Localización:
Las Murallas de Cocentaina están situadas en el centro de la ciudad homónima, capital de la comarca alicantina de El Comtat, en el norte de la proovincia y en las estribaciones orientales de la Sierra de Mariola.
Localización en Google Maps
No hay problema alguno para llegar hasta ellas, ya que se encuentran situadas en el centro histórico de la ciudad condal, alrededor del espacio donde se ubica el Palau Comtal de la ciudad.
Localización en el mapa topográfico
Historia:
La villa de Cocentaina tuvo una gran
importancia durante el período de dominación musulmana, siendo su elemento
fortificado más importante su castillo, cuya silueta majestuosa destaca sobre
la población.
Sería conquistado por las tropas del rey Jaime
I el Conquistador en el año 1.248, y más tarde, durante las sublevaciones
moriscas de Al-Azraq de los años 1.252, 1.258 y 1.275, se convirtió en el
primer objetivo militar de los sublevados.
El rey Pedro el Grande designaría a Roger de
Lauria para la defensa de la fortificación. Éste recibiría la villa en feudo a
manos de Jaime II en el año 1.291 y fue patrimonio de su familia hasta el siglo
XV.
El castillo volvería a ser objetivo militar
para las revueltas musulmanas a principios del siglo XIV, y en esta ocasión fue
incendiado por los sublevados en el año 1.303, quedando casi completamente
destruido.
Fue incorporado de nuevo al patrimonio real en
el siglo XV, después de haber pertenecido todo este tiempo por los sucesores de
Roger de Lauria, quien fue el primero que levantó los cimientos de este palacio
sobre unas antiguas edificaciones existentes en el casco antiguo de la ciudad.
Durante el reinado de Alfonso el Magnánimo se
sentarían las bases de lo que sería la futura comarca de El Comtat, ya que el
rey vendió el castillo y villa a Ximén Pérez de Corella, nombrándolo más tarde
conde, creando así el condado de Cocentaina, que abarcaba además las
localidades de L´Alcudia del Comtat, Alcocer de Planes, la Alquería de Ferris,
Gayanes, Muro, Turballos y Les Penelles. Este primer conde de Cocentaina transformó las instalaciones de la vivienda noble de los sucesores de Roger de Lauria en su Palau Comtal (Palacio Condal), dándole el aspecto que en la actualidad presenta.
Precisamente en la localidad de Penella, en la
actualidad pedanía de Cocentaina, existía un antiguo castillo del siglo XIII,
que fue incorporado a los territorios del condado y remozado por Ximén Pérez de
Corella, para reforzar la defensa de los territorios de su nuevo condado.
A principios del siglo XIX el Castillo de
Cocentaina, el Palacio Condal, los restos de sus murallas y el castillo de
Penella, pasarían a pertenecer a la familia Fernández de Córdoba, duques de
Medinaceli, y grandes nobles desde los tiempos de los Reyes Católicos.
Por las características morfológicas que se observan se trata de un recinto cuyo origen se sitúa en época musulmana, con reformas y transformaciones posteriores, ya en época cristiana.
Una de las primeras noticias sobre las Murallas de Cocentaina se remonta al año 1.311, en la que se dice que el difunto almirante Roger de Lauria había concedido a los vecinos de Cocentaina el que no pagaran impuestos a fin de restaurar los muros y el alcázar de la ciudad, después de que los musulmanes de Granada lo asaltaran y prendieran fuego a finales del año 1.303.
Durante la Guerra de la Unión, en el año 1.348, Cocentaina estuvo quince dias asediada, ocasionándose grandes destrozos en las murallas y alcázar. Con el fin de repararlas, el rey concedió un privilegio el 24 de Marzo de 1.370, por el cual concede a los jurados de Cocentaina el que puedan poner impuestos a los vecinos del pueblo y de su término durante tres años a fin de proceder a la restauración de aquellas. El 8 de Julio de 1.377 el rey vuelve a firmar otro privilegio con el mismo objetivo.
En el año 1.378 continúan las obras en las murallas, pero ahora se centran en el alcázar como lo demuestra un privilegio de la reina Sibila, la cual perdona a los vecinos de Cocentaina durante cuatro años las rentas que éstos le abonaban.
Las murallas también son mencionadas en un suceso acaecido a finales del siglo XIV en el cual se enfrentó el virrey de Valencia con las autoridades de la villa por causa de la titularidad del señorío de Cocentaina.
A finales del siglo XVIII, el padre Agustín Arquer Jover, natural de Cocentaina, de la Orden de la Merced, también describe las murallas con gran detalle. A partir del siglo XIX fueron siendo demolidos los portales, pero hasta bien entrada la primera mitad del siglo XX se conservaban en pie casi la totalidad de las torres y muralla que envolvía la villa. En la actualidad las torres se encuentran enmascaradas entre el caserío existente.
El recinto amurallado se encuentra situado en el centro de la población, en la parte llana al pie del Cerro de San Cristófol. En el interior del recinto amurallado se encuentra un trazado urvabo de calles de recorrido sensiblemente recto. Existen algunos encuentros de calles en donde se producen pequeños ensanchamientos, encontrándose dentro del mismo tres plazas: La del Plá, que está situada delante de la fachada de levante del Palacio Condal. En el centro, queda la denominada de la Villa, lugar donde se encontraban las carnicerías y en la actualidad está el Ayuntamiento. Hacia el norte y delante de la fachada de la Iglesia de Santa María se encuentra la tercera, la Plaza del Cardenal Ferriz. Otro edificio de interés es la parroquia de Santa María mencionada, realizada en las décadas de cambio entre el gótico y la recepción de las primeras formas renacentistas, así como algunos palacios tardogóticos.
Por las características morfológicas que se observan se trata de un recinto cuyo origen se sitúa en época musulmana, con reformas y transformaciones posteriores, ya en época cristiana.
Una de las primeras noticias sobre las Murallas de Cocentaina se remonta al año 1.311, en la que se dice que el difunto almirante Roger de Lauria había concedido a los vecinos de Cocentaina el que no pagaran impuestos a fin de restaurar los muros y el alcázar de la ciudad, después de que los musulmanes de Granada lo asaltaran y prendieran fuego a finales del año 1.303.
Durante la Guerra de la Unión, en el año 1.348, Cocentaina estuvo quince dias asediada, ocasionándose grandes destrozos en las murallas y alcázar. Con el fin de repararlas, el rey concedió un privilegio el 24 de Marzo de 1.370, por el cual concede a los jurados de Cocentaina el que puedan poner impuestos a los vecinos del pueblo y de su término durante tres años a fin de proceder a la restauración de aquellas. El 8 de Julio de 1.377 el rey vuelve a firmar otro privilegio con el mismo objetivo.
En el año 1.378 continúan las obras en las murallas, pero ahora se centran en el alcázar como lo demuestra un privilegio de la reina Sibila, la cual perdona a los vecinos de Cocentaina durante cuatro años las rentas que éstos le abonaban.
Las murallas también son mencionadas en un suceso acaecido a finales del siglo XIV en el cual se enfrentó el virrey de Valencia con las autoridades de la villa por causa de la titularidad del señorío de Cocentaina.
A finales del siglo XVIII, el padre Agustín Arquer Jover, natural de Cocentaina, de la Orden de la Merced, también describe las murallas con gran detalle. A partir del siglo XIX fueron siendo demolidos los portales, pero hasta bien entrada la primera mitad del siglo XX se conservaban en pie casi la totalidad de las torres y muralla que envolvía la villa. En la actualidad las torres se encuentran enmascaradas entre el caserío existente.
El recinto amurallado se encuentra situado en el centro de la población, en la parte llana al pie del Cerro de San Cristófol. En el interior del recinto amurallado se encuentra un trazado urvabo de calles de recorrido sensiblemente recto. Existen algunos encuentros de calles en donde se producen pequeños ensanchamientos, encontrándose dentro del mismo tres plazas: La del Plá, que está situada delante de la fachada de levante del Palacio Condal. En el centro, queda la denominada de la Villa, lugar donde se encontraban las carnicerías y en la actualidad está el Ayuntamiento. Hacia el norte y delante de la fachada de la Iglesia de Santa María se encuentra la tercera, la Plaza del Cardenal Ferriz. Otro edificio de interés es la parroquia de Santa María mencionada, realizada en las décadas de cambio entre el gótico y la recepción de las primeras formas renacentistas, así como algunos palacios tardogóticos.
Estado
actual:
Plano general de las Murallas de Cocentaina
Bajo
la férrea mano del almirante calabrés Roger de Lauria y de sus
descendientes, la villa de Cocentaina adquirirá buena parte de los
principales referentes constructivos necesarios para su desarrollo
como una ciudad medieval de la época. Sin embargo, antes de su
llegada lo que existía era una Cocentaina dispuesta en la ladera
oriental del Cerro de San Cristóbal, abarcando una superficie
urbanizada de unas 5 hectáreas de extensión y situada sobre parte
de la antigua “Qustantiniya” andalusí.
Algunos
estudios apuntan a que la célula original de la medina islámica se
hallaba en la cercana alquería de Atech (Navarro Reig, 1987), cuya
mención desaparece de la toponimia tras los primeros repartimientos
de tierras en la época cristiana y que también parece apoyar el
registro arqueológico con la abundante aparición de materiales
cerámicos (Carratalá Ferrer, 2009) y algún hallazgo numismático
temprano (Torró i Abad, 1992), que permitirían plantear la
existencia de un asentamiento islámico ocupando el cerro del Castell
y el llano perimetral entre los siglos X y primera mitad del siglo
XIII.
Gracias
al registro documental del archivo contestano, sabemos que durante la
horquilla cronológica comprendida entre los años 1.269 a 1.275, la
vila contaba con un recinto amurallado prácticamente concluido
gracias a la exención del pago de la primera contribución de la
“peyta”, que fue destinada para amurallar convenientemente la
vila (Ferragud Domingo, 2003), construir los principales portales de
acceso, realizándose también la apertura del foso disuasorio que
tenía que circundarla para su protección encargado a un tal Guillem
Montbardon (Domenech Faus, 2003).
Las huellas del recinto amurallado y su trama urbana se conservan casi intactas, pudiendo reconstruirse el trazado completo del recinto medieval con la disposición de sus 8 torres defensivas en saliente, como las de Fraga, Torreta, Santo Tomás o las tres defensas que perimetran el Palau Comtal; las huellas de los portales de l´Ángel, Sant Jaume o Nou, y Fosch, o los largos lienzos de muralla levantada en tapial de mampostería en las que aún se conservan aspilleras y otras aperturas defensivas. Las pruebas arqueológicas obtenidas son escasas por no decir nulas, y su cronología está sostenida por la manifiesta construcción ex-novo que la documentación medieval nos ha mostrado.
Sin embargo, en algún trabajo reciente se apunta la posible existencia de fragmentos del lienzo de la muralla, de adscripción islámica, que se encuentran en la zona oeste del Palau, y que podría defender el espacio existente entre una posible residencia del gobernador almohade y la mezquita islámica situada junto al Viver de Dalt, que fue posteriormente derribada cuando se levantala iglesia cristiana de Santa María a finales del siglo XIII. Prueba de todo ésto parece ser la existencia de varios muros de tapial que, por sus medidas y orientación, no guardan ninguna relación con el trazado del alcázar medieval (Catalá Ferrer,2009), lo que lleva a plantear que sean anteriores y pertenecientes a un recinto amurallado anterior a la conquista cristiana, presumiblemente islámico.
También sabemos que disponía de taberna, alhóndiga, e incluso, de un burdel, además de un espacio público en la plaza de la vila, donde se encontraba la iglesia, así como una carnicería y una almazara de aceite, con algunos hornos, varios molinos y talleres. También se hallaba un "fossar" o necrópolis cristiana en el antiguo "Pasaje del Fossar", que ahora es la actual calle de Sant Hipólit, y que se sitúa el área cementerial en los alrededores de la iglesia de Santa María (Domenech Faus,2003). Junto a la vila murada, se dispondría un "raval", de unas 7 hectáreas de extensión, situado al sudoeste y separada de ésta por un barranco donde se acogería a la población musulmana desde momentos anteriores al año 1.260 (Navarro Reig,1987).
Las huellas del recinto amurallado y su trama urbana se conservan casi intactas, pudiendo reconstruirse el trazado completo del recinto medieval con la disposición de sus 8 torres defensivas en saliente, como las de Fraga, Torreta, Santo Tomás o las tres defensas que perimetran el Palau Comtal; las huellas de los portales de l´Ángel, Sant Jaume o Nou, y Fosch, o los largos lienzos de muralla levantada en tapial de mampostería en las que aún se conservan aspilleras y otras aperturas defensivas. Las pruebas arqueológicas obtenidas son escasas por no decir nulas, y su cronología está sostenida por la manifiesta construcción ex-novo que la documentación medieval nos ha mostrado.
Sin embargo, en algún trabajo reciente se apunta la posible existencia de fragmentos del lienzo de la muralla, de adscripción islámica, que se encuentran en la zona oeste del Palau, y que podría defender el espacio existente entre una posible residencia del gobernador almohade y la mezquita islámica situada junto al Viver de Dalt, que fue posteriormente derribada cuando se levantala iglesia cristiana de Santa María a finales del siglo XIII. Prueba de todo ésto parece ser la existencia de varios muros de tapial que, por sus medidas y orientación, no guardan ninguna relación con el trazado del alcázar medieval (Catalá Ferrer,2009), lo que lleva a plantear que sean anteriores y pertenecientes a un recinto amurallado anterior a la conquista cristiana, presumiblemente islámico.
También sabemos que disponía de taberna, alhóndiga, e incluso, de un burdel, además de un espacio público en la plaza de la vila, donde se encontraba la iglesia, así como una carnicería y una almazara de aceite, con algunos hornos, varios molinos y talleres. También se hallaba un "fossar" o necrópolis cristiana en el antiguo "Pasaje del Fossar", que ahora es la actual calle de Sant Hipólit, y que se sitúa el área cementerial en los alrededores de la iglesia de Santa María (Domenech Faus,2003). Junto a la vila murada, se dispondría un "raval", de unas 7 hectáreas de extensión, situado al sudoeste y separada de ésta por un barranco donde se acogería a la población musulmana desde momentos anteriores al año 1.260 (Navarro Reig,1987).
Todos los actuales restos de las murallas de
Cocentaina quedan dentro de lo que fue el antiguo recinto fortificado de la
ciudad. Los orígenes de la muralla se retrotraen a la época islámica, y después
de la reconquista de la ciudad se vieron mejorados por los avatares bélicos
posteriores a aquella, siendo durante la etapa de Jaime I cuando se amplió la
fortificación de la ciudad ante los continuos ataques de los moriscos en las
sublevaciones ocurridas en tiempos de Al-Azraq.
En el casco urbano antiguo de Cocentaina
encontramos distintos lienzos de muralla, restos de varias torres defensivas
incorporadas a la misma y, al menos, tres de sus antiguos portales de acceso a
la vieja ciudad amurallada.
Como en el caso de la ciudad de Elche, han
sido tres, de las diez que poseía la antigua muralla condal, las que han
llegado hasta nosotros:
La Torre del Viver, con referencia CA-206
La Torre del Viver, con referencia CA-206
La
Torre de Fraga, con referencia CA-207
y la Torre
de Selfa, con referencia CA-208
De las siete torres
restantes, conocidas desde antaño en
la población con los nombres de: Torre del Postigo; Torre del Campanar Vell; Torre
de San Llorenç; Torre de Segura; Torre del Portal Fosc; Torre del Pla de Palacio y la Torre del Homenaje, no han quedado restos apreciables en la actualidad,
aunque quedan algunos vestigios en la calle Cura Montagut; calle Dolores; calle Cetina; calle Don Jaime y
en la plaza del Alcalde Reig.
Los restos de las torres están muy
deteriorados y, la mayor parte de ellas, se encuentran prácticamente
desaparecidas, habiéndose utilizado sus restos para la rehabilitación de
algunas viviendas particulares en muy distintos momentos.
Todas ellas mantenían una morfología muy
similar consistente en un cuerpo principal de planta cuadrada, gran volumen y
fábrica de mampostería y sillarejo.
De los antiguos portales hay algunos restos del Portal de Xátiva, en la calle Mayor; del Portal de Sant Jaume, en su misma calle, y del Portal de Alcoy, tambien denominado de San Francisco, al lado del Palau.
De los antiguos portales hay algunos restos del Portal de Xátiva, en la calle Mayor; del Portal de Sant Jaume, en su misma calle, y del Portal de Alcoy, tambien denominado de San Francisco, al lado del Palau.
Ubicación hipotética del recinto murado de Cocentaina
Galería fotográfica:
Visita efectuada el 01-11-2.016:
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