Localización:
El Castillo de Alpatró, también conocido simplemente como el Castellot de L´Alpatró, se encuentra situado en la localidad homónima en el Valle de Gallinera, perteneciente a la comarca alicantina de la Marina Alta.
Localización en Google Maps
Se sitúa frente a
la localidad en un montículo muy visible desde la misma. Preguntar a cualquier habitante de la
población el sendero que nos lleva hasta la fortaleza, ya que solamente se
puede acceder a ella a pie por el mencionado sendero.
Llegaremos hasta él y nos encontraremos una puerta que nos impide el paso, pero subiendo algo más hacia la cima que nos encontraremos a nuestra derecha, podremos tener unas hermosas vistas de la fortaleza.
Vista del Castillo de Alpatró en Google
Llegaremos hasta él y nos encontraremos una puerta que nos impide el paso, pero subiendo algo más hacia la cima que nos encontraremos a nuestra derecha, podremos tener unas hermosas vistas de la fortaleza.
Localización en el mapa topográfico
Vista aérea del Castillo de Alpatró
Historia:
Los primeros indicios de presencia humana en
el Valle de Gallinera se remontan al Paleolítico medio ( 100.000-50.000 a.C),
según los materiales encontrados en la Cova d´En Pardo. De esta etapa merece
especial atención las muestras de arte rupestre en los abrigos del valle,
declarados por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.
Ya en la Edad del Bronce se localizaron restos
en el poblado de la Peña Foradá, con muchas muestras de cerámica que indican
que el luigar ya fue poblado en esta época. Posteriormente, en las alturas del
valle, floreció la cultura ibérica en el poblado de Xarpolar, así como en otros
yacimientos.
Fue en el siglo X cuando se produce la
invasión musulmana del valle, construyéndose por ellos una serie o red de
alquerías, asociadas al cultivo de la vid y el olivo. Se llegaron a
contabilizar una veintena de alquerías. En los años 40 fue encontrada una
lápida sepulcral árabe en una de ellas, que se conserva en el Museo de Alcoy.
Hasta la conquista cristiana del territorio,
el Valle de Gallinera estuvo dominado por el caudillo árabe Al-Azraq, cuya
residencia se encontraba en Alcalá de la Jovada. Fue en el año 1.244 cuando los
árabes se rindieron, mediante el Pacto de Pouet, al infante Alfonso de Aragón,
hijo de Jaime I. Mediante el citado pacto algunos de los castillos y fortalezas
árabes pasaron a manos de los cristianos.
Sin embargo, sobre el año 1.277 se produjeron
un par de revueltas de los moriscos (musulmanes convertidos al Cristianismo)
para no cumplir lo pactado, y tuvo que ser reprimidas por el rey Pedro III, el
cual acabó con ellas, otorgando más tarde, en 1.279, una carta puebla.
Con la llegada de la nobleza cristiana el
Valle de Gallinera pasó a convertirse en señorío feudal a manos del infante
Pere de Aragón, conde de Ribagorza, siendo los últimos los Sres. De Borja,
duques de Gandía.
En el año 1.609, Felipe III decretó la expulsión de los moriscos. Todos ellos se refugiaron en el Valle de Laguart y resistieron los ataques de las tropas cristianas durante tres años, hasta que ya no pudieron resistir el asedio, siendo vencidos y masacrados. Los supervivientes del asedio se trasladaron a Denia, donde embarcaron rumbo a África.
En el año 1.609, Felipe III decretó la expulsión de los moriscos. Todos ellos se refugiaron en el Valle de Laguart y resistieron los ataques de las tropas cristianas durante tres años, hasta que ya no pudieron resistir el asedio, siendo vencidos y masacrados. Los supervivientes del asedio se trasladaron a Denia, donde embarcaron rumbo a África.
Posteriormente, el Valle de Gallinera fue
repoblado por familias de mallorquines en número de 78 cabezas de familia, que
ocuparon muchas de las alquerías moriscas, aunque otras, como el caso de
Adzubieta, quedaron definitivamente despobladas.
Escudo de La Vall de Gallinera
Estado
actual:
Se trata de una construcción tardía, efectuada
entrado el siglo XIII ante la inminente reconquista cristiana para defender el
territorio, junto a otras ya existentes con anterioridad (Benissili, Benirrama,
Azabras y Laguart).
Del pretérito castillo queda en pie una torre
rectangular y algunos lienzos de la primitiva muralla, adosados al borde del
barranco de la Peña Foradá, todo ello mostrando una fábrica de tapial árabe y
mampostería irregular.
Por las dimensiones que presentan los restos
actuales debió tratarse de una fortaleza menor en el Valle de Gallinera, más
bien dirigida a las labores de vigía y en menor caso a la de defensa.
Años atrás se hizo un
intento de reconstrucción que no llegó a dar totalmente sus frutos, por lo que
el conjunto se mantiene dentro de una ruina progresiva. Aun así, los restos
muestran una altiva presencia por lo impresionante de su situación en el valle.
Galería
fotográfica:
Visita efectuada el 04-03-18:
Visita del 17-08-19:
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