Localización:
El castillo de Forna se encuentra situado en
las cercanías de la pedania del mismo nombre, perteneciente al término
municipal de la ciudad de Adsubia, en la comarca de la Marina Alta de la
provincia de Alicante.
Localización en Google Maps
Vista del Castillo de Forna en Google
No hay problema alguno para llegar hasta él,
pues la pedania se encuentra en la carretera comarcal que une Alcoy y Pego,
aunque es mejor acceder hasta ella desde esta última población. Unos buenos
indicadores nos llevan hasta la pedania de Forna, donde encontramos los indicadores que nos conducen hasta la misma fortaleza.
Localización en el mapa topográfico
Vista aérea del Castillo de Forna
El castillo antes de su reconstrucción
La
documentación histórica es parca en lo relativo a la fortificación.
Parece que Forna podía haber sido una alquería en época islámica,
ya que en el año 1.258 se autoriza la venta de la alquería. Las
revueltas mudéjares impiden una repoblación efectiva hasta el año
1.276, cuando el rey Pedro III de Aragón inicia el proceso de
feudalización entregando Forna a Bernat Guillem en el año 1.282, a
quien le sucede Pedro Ribagorza.
En el año 1.322, el rey Jaime II
hizo donación de lo que quedó para el patrimonio real a su hijo
Pedro, Conde de Ribagorza, que en al año 1.325 hizo una permuta de
tierras con Hugo Folch de Cardona y Anglesola, quien cedió Forna y
su castillo a Vicent Escorna, quien murió ajusticiado por haber
tomado parte en la Revuelta de la Unión contra Pedro IV de Aragón.
En consecuencia, Forna se confiscó y se subastó comprándolo Pere
Busquets y Francesc Solanes el 7 de Agosto del año 1.350. En el año
1.349 y con motivo del saldo de una deuda del Rey con el ujier de la
Curia Real, el rey vende Forna en pública subasta, a la señora
Martínez de Entenza, esposa del propio ujier García Lopez de
Cetina, por 20.000 sueldos de moneda real.
Posteriormente, ostentarían su propiedad Vicent Escorza, Pere Posadores y la familia Cruïlles. Ésta última la mantendría hasta el siglo XVI. Más tarde, a lo largo del siglo XVII, sería propiedad de la familia Figuerola, y en el siglo XVIII, de la familia Juliá y del Barón de Santa Bárbara.
Posteriormente, ostentarían su propiedad Vicent Escorza, Pere Posadores y la familia Cruïlles. Ésta última la mantendría hasta el siglo XVI. Más tarde, a lo largo del siglo XVII, sería propiedad de la familia Figuerola, y en el siglo XVIII, de la familia Juliá y del Barón de Santa Bárbara.
Otra panorámica antes de la reconstrucción de la fortaleza
Estado
actual:
Planos de las tres plantas del Castillo de Forna
Esta extraordinaria fortificación está considerada como una residencia fortificada - "turribus fortitudinibus" - en las fuentes documentales (Torró i Abad,2001). Además, el castillo de Forna reúne unas condiciones estratégicas evidentes, ya que vigila el paso entre las provincias de Valencia y Alicante, siendo una de las sendas naturales y más utilizadas desde antiguo por las gentes del Valle de Gallinera para llegar al llano de Oliva y Gandía.
El castillo responde a un modelo de fortificación construida para ser residencia señorial, una auténtica "domus maior" sin perder, eso sí, sus características defensivas. Por ello, y sobre todo, por su espléndido estado de conservación, Forna es una referencia de primer orden en la castellología provincial y autonómica. El edificio se encuentra en un excelente estado, con más de dos alturas conservadas - más de 15 m de altura -incluyendo las cubiertas originales de todas las estancias, lo que ha permitido abordar unas obras de restauración y puesta en valor mínimas, dirigidas a mantener esta estructura, así como convertir su interior en un monumento totalmente visitable.
Su
planta es cuadrada con cuatro torres rectangulares en las esquinas y
todo el conjunto está realizado en tapial, sobre mampostería y con
las aperturas remarcadas en ladrillo. El ingreso, situado en su
fachada norte, es de medio punto en ladrillo, dando paso a través de
un cuerpo de guardia, al patio, en donde se encuentra el aljibe
principal, de planta rectangular, que se abastece por dos tuberías
cerámicas que descienden desde los tejados a través de la pared
hasta llegar al aljibe recogiendo el agua de lluvia. La torre
principal, de mayor grosor que las otras, es el elemento originario
del castillo (Azuar Ruiz, 1995). Está construida con tapial,
reforzando su base con un alambor de mampostería, con una anchura
que debe rondar los 10 x 10 metros, con un grosor de muros de 0,90
metros. En la primera planta presenta una bóveda de cañón con
cuatro nervios que llegan hasta la parte inferior de las paredes, al
estilo de las bóvedas del castillo de Villena y el castillo de Biar,
aunque más sencilla. La torre cuenta con un aljibe independiente, de
forma cuadrangular, cuya zona de extracción se encuentra en el
pavimento de la torre y un acceso a la planta superior a través de
una escalera de caracol, que debió ser construida en época
cristiana.
El patio de armas está dividido en dos partes, debido a un problema topográfico, ya que existe un gran desnivel entre ambas. El primero, en planta baja, coincide con el sistema de acceso al castillo, donde parece encontrarse las áreas de servicio y estabulación. Una gran sala rectangular nos recibe a la derecha, pudiendo tratarse de un cuerpo de guardia y servicio, dotado de aspilleras con derrama interna. Los técnicos que han realizado los trabajos arqueológicos ubicaron aquí las cocinas, aunque no hay pruebas fehacientes de ello. Frente al acceso se ubica una sala con una especie de pesebre, del que sólo se conserva la base de mampostería, pudiendo tratarse de un establo para los caballos. Presenta una serie de orificios en la pared, que los técnicos identificaron con las huellas donde existirían las argollas donde los animales de tiro y carga eran atados. Las cubiertas son de mortero y cañizo. Esta sala cuenta con un anexo, situado dentro de una de las torres esquineras. Se desconoce su función, aunque está dotado de aspilleras de derrama interna, proponiéndose que se trate de una estancia anexa al establo para almacenar los arreos de los animales. En la torre del flanco noroeste se encuentran, quizás, uno de los mejores conjuntos de grafittis de cronología bajomedieval y renacentista de que disponemos en la provincia de Alicante. Destaquemos una escena de barcos con una serpiente de mar, algunos guerreros perfectamente pertrechados con el armamento de la época o algunos motivos zoomorfos de gran interés.
En la planta superior, a la que se accede por dos escaleras directamente desde el patio de armas, entramos en la zona residencial, con pavimentos más trabajados y finos, techumbre de madera con crijías y enlucidos en las paredes. Éstas presentan una capa de yeso con incisiones para agarrar mejor la fina capa de enlucido que aparece aún conservada en algunos lugares. Una sala, frente a la torre cuadrangular, presenta unas ventanas con arco ojival, realizadas en ladrillo. La otra sala, sobre el cuerpo de guardia, es la más grande del castillo, con iguales características que la anterior. Por su tamaño, debería actuar como salón principal de la residencia señorial. Queda una tercera estancia, ubicada sobre el cuerpo de guardia del acceso, a la que se accede desde la plataforma elevada del patio, que presenta ventanas exteriores y una posible buhedera sobre el corredor interno de entrada. Esta estancia, dispone de un anexo en una de las torres esquineras con varias aspilleras y una ladronera, cuya función parece decorativa, pudiendo tratarse de una pequeña y reducida balconada. Queda un tercer nivel, que es más defensivo y estratégico que residencial, donde se encuentra el adarve y las plataformas existentes en las torres esquineras.
El patio de armas está dividido en dos partes, debido a un problema topográfico, ya que existe un gran desnivel entre ambas. El primero, en planta baja, coincide con el sistema de acceso al castillo, donde parece encontrarse las áreas de servicio y estabulación. Una gran sala rectangular nos recibe a la derecha, pudiendo tratarse de un cuerpo de guardia y servicio, dotado de aspilleras con derrama interna. Los técnicos que han realizado los trabajos arqueológicos ubicaron aquí las cocinas, aunque no hay pruebas fehacientes de ello. Frente al acceso se ubica una sala con una especie de pesebre, del que sólo se conserva la base de mampostería, pudiendo tratarse de un establo para los caballos. Presenta una serie de orificios en la pared, que los técnicos identificaron con las huellas donde existirían las argollas donde los animales de tiro y carga eran atados. Las cubiertas son de mortero y cañizo. Esta sala cuenta con un anexo, situado dentro de una de las torres esquineras. Se desconoce su función, aunque está dotado de aspilleras de derrama interna, proponiéndose que se trate de una estancia anexa al establo para almacenar los arreos de los animales. En la torre del flanco noroeste se encuentran, quizás, uno de los mejores conjuntos de grafittis de cronología bajomedieval y renacentista de que disponemos en la provincia de Alicante. Destaquemos una escena de barcos con una serpiente de mar, algunos guerreros perfectamente pertrechados con el armamento de la época o algunos motivos zoomorfos de gran interés.
En la planta superior, a la que se accede por dos escaleras directamente desde el patio de armas, entramos en la zona residencial, con pavimentos más trabajados y finos, techumbre de madera con crijías y enlucidos en las paredes. Éstas presentan una capa de yeso con incisiones para agarrar mejor la fina capa de enlucido que aparece aún conservada en algunos lugares. Una sala, frente a la torre cuadrangular, presenta unas ventanas con arco ojival, realizadas en ladrillo. La otra sala, sobre el cuerpo de guardia, es la más grande del castillo, con iguales características que la anterior. Por su tamaño, debería actuar como salón principal de la residencia señorial. Queda una tercera estancia, ubicada sobre el cuerpo de guardia del acceso, a la que se accede desde la plataforma elevada del patio, que presenta ventanas exteriores y una posible buhedera sobre el corredor interno de entrada. Esta estancia, dispone de un anexo en una de las torres esquineras con varias aspilleras y una ladronera, cuya función parece decorativa, pudiendo tratarse de una pequeña y reducida balconada. Queda un tercer nivel, que es más defensivo y estratégico que residencial, donde se encuentra el adarve y las plataformas existentes en las torres esquineras.
El castillo se encuentra
en muy buen estado después de la intervención efectuada hace unos años por la
Diputación Provincial, quien con la colaboración del Ministerio de Cultura y
otras entidades privadas, devolvieron al castillo de Forna un aspecto soberbio,
propio de su pasado. Además, hay construida en sus cercanías un área de
descanso con aparcamiento de vehículos.
Galería
fotográfica:
Visita efectuada el 17-08-19:
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¿Has leido el encabezado?...Yo creo que no....
EliminarLos años no llevan punto, el año 1.276 no existe, es el año 1276
ResponderEliminar¿No me digas?..ja,ja,ja....Ortográficamente ambas son correctas
Eliminarhttp://conpropositodeenmienda.blogspot.com/2011/10/los-numeros-de-ano-no-llevan-punto.html
EliminarEstas muy equivocado
Pues lo estoy! ¿Pasa algo?...Cuanto "tiquismiquis" hay!....Has tenido problemas en saber que año es? ¿A que no?...Pues entonces...!
EliminarMira tu enlace que has pasado ¿ Hay números de "ano"?....¿A que no?..ja,ja,ja
EliminarCastillo o Fortaleza?
ResponderEliminarCastillo, Fortaleza, Alcazaba....lo mismo da.
Eliminarhttp://conpropositodeenmienda.blogspot.com/2011/10/los-numeros-de-ano-no-llevan-punto.html
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