Localización:
Los restos del Castillo de Polop de la Marina, como su
nombre indica, está situado en esta localidad de la comarca de la Marina Baixa, dominando un promontorio rocoso cercano al norte de la
población.
Localización en Google Maps
Vista del Castillo de Polop en Google
Por la carretera comarcal que va desde
Benidorm a Callosa de Ensarriá, a la entrada de la población de Polop veremos
el castillo de forma nítida, y para llegar hasta él debemos dirigirnos hacia el casco antiguo de la localidad, donde además se situaba el antiguo cementerio de la localidad, donde veremos los restos constructivos que quedan de la fortaleza.
Localización en el mapa topográfico
Historia:
El castillo se levantó a principios del siglo
XII por los musulmanes una vez invadida la zona. Por tanto se trata de una
alcazaba árabe que protegía a la alquería que la acompañaba en la falda rocosa
donde se ubicaba la misma.
En 1.268 esta fortaleza fue conquistada por el
rey Jaime I, y se mantuvo como parte de los territorios cedidos por dicho rey a
los familiares del caudillo musulmán Al-Azraq, hasta que en el año 1.271 se le
cedió al caballero Bertrán del Belpuig y, posteriormente en el año 1.277, pasó
a formar parte del señorío de Bernat de Sarriá, señor de Callosa. Esta ciudad
toma su nombre, Callosa d´en Sarriá, en honor a su fundador.
Posteriormente y mediante carta testamentaria,
el castillo y su alfoz ( conjunto de casas alrededor de la ciudadela) pasaron a
manos del Infante Don Pedro, hasta que ya bien entrado el siglo XV, queda en
manos de Don Diego Fajardo, iniciándose el esplendor de la baronía de Polop
durante los siglos XVI al XVIII, hasta que ya en pleno siglo XX, la última
propietaria de la fortaleza, la condesa de Montealegre, lo cedió al
Ayuntamiento para que se construyera el cementerio de la localidad, no siendo el único caso en la provincia, pues también el Castillo del Rey en Guadalest fue utilizado para este fin.
Escudo de la población de Polop de la Marina
Estado
actual:
Vista aérea del Castillo de Polop de la Marina
Que sepamos por las actuaciones arqueológicas realizadas a principios de los años 90 del siglo XX (Menéndez Fueyo,1993),la muralla está erigida con una base de mampostería caliza, a base de piedras de gran tamaño y trabadas irregularmente con mortero de cal, barro y gravas, que se adapta a la orografía del cerro para, sobre ella, levantar las cajas de encofrado de tapial de barro, piedras y grava con una anchura de 1,20 metros.
Se ha podido documentar alguna torre en saliente, de planta irregular, dispuestas en los extremos de la fortificación. Dado los escasos restos visibles del castillo es imposible definir la situación del acceso al mismo, actualmente desaparecido, en la creencia de que debe encontrarse bajo el via crucis, dado que es la zona más suave para acceder al mismo cerro. Sí que dispone de un pequeño aljibe, de planta trapezoidal, construido en tapial y enlucido con mortero de cal de tonalidad blanquecina, ubicado en el frente oeste del castillo.
En el interior, se ha podido documentar una gran torre, de posible planta rectangular, compuesta de mampostería de pequeño tamaño con disposición en hiladas y trabada con mortero de barro, que se encuentra en el interior del cementerio viejo, siendo aprovechada para construir los antiguos nichos. Las excavaciones también sirvieron para descubrir en el interior del recinto superior una trama de estancias, pavimentadas con mortero de cal, adosadas a la muralla, de planta rectangular y construidas en mampostería, vertebradas por una calle que corre paralela a la muralla.
El
origen de la fortaleza parece claramente islámico, pero alejado de
las cronologías del siglo XI relacionadas con el paso de Rodrigo
Díaz de Vivar (el Cid Campeador) por el que claman las fuentes
documentales. Los restos que se encuentran en el cerro pertenecen a
la época almohade, donde podemos hablar de un recinto fortificado
dotado de una torre del homenaje que reside el punto más alto del
cerro, con estancias adosadas a la cara interna de la muralla, y
un registro arqueológico lleno de cerámicas domésticas que permiten
hablar de una torre dotada de cortijo con espacios domésticos.
En la actualidad, el castillo se encuentra en
un estado latente de reconstrucción, habiéndose practicado unas actuaciones de
urgencia para que su desmoche no se produzca.
Se trata de un recinto doble poligonal de
reducidas dimensiones, levantado en tapial sobre hiladas de mampostería caliza,
en disposición de cremallera, donde se alternan lienzos de muralla con cubos de
planta rectangular.
También aparecen cubos semicirculares
levantados en mampostería adosados a las murallas, fruto de actuaciones
realizadas después de la conquista cristiana, con el objeto de ser la cabeza de
la baronía de Polop durante los siglos posteriores.
Del primer recinto, que serviría de antemural,
quedan muy pocos restos, sobre todo en el sector sur del cerro, al haber sido
acondicionado al acceso al cementerio. Por otra parte, al oeste del cerro, se
localizan los restos de un aljibe, de planta trapezoidal, construido en tapial
y enlucido con mortero de cal de tonalidad blanquecina que, junto a los restos
de una torre de planta cuadrangular y levantada en tapial sobre mampostería, se
integran como parte de los restos del antiguo cementerio.
Según los últimos trabajos, la torre pudo ser
el germen sobre el que edificó el recinto islámico, tal y como nos ha llegado
hasta nuestros días. Por otra parte, las evidencias proporcionadas por la
arqueología han descubierto en el interior del recinto superior una trama de
estancias, pavimentadas con mortero de cal, adosadas a la muralla de planta
rectangular, construidas en mampostería y vertebradas por una calle que corre paralela
a la muralla.
Galería
fotográfica:
Restos del aljibe islámico del castillo
Visita efectuada el 14-06-17:
Estatua de Gabriel Miró en el castillo de Polop
Visita efectuada el 08-06-19:
Aljibe árabe
Noticia de última hora ( 10-10-19):
Ya han dado inicio las obras en el Castillo de Polop con la primera fase de consolidación de un área de las murallas circundantes de la fortaleza.
Las excavaciones arqueológicas intramuros están sacando a la luz restos existentes de las antiguas murallas, sus cimientos y también dependencias que existieron adosadas a las mismas; incluso pavimentos realizados con cal, así como posibles cimientos de antiguas torres. El equipo de arquitectos y arqueólogos están analizando los restos e información obtenida para orientar los futuros trabajos.
La primera fase de las acciones ha sido la necesaria consolidación y relleno de oquedades en aquellas zonas de las murallas que presentan un riesgo próximo de deterioro y desmoronamiento, para evitar que se produjera.
El alcalde Gabriel Fernández ha señalado “Estas actuaciones arqueológicas permitirán escribir la historia del Castillo y recuperar nuestras raíces” y añadió “Desde la edad de bronce Polop ha estado poblado, el Castillo nos va a desvelar, por medio de los trabajos en curso, quienes eran y como vivieron nuestros antepasados”.
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