Localización:
La Muralla del Paseíto
Ramiro , está situada en la capital provincial y pertenece a la comarca
homónima de L´Alacantí (nombre valenciano), situada a orillas del Mar Mediterráneo.
Localización en Google Maps
Vista de la Muralla del Paseito Ramiro en Google
La muralla antigua de Alicante se ubica en la
parte baja del Castillo de Santa Bárbara, partiendo de él y rodeando el casco
antiguo medieval de la ciudad. Para visitar la muralla no es necesario subir al
castillo, ya que en los accesos a él ya nos encontramos con dicha
fortificación. Preguntar por el Paseíto Ramiro que se encuentra en las
inmediaciones de la subida al Castillo en ascensor y desde aquí comenzar la visita.
Localización en el mapa topográfico
Historia:
Los orígenes de Alicante se centran en el
asentamiento de L´Illeta de Campello, primer vestigio de poblamiento íbero en
la comarca de Alicante, según se desprende de las actuaciones arqueológicas
efectuadas. Con la dominación romana, se crea lo que sería el fundamento de Alicante, Lucentum, en el Tossal de Manises (La Albufereta, Alicante)
Con la dominación romana, los pobladores
“romanizados” se trasladan en el siglo III d.C. a lo que en la actualidad es el barrio alicantino de
Benalúa, donde se han encontrado restos de los primeros asentamientos acaecidos
en la misma capital alicantina. Posteriormente, tras la dominación árabe, los
conquistadores construyeron la “Medina Al- Laquant”, seguro origen del nombre de Alicante.
Sus orígenes, por tanto, son árabes, ya que la
medina islámica se formó alrededor del Benacantil, y la fortaleza musulmana se
construyó en la cumbre del mismo. Posteriormente, distintas fases de
construcción delatan sus ampliaciones dada su creciente importancia como plaza
fuerte del Islam.
Inicialmente el poblado
árabe, en las laderas de la montaña, se fue dotando de distintas
fortificaciones, hasta que el castillo y la medina se ampliaron por toda la
montaña. Posteriormente, las fuerzas cristianas, una vez reconquistado,
siguieron su ampliación, incorporando a sus cimientos nuevas murallas, torres y
recintos fortificados.
Debería ser Jaime I quien, en esta ocasión,
recuperase para los reinos cristianos la plaza, sofocando así la rebelión
musulmana, y en los Pactos de 1.304, acordados entre el rey Dionisio de
Portugal, el infante Juan de Castilla y el obispo de Zaragoza, los territorios
de L´Alacantí se incorporaron al Reino de Valencia.
Durante la contienda militar mantenida entre
Pedro de Aragón y Valencia, y Pedro de Castilla (denominada Guerra de los Dos Pedros), el castillo
de Santa Bárbara estuvo en manos castellanas y aragonesas de forma alternativa.
Finalmente, al abandonarlo las fuerzas castellanas en 1.366, el castillo se
encontraba en estado ruinoso.
A principios del siglo XV, el rey Martín el
Humano acometió nuevas obras de recuperación del Castillo de Santa Bárbara. En
los inicios del siglo XVI, la irrupción de la artillería, sus usos y
estrategias, eran un hecho consumado, y en castillo se adaptaron las nuevas
innovaciones de forma temprana.
Durante el reinado de Carlos I se reiniciaron
nuevas obras de fortificación del castillo, y existe la constancia documental
del envío, a mediados del siglo XVI, de doce cañones con destino al mismo. En
esta misma época, y dada la gran envergadura de la fortaleza, se le
incorporaron nuevas edificaciones que aseguraban la posibilidad de mantener una
fuerza armada de unos diez mil hombres.
En el siglo XVI serían muchas las escaramuzas
y batallas que se librarían desde Santa Bárbara contra las incursiones piratas.
Éstas provenían de los corsarios berberiscos y conducirían a que el rey Felipe
II ordenase nuevas y más potentes fortificaciones en el castillo. Los
ingenieros franceses e italianos desarrollaron nuevas técnicas de defensa y
fortificación adaptadas al uso artillero, y por ello el rey encargó a los
ingenieros italianos Fratín y Antonelli el proyecto de reconstrucción y
adaptación del castillo, edificándose nuevos fortines, fosos, murallas,
torreones, etc., destinados a utilizar y resistir más eficazmente la guerra
apoyada en la artillería.
A mediados del siglo XVII se acometieron otras
reformas y se le volvió a incorporar más capacidad de fuego artillero. En
1.691, el castillo sufrió una de sus mayores pruebas de fuego, cuando una
escuadra del rey francés Luis XIV puso sitio a la ciudad. Ante la negativa de
rendición, se inició el asalto y consecuente duelo artillero entre las fuerzas
navales atacantes y las fuerzas resistentes de la fortaleza. El sitio duró una
semana y el castillo sufrió serios daños, finalizando el asedio con el abandono
de la fuerza francesa ante la llegada de las fuerzas navales españolas que
acudían en apoyo a la ciudad.
Durante la Guerra de Sucesión, la fortaleza estuvo continuamente asediada, relatándose tres importantes acciones de armas en pocos años: la primera, en Agosto de 1.705, en que las tropas de Felipe V rechazaron el asalto de las fuerzas del archiduque Carlos. La segunda, el 9 de enero de 1.706, en que las tropas del archiduque volvieron a intentar la rendición de la fortaleza sin éxito. Finalmente, el 8 de julio de ese año, las fuerzas del archiduque iniciaron un largo asedio por tierra y mar que concluyó con la toma de la fortaleza el 6 de septiembre. Fue ésta una de las épocas de más protagonismo del Castillo de Santa Bárbara.
Durante la Guerra de Sucesión, la fortaleza estuvo continuamente asediada, relatándose tres importantes acciones de armas en pocos años: la primera, en Agosto de 1.705, en que las tropas de Felipe V rechazaron el asalto de las fuerzas del archiduque Carlos. La segunda, el 9 de enero de 1.706, en que las tropas del archiduque volvieron a intentar la rendición de la fortaleza sin éxito. Finalmente, el 8 de julio de ese año, las fuerzas del archiduque iniciaron un largo asedio por tierra y mar que concluyó con la toma de la fortaleza el 6 de septiembre. Fue ésta una de las épocas de más protagonismo del Castillo de Santa Bárbara.
A pesar del fracaso en la Batalla de Almansa,
la fortaleza quedó en poder de los aliados hasta bien entrado el año 1.708. A
principios de diciembre de este año, las tropas de Felipe V sitiaron la ciudad
de Alicante, consiguiendo su rendición en la mañana del día 7 de ese mes.
Sucumbió la ciudad, pero no su castillo, que, bien defendido y con numerosa
tropa, resistió el asalto.
El carácter probado de la inexpugnabilidad de Santa Bárbara obligó a las tropas
borbónicas a plantearse otras alternativas, decidiéndose por la voladura de la
fortaleza. Aquí se inicia una de las más épicas gestas militares libradas en
este castillo. El general francés D´Ansfeld ordenó la preparación de una
mina a una profundidad de veinte metros
y casi cien mil libras de pólvora. Con esta evidente amenaza se conminó a los
defensores su inmediata rendición y, ante la negativa de éstos, se decidió la
voladura en los últimos días de febrero o los primeros de marzo de 1.709.
La explosión destruyó una gran parte de la
fortaleza, y las grandes rocas desprendidas y lanzadas por los aires,
ocasionaron importantes daños en la fortaleza y la ciudad, siendo muy numerosas
las bajas humanas entre la oficialidad y la tropa resistentes. No obstante, los
defensores, en número superior al medio millar, no se rindieron hasta mediados
de abril, momento en que las circunstancias eran sumamente precarias. Tras la
rendición, las fuerzas aliadas abandonaron la fortaleza con honores y
desfilando ante la formación de las tropas borbónicas asaltantes.
Durante la Guerra de la Independencia, la fortaleza hizo frente, con su poder artillero, a algunos asaltos de las tropas francesas. En este época, un hecho fortuito prendió fuego a las reservas de pólvora del castillo, provocando una enorme explosión que destruyó parcialmente sus instalaciones. A partir de ello, su importancia declinó rápidamente, siendo desartillado definitivamente en 1.893. Después sirvió como prision militar en tiempos de Jovellanos y el general Elio, entre otros.
Durante la Guerra de la Independencia, la fortaleza hizo frente, con su poder artillero, a algunos asaltos de las tropas francesas. En este época, un hecho fortuito prendió fuego a las reservas de pólvora del castillo, provocando una enorme explosión que destruyó parcialmente sus instalaciones. A partir de ello, su importancia declinó rápidamente, siendo desartillado definitivamente en 1.893. Después sirvió como prision militar en tiempos de Jovellanos y el general Elio, entre otros.
Estado
actual:
La Muralla del Paseíto
Ramiro se encuentra en un estado de conservación realmente bueno, toda vez que se
incluye en el recinto del propio Castillo de Santa Bárbara, bastión principal
de la ciudad. En realidad corresponde a una parte de la Muralla de Alicante que ha quedado hoy día en pie, tras las construcciones que se han hecho en el paseo.
Fueron construidas a finales del siglo XVI
coincidiendo con el acondicionamiento de las obras efectuadas en la fortaleza ,
que causaron un aumento considerable del su perímetro amurallado. No obstante,
en esta nueva restructuración, desaparecieron importantes restos del
amurallamienro árabe original.
En la actualidad se están efectuando muchas
excavaciones en la parte antigua cercana a la muralla actual, y se están
descubriendo muchos lienzos pertenecientes a la época almohade, origen de las
murallas actuales.
La parte más conservada de la muralla es la
que corresponde a las obras efectuadas por encargo de Felipe II a los
ingenieros militares italianos Fratín y Antonelli, con el fin de soportar mejor
los ataques de la nueva arma artillera del siglo XVI.
Galería fotográfica:
Visita efectuada el 18-09-17:
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