Localización:
El Castillo de Callosa de Segura se encuentra situado en la parte más elevada de un abrupto cerro que domina casi todo el núcleo urbano de esta población alicantina, perteneciente a la comarca del Baix Segura.
Localización en Google Maps
Vista del Castillo de Callosa de Segura en Google
Dado su excelente posición dominante sobre la
ciudad, para llegar hasta él nos internaremos en el casco urbano de la
población, buscando las calles que nos acercan al mismo a la salida del pueblo,
lo más cerca posible del cerro en cuestión hacia el sur de ella. El último tramo para llegar hasta
él hay que hacerlo enteramente a pie por una de las sendas que llegan hasta la
cumbre. En caso necesario, preguntaremos a cualquier persona del pueblo que con
seguridad nos indica el camino correcto.
Localización en el mapa topográfico
Historia: Los orígenes del castillo, así como de la población, sin inciertos en cuanto a su fundación se refiere por la falta de documentación escrita, aunque se tiene la certeza que ambos se fundarían al mismo tiempo: la población como alquería árabe y el castillo como puesto de vigía y guardián de posibles ataques cristianos. Se trata pues de un castillo de época califal, con toda seguridad coetáneo del califa Abd Al-Rahman III.
El castillo quedaría integrado en la Cora de Tudmir, dependiendo de la jurisdicción de Orihuela hasta bien entrado el siglo XIII. Tras la conquista cristiana y por encontrarse en zona fronteriza con el Reino de Murcia, el rey Jaime I deseaba conservar el control directo sobre la plaza, cediendo su gestión a la Orden de Santiago, que extendió su dominio hasta finales del siglo XVI, momento en que la villa y el castillo se independizan del municipio de Orihuela por un privilegio otorgado por el rey Felipe. Será el rey Felipe IV quien le concederá el título de villa en el año 1.638, con derecho a voto en las Cortes Valencianas, y finalmente, el rey Alfonso XII le otorgará el título de ciudad en 1.925.
Se cree, por los descubrimientos arqueológicos hallados en la población y en el propio castillo de trozos de cerámica almogávar, que la construcción se llevaría a cabo hacia mediados del siglo X. También refuerza esta creencia la calidad de los materiales usados en la fábrica del castillo.
El castillo parece que fue la residencia del linaje árabe de los Banu al-Sayd , y en concreto de al-Sayd al-Aslamï entre los años 924 y 928 )Molina López,1983). Sin embargo, los restos del castillo no sólo se circunscriben a lo existente en lo alto del cerro, ya que se conoce que existía un recinto amurallado que envolvía las viviendas que formaban parte de la villa de la medina.
El castillo parece que fue la residencia del linaje árabe de los Banu al-Sayd , y en concreto de al-Sayd al-Aslamï entre los años 924 y 928 )Molina López,1983). Sin embargo, los restos del castillo no sólo se circunscriben a lo existente en lo alto del cerro, ya que se conoce que existía un recinto amurallado que envolvía las viviendas que formaban parte de la villa de la medina.
El castillo quedaría integrado en la Cora de Tudmir, dependiendo de la jurisdicción de Orihuela hasta bien entrado el siglo XIII. Tras la conquista cristiana y por encontrarse en zona fronteriza con el Reino de Murcia, el rey Jaime I deseaba conservar el control directo sobre la plaza, cediendo su gestión a la Orden de Santiago, que extendió su dominio hasta finales del siglo XVI, momento en que la villa y el castillo se independizan del municipio de Orihuela por un privilegio otorgado por el rey Felipe. Será el rey Felipe IV quien le concederá el título de villa en el año 1.638, con derecho a voto en las Cortes Valencianas, y finalmente, el rey Alfonso XII le otorgará el título de ciudad en 1.925.
Estado
actual:
Los estudios que se han acercado a su realidad arqueológica (Azur Ruiz,1983), nos revelan que se trataba de un castillo de planta alargada, de unos 30 m de longitud, con lienzos de muralla en zig-zag, adaptándose a la orografía del terreno y con una gran torre de planta rectangular realizada en tapial con basamento de mampostería.
De su interior poco sabemos, sólo que contaba con un gran aljibe del que se conserva el enlucido y el arranque de la bóveda de medio cañón que lo cubría. Las excavaciones realizadas en los años 80 del siglo XX revelaron cerámicas pintadas, marmitas y restos de anafes fechables en el siglo X, lo que la convierte en una de las más antiguas fortalezas del territorio alicantino (Gutierrez Lloret, Fernandez Rojo, 1990).
Tras una restauración efectuada hace unos
años, el castillo se encuentra en la actualidad en un avanzado estado de
abandono, ya que solamente se restauró parcialmente la torre del homenaje en su
cara que da a la ciudad, en la que se observa un gran ventanal que tiene forma
de medio arco de punto que probablemente sea su forma original. Esta es la
parte que es visible desde la población y tal vez por este motivo se emprendió
una intervención de socorro para salvar esta parte de la fortaleza de su
desmoronamiento total.
Sin embargo, hacia la parte de la sierra de
Callosa, es decir, en su parte trasera se encuentran unos restos de lienzos de
muralla que prácticamente no se han tocado y están en su estado anterior a la
intervención. Y es aquí donde se observa con toda claridad la fábrica de su
construcción, a base de mampostería y tapial árabe de los primeros invasores
del norte de África, lo que le da la autenticidad de ser una construcción
coetánea de los almogávares, primeros pueblos invasores de esta zona del
Mediterráneo.
Esta circunstancia hace especial a este
castillo, roquero donde los haya, por ser una de las primeras fortalezas árabes
construidas en la provincia de Alicante.
Galería
fotográfica:
(Agradecemos la aportación del Sr.Rodrigo Terrés, de Orihuela, en este apartado)
(Agradecemos la aportación del Sr.Rodrigo Terrés, de Orihuela, en este apartado)
No hay comentarios:
Publicar un comentario