a principios del siglo XIX cuando parece ser que se produjo la voladura de la misma.
Se desconoce cuál era su remate, ya que no quedan vestigios de su terraza, porque en la actualidad se encuentra totalmente desmochada, aunque se cree, por los planos originales que se conservan todavía, que tenía terraza con algunos elementos decorativos en su parte final, principalmente rosetones que pudieron sostener algún tipo de "terraza corrida".
Galería
fotográfica:
=====================
Visita del día 15-12-2.018 (Fotos de Fco. Javier Alonso Martín)
Visita efectuada el 27-01-19:
No hay comentarios:
Publicar un comentario