Localización:
El Castillo El Vell, llamado también Castillo Viejo, se encuentra situado a las afueras de la ciudad de Ibi, conocida por sus industrias del juguete, en la comarca alicantina de L´Alcoià.
Localización en Google Maps
Vista de los restos del Castillo El Vell en Google
Se ubica en el llamado Barranco Los Molinos, situado al norte de la población, a la
derecha de la antigua carretera Ibi- Bañeres, en las estribaciones de la sierra
de Menechaor. A la salida de la población hacia Bañeres, hay una curva pronunciada con una finca en la misma. A escasos 200 metros tras ella el norte están los restos del castillo.
Barranco de los Molinos
Precisamente la parte septentrional de esta sierra se conoce como
El Carrascal de Alcoy, donde se encuentra el famoso Santuario de la Font Roja.
Cogiendo la carretera que se dirige hacia Bañeres, hay un camino forestal que
se adentra en el mencionado barranco. En una curva citada está la entrada al barranco
y pasaremos por el Molino de la Tía Roseta. Seguimos el camino hasta dar con
las ruinas del castillo.
Molino de la Tia Roseta
Localización en el mapa topográfico
Historia:
El origen de la ciudad de Ibi es la de un
asentamiento romano del siglo II, pues algunos descubrimientos arqueológicos
efectuados en la ciudad así lo ponen de manifiesto.
Pero el esplendor de esta domus romana no llegó a alcanzar sus cotas más altas hasta la dominación árabe tras la invasión de la comarca, donde instalaron una medina islámica, y consecuentemente, la fortaleza en el cerro de Santa Lucía, el Castell Roig, para su salvaguarda. También fue construida otra fortaleza en el camino que llevaba hasta Alcoy más al norte de la alquería, en el paraje conocido como Barranco de los Molinos, conocido como Castell Vell, anterior al citado.
Pero el esplendor de esta domus romana no llegó a alcanzar sus cotas más altas hasta la dominación árabe tras la invasión de la comarca, donde instalaron una medina islámica, y consecuentemente, la fortaleza en el cerro de Santa Lucía, el Castell Roig, para su salvaguarda. También fue construida otra fortaleza en el camino que llevaba hasta Alcoy más al norte de la alquería, en el paraje conocido como Barranco de los Molinos, conocido como Castell Vell, anterior al citado.
En los tiempos de la reconquista, la alquería
pertenecía a Sib Abú Said, cuya hija,
llamada Alda, estaba casada con Ximén
Pérez de Arenós, a los cuales cedió el señorío una vez tomado el territorio por
el rey Jaime I, hacia el año 1.248.
Tiempo después, a petición del propio rey
Jaime I, las posesiones de Ibi fueron canjeadas al mismo por Ximén Pérez
Arenós, quedando todo el territorio en poder real.
En el año 1.286, Alfonso III procedió a donar
las posesiones a Pedro de Montagut, pero años más tarde pasaría de nuevo a la
corona. Posteriormente, el castillo intervendría, en mayor o menor medida, en
los avatares bélicos de los siglos posteriores.
En julio de 1.812, en la Batalla de Castalla,
las fuerzas del general Roche causaron importantes bajas a los franceses,
llegando a tomar el castillo y la ciudad, en poder de los franceses. Por ello
también es conocido el castillo, en honor al general que lo conquistó para la
corona. No obstante, con el posterior desarrollo de la batalla, sus tropas
tuvieron que retirarse hacia Alicante.
El castillo fue perdiendo protagonismo hasta
caer en completo abandono. A finales del siglo XIX, se construyó la actual
ermita sobre sus ruinas.
Escudo de la ciudad de Ibi
Estado
actual:
Remontando el pronunciado desfiladero que
forma el Barranco Los Molinos, y en una posición que lo domina, se localizan
los escasísimos restos de este castillo.
Existe muy poca documentación acerca de él,
pero se tiene la certeza absoluta de que trata de una fortaleza árabe, al igual
que el Castillo El Roig, y presumiblemente anterior a él en su construcción.
Las referencias más concretas son algunas
vagas nominaciones durante la época de la reconquista, en la que, en los anales
de las misma, se habla de la toma de “dos castillos” en la medina de Ibi. De
hecho, permanece en el casi más completo olvido hasta para los habitantes de la
localidad, habiendo contribuido a ello su poca relevancia en la historia de
Ibi; lo inaccesible y abrupto de su entorno y la lejanía respecto al núcleo de
población.
Debió ser un castillo de pequeñas dimensiones,
del que hoy apenas quedan algunos restos esparcidos por la ladera del monte
donde se encuentra.
Su localización no es fácil, ya que incluso
los restos son poco visibles por la poca entidad que tienen, reduciéndose a
algunos escasos restos del basamento de sus murallas. Sin embargo, el hermoso
emplazamiento natural donde fue construido, es digno de ser visitado.
Por las partes norte y oeste
es inaccesible, pues ambos lados son caídas verticales de considerable altura.
Su parte izquierda tiene una empinada pendiente de difícil acceso, por lo que
sólo por su frente es atacable, aunque con acusado desnivel.
Aquí se encuentra la muralla que defendía la
fortaleza, de tipo menor, de la que todavía quedan algunos restos apreciables.
Se trata de un lienzo de varios metros de longitud y bastante altura, que han
permitido levantar planos del perímetro exterior.
Su fábrica es de mampostería, de piedras
dispuestas en hilera, típica de la arquitectura árabe. Adosada a la muralla
queda la base de una torre cuadrada de unos 4 metros de altura, construida con los
mismos materiales que la muralla.
En la zona fueron encontrados numerosos restos
de cerámica árabe, en arcilla tosca y decorada con esmaltes verde, rojo y azul.
Tambien se encontraron diversos objetos de hierro. Todo ello fue datado a
finales del siglo XII y comienzos del XIII, época en que seguramente fue
construida la fortaleza, cuya función era estratégica y militar, pues su
cometido era defender y vigilar el barranco del paso de tropas y gentes hacia
la canal de Alcoy.
Galería
fotográfica:
Foto: Enric Valor
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