Localización:
Entre los confines de los términos municipales
de Alicante y San Juan, existe una zona denominada la Partida de la Condomina,
zona de huerta antigua que en la actualidad ha sido en la mayoría de su
extensión absorbida por las modernas urbanizaciones de la Playa de San Juan, y
en las que existen una veintena de torres vigía y de defensa, muchas de ellas
abaluartadas, en muy distintos grados de conservación. Algunas desaparecidas
por completo, otras en estado de semirruina y las más, afortunadamente, en un
excepcional estado de conservación. Son las llamadas “Torres de la Huerta”, con un alto interés cultural e histórico de
la provincia de Alicante, como es el caso de la presente Torre Santiago.
Localización en Google Maps
Vista de la Torre Santiago en Google
Su ubicación exacta se encuentra entre la
playa de la Albufereta y el conocidísimo Tossal
de Manises, antiguo asentamiento ibero-romano de esta parte de Alicante. Se
halla situada en la calle Diana nº 24, muy cerca de la rotonda de la Avda. de Miriam
Blasco y un poco al noreste de la Torre de las Águilas. Se encuentra frente a la parada de Lucentum del TRAM.
Localización en el mapa topográfico
Actualmente existe un proyecto auspiciado por
diversos estamentos públicos y privados, tales como el Excmo. Ayuntamiento de
Alicante y algunos colectivos ciudadanos, entre los que destaca el Grupo por la
Recuperación de las Torres de la Huerta, que pretende realizar un recorrido a
la veintena de torres, realizando un carril bici/peatonal para poder visitarlas
y que durará entre las 2 horas en bicicleta y las 4 horas haciéndolo a pie. La
torre estará incluida en el itinerario citado.
Itinerario de las Torres de la Huerta
Ubicación de la Torre Santiago en el itinerario
Historia:
La partida de la Condomina se ha
caracterizado, ya desde época lejana, por el establecimiento de población en
numerosas villas dispersas, que en la mayoría se mantienen en la actualidad y
que se comenzaron a construir tras la desaparición de la ciudad romana del
Tossal de Manises.
Algunas, más cercanas al mar, tenían como misión formar una red de alerta rápida para dar aviso de la proximidad del los enemigos al castillo más cercano, que en este caso sería el de Santa Bárbara. Otras, situadas más al interior, formarían parte integrante de la masía a la que pertenecía, haciendo que la defensa de las mismas se realizase de forma autónoma, en la que la defensa se basaba en una gran torre de recia construcción en la que los miembros que formaban dichas masías se refugiaban de los ataques hostiles.
Algunas, más cercanas al mar, tenían como misión formar una red de alerta rápida para dar aviso de la proximidad del los enemigos al castillo más cercano, que en este caso sería el de Santa Bárbara. Otras, situadas más al interior, formarían parte integrante de la masía a la que pertenecía, haciendo que la defensa de las mismas se realizase de forma autónoma, en la que la defensa se basaba en una gran torre de recia construcción en la que los miembros que formaban dichas masías se refugiaban de los ataques hostiles.
En cualquier caso, no hay que olvidar que el
margen de las tensiones entre comunidades cristianas y musulmanas después de la
expulsión de los moriscos a principios del siglo XVII, los factores de
inseguridad se mantuvieron hasta algunos siglos después. Los ataques
berberiscos a la costa alicantina se mantuvieron hasta bien entrado el siglo
XVII y, posteriormente, la amenaza de la flota de guerra francesa estuvo
presente durante la Guerra de los Treinta Años. Además, el bandidaje, oculto en
las cercanas montañas alicantinas, también tuvo su incidencia en el
mantenimiento de estas casas fortificadas.
Son pues, un excelente ejemplo de arquitectura
militar-defensiva adaptada a las circunstancias sociales de estos siglos y se
tiene conocimiento de que al menos existieron unas 30 torres, de las cuales
muchas de ellas, las 26 que presentamos
aquí, están debidamente catalogadas, mientras que otras han desaparecido por
completo, como la Torre Maimona, la Torre Teresa o la Torre de Rizo.
Estado
actual:
La Torre Santiago toma su nombre de la finca particular a la que se encuentra adosada, finca que por cierto ha sido completamente remodelada junto a la torre, con un aspecto acorde con ella, quedando un precioso conjunto. En el muro de una habitación adosada a la torre se puede ver el nombre de la finca, rebautizada como "Torre Santiago".
La Torre Santiago toma su nombre de la finca particular a la que se encuentra adosada, finca que por cierto ha sido completamente remodelada junto a la torre, con un aspecto acorde con ella, quedando un precioso conjunto. En el muro de una habitación adosada a la torre se puede ver el nombre de la finca, rebautizada como "Torre Santiago".
La torre es de planta cuadrada y volumen
prismático, que se eleva recta sin que se aprecie plinto alguno. Ocupa una
posición lateral de la casa, con la fachada recayendo en el jardín de la finca. Presenta tres niveles, con dos inferiores dentro de la vivienda y cuanta con un lienzo ciego (norte) y otros tres con huecos (vanos o ventanas apaisadas), con balcones y pequeñas ventanas al este y sur.
La cubierta es plana, transitable y accesible,
rematada con una serie de cinco almenas rectas en cada paño, acotadas por otras
en pirámide en las esquinas.
Su muro es de fábrica de mampostería con
sillería en las esquinas, huecos y almenas. Fue reconstruida en los años 80 y
la casa fue objeto de reformas. De hecho, en la actualidad, la torre presenta
tres niveles y terraza accesible desde la escalera exterior, mediante un remate
en garita (cilíndrico con semicúpula), por lo que es posible que ninguno de sus
huecos ni sus paramentos sean originales, sino “restaurados”.
No obstante, presenta su interés, ya que su
reconstrucción se efectuó sobre los cimientos y ruinas de la primitiva torre,
utilizando sus propios restos. Es de propiedad privada. Hay que destacar y valorar el esfuerzo del Sr. Pedro Guillena, su actual propietario, por recuperar el Patrimonio de una de las torres de huerta alicantinas.
Después de las visicitudes agrícolas de la primera mitad del siglo XX, la torre original fue derribada en los años 60, coincidiendo con un planteamiento urbanístico de la zona. Su actual propietario la compró hacia el año 1.980, casi en ruinas, excepto parte del talud y la sillería de los ángulos que se mantenían en pie unos metros. La reconstrucción que se hizo no pudo seguir unos patrones históricos porque no existen planos de las torres, ya que en siglo XVI no constaban en el Ayuntamiento de Alicante los planos de construcciones en zonas agrícolas, por lo que se optó en mantener la forma exterior, con el remate de terraza que se había efectuado en una torre cercana y un almenado, adecuando el interior para una vida residencial, comunicada con la actual vivienda adosada.
El propietario indicó en su momento que encontró un túnel cegado, que posiblemente comunicaría la torre con algún lugar cercano en caso de peligro. Además, localizó una estela funeraria de un ciudadano pompeyano, actualmente en el MARQ, así como un sillar con la inscripción "1.511", que pudiese pertenecer a una anterior construcción donde se levantó posteriormente la Torre Santiago. No se encontraron restos de las instalaciones agrícolas, como bodega, secadero, cup o establos.
Después de las visicitudes agrícolas de la primera mitad del siglo XX, la torre original fue derribada en los años 60, coincidiendo con un planteamiento urbanístico de la zona. Su actual propietario la compró hacia el año 1.980, casi en ruinas, excepto parte del talud y la sillería de los ángulos que se mantenían en pie unos metros. La reconstrucción que se hizo no pudo seguir unos patrones históricos porque no existen planos de las torres, ya que en siglo XVI no constaban en el Ayuntamiento de Alicante los planos de construcciones en zonas agrícolas, por lo que se optó en mantener la forma exterior, con el remate de terraza que se había efectuado en una torre cercana y un almenado, adecuando el interior para una vida residencial, comunicada con la actual vivienda adosada.
El propietario indicó en su momento que encontró un túnel cegado, que posiblemente comunicaría la torre con algún lugar cercano en caso de peligro. Además, localizó una estela funeraria de un ciudadano pompeyano, actualmente en el MARQ, así como un sillar con la inscripción "1.511", que pudiese pertenecer a una anterior construcción donde se levantó posteriormente la Torre Santiago. No se encontraron restos de las instalaciones agrícolas, como bodega, secadero, cup o establos.
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