Localización:
El Castillo de Garx, también llamado Castillo de Bariz o Castillo de Garig, se encuentra situado
en las cercanías de la localidad de Bolulla, en la comarca alicantina de la Marina Baixa, muy
cercana a la localidad de Tárbena.
Localización en Google Maps
Vista del Castillo de Garx en Google
El castillo se encuentra localizado al
noroeste de la población, a unos 2 kilómetros de distancia, en lo alto de un
peñasco conocido como Peña de Garx, en
lo alto del valle del mismo nombre, y donde se situó antaño una alquería árabe,
hoy desaparecida.
Para llegar a él, iremos por la CV-70 hacia La Nucía y Polop, y por la CV-715 hacia Callosa de Ensarriá, cogiendo la dirección hacia Tárbena y Bolulla. Pasada esta última población, en una curva cerrada en el punto kilométrico 45,600 se toma por la izquierda una estrecha carretera asfaltada que nos lleva a los pies de esta fortaleza. Se puede aparcar el vehículo en un campo de olivos cercano.
Para llegar a él, iremos por la CV-70 hacia La Nucía y Polop, y por la CV-715 hacia Callosa de Ensarriá, cogiendo la dirección hacia Tárbena y Bolulla. Pasada esta última población, en una curva cerrada en el punto kilométrico 45,600 se toma por la izquierda una estrecha carretera asfaltada que nos lleva a los pies de esta fortaleza. Se puede aparcar el vehículo en un campo de olivos cercano.
Localización en el mapa topográfico
Historia:
El origen de Bolulla es una alquería musulmana
que un documento del siglo XV sitúa en la Vall de Garx y cuyo topónimo podría
derivar del árabe Abu-i-Ùlyà.
Junto con los actuales despoblados moriscos de
Alcia y Garx formó una misma baronía que desde mediados del siglo XVI fue
propiedad del arzobispado de Valencia. Entre los tres sumaban 14 casas en 1510,
las mismas que en 1609, cuando tuvo lugar la expulsión de sus habitantes
moriscos, siendo despoblada sólo Bolulla, que en 1646 apenas tenía 14 casas
habitadas y pocas más, unas 16 casas, a comienzos del siglo XVII.
La auténtica
colonización humana debió de tener lugar después, ya en 1.786 eran censados 631,
que habrían crecido a 923 en 1.857, cifra demasiado alta para un lugar con tan
pocos recursos agrarios, por lo que a partir de entonces la tónica dominante ha
sido la emigración, primero a Argelia, a plantar viñas para los franceses,
luego a Norteamérica (comienzos del siglo XX), posteriormente a Francia y
Alemania (años 50 y 60) y últimamente a Altea, La Nucía y Benidorm.
A 2,5 kilómetros al NO del pueblo, sobre un
alto peñasco se encuentra las ruinas del pequeño castillo de origen musulmán.
Estado actual:
Escudo de la población de Bolulla
Se encuentra situado el castillo en la parte
más escarpada, sobre un cerro de paredes verticales en la orientación norte,
cuya altura topográfica alcanza 732 metros. El montículo es un promontorio que
sobresale de forma escarpada de las laderas de fuerte pendiente que lo rodea.
Hacia poniente, dentro de la cima se encuentra una zona más amplia, quizás
ocupada por viviendas.
El castillo tiene planta de forma irregular, que se adecua a las diferentes cotas topográficas del lugar donde se construyó. El acceso está protegido por varios tramos amurallados, lo que permite suponer la existencia de un recinto habitado del que no quedan restos materiales, aflorando tan solo la roca desprotegida de cubierta vegetal.
En la cima se encuentra el recinto del castillo, que ocupa una superficie ciertamente reducida. Se pueden reconocer las murallas perimetrales, realizadas en tapial de mampostería; a estos elementos se adosan varios cubos cilíndricos, construidos en mampostería irregular. El interior del recinto está cubierto de grandes matojos, si bien podemos observar un aljibe protegido con tierra de gran capacidad. Las paredes son de fábrica de tapial del tipo árabe, y cuyas paredes verticales se encuentran parcialmente recrecidas de ladrillo cerámico poroso.
El castillo tiene planta de forma irregular, que se adecua a las diferentes cotas topográficas del lugar donde se construyó. El acceso está protegido por varios tramos amurallados, lo que permite suponer la existencia de un recinto habitado del que no quedan restos materiales, aflorando tan solo la roca desprotegida de cubierta vegetal.
En la cima se encuentra el recinto del castillo, que ocupa una superficie ciertamente reducida. Se pueden reconocer las murallas perimetrales, realizadas en tapial de mampostería; a estos elementos se adosan varios cubos cilíndricos, construidos en mampostería irregular. El interior del recinto está cubierto de grandes matojos, si bien podemos observar un aljibe protegido con tierra de gran capacidad. Las paredes son de fábrica de tapial del tipo árabe, y cuyas paredes verticales se encuentran parcialmente recrecidas de ladrillo cerámico poroso.
Los aspectos ornamentales
son inexistentes y si hubo algún detalle en la actualidad ha desaparecido.
Quedan en pie algunos tramos de muro y el aljibe, que conserva casi
íntegramente la estructura espacial.
Por las características
morfológicas que se observan puede tratarse de un recinto cuyo origen se sitúa
en época musulmana, con reformas y transformaciones posteriores.
Galería
fotográfica:
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