Localización:
El Castillo de la Mola se encuentra situado al noroeste de la ciudad de Novelda, perteneciente a la comarca alicantina del Vinalopó Mitjà.
Localización en Google Maps
Vista del Castillo de la Mola en Google
Se levanta sobre la meseta de una loma adyacente a la imponente montaña de La Mola, en su parte oriental, mirando hacia el cauce del río Vinalopó. Está a unos 3 km. de la ciudad y se llega hasta él por una carretera asfaltada que parte desde la población, siendo además el camino para llegar al Santuario de estilo Gaudí de Santa María Magdalena, adosado al mismo, y en cuyo solar se ubicaba el antiguo albacar de la fortificación.
Localización en el mapa topográfico
El Santuario de Santa María Magdalena
Ecoalbergue y restaurante
Es posible visitar ambos monumentos, excepto los lunes por estar cerradas las instalaciones. Adosado a ellos se encuentra un antiguo convento de monjas, hoy transformado en un establecimiento de restauración y ecoalbergue.
Su origen data del siglo XII y fue levantado
sobre una antigua fortificación romana por los árabes tras la invasión de la
península. La unificación político-religiosa impuesta por el califato de
Córdoba en todo Al-Andalus favoreció el desarrollo social y comercial de
ciudades y alquerías del territorio, y así, junto a ciudades o medinas como
Villena, Sax, Petrel o Elda, el castillo de La Mola se convirtió en fortaleza
importante durante el tiempo que duró la invasión musulmana hasta el siglo XV
en que fueron expulsados del territorio.
Zona de excavaciones arqueológicas
Dentro de este contexto se encuadra la
ocupación del valle de Novelda, como nueva área de poblamiento, con el
desarrollo de una alquería en la parte baja del valle y la aparición de una
torre o castillo de altura, situado en el cerro de La Mola durante el periodo
califal-taifal de los siglos X y XI, y la consiguiente fortificación almohade
en el siglo XII. Ya bien entrados en el mismo, el territorio sería ocupado por
pueblos del norte de África, probablemente almorávides, aunque este extremo no
ha sido contrastado, aunque si el poblamiento de los almohades, verdaderos
artífices de la construcción de la fortaleza de la Mola, según el historiador y
geógrafo Al- Idrisi .
Basamento calizo de la muralla Este
Ahora bien, si como parece los almohades no
tienen una presencia efectiva en el reino de Murcia hasta la muerte de Ibn
Mardanis en 1.172, y la posterior estancia del califa Yusuf, tras la derrota
sufrida en la ciudad de Huete, es posible que el castillo de la Mola no
estuviese construido en época de Al-Idrisi, a pesar de ser nombrado por éste en
sus itinerarios, ya que las fuentes arqueológicas no nos permiten ir más allá de finales del
siglo XII.
Formó parte del reino musulmán de Murcia y
sería reconquistado por los castellanos. La población musulmana asentada en el
recinto fortificado de la Mola se vió obligada a abandonar la fortaleza,
trasladándose a la alquería de Novelda, al ser conquistado el castillo por las
huestes del infante Alfonso de Castilla entre los años 1.245-1.246, y tras el
Tratado de Almizra, entre Jaime I y el infante Alfonso, las actuales tierras de
Novelda pasaron al reino de Murcia, y reconquistadas por la corona de Castilla.
Alfonso X el Sabio lo incluyó en la
municipalidad de Alicante y lo entregó al infante Juan Manuel, hermano del rey, quien a su vez le otorgó el señorío
de Novelda a su hija Violante, como parte de la cuenca del Río Vinalopó, desde
Villena hasta Elche-Santa Pola.
En 1.296 tras la rectificación de fronteras
entre la corona de Castilla y la de Aragón, Novelda pasó a pertenecer al reino
de Valencia. Jaime II se lo cedió a su esposa y luego Alfonso el Benigno lo
dejó a su hijo Fernando.
Pedro el Ceremonioso otorgó el señorío a Beltrán Duglesquín, y éste a su vez al capitán Hugo de Calvila, para volverlo a comprar el rey de nuevo y dárselo a su esposa. Juan II se lo entregó posteriormente a la familia Pere Maça de Liana. A este época pertenece la construcción de la primitiva ermita,de principios del siglo XV, dedicada a Santa María Magdalena, la que posteriormente se convirtió en el actual santuario de estilo gaudiano. Después perteneció a la familia Rocamora; los Duques de Mandas; los Marqueses de Terranova; los Condes de GRanja y, finalmente, a los Marqueses de La Romana.
Pedro el Ceremonioso otorgó el señorío a Beltrán Duglesquín, y éste a su vez al capitán Hugo de Calvila, para volverlo a comprar el rey de nuevo y dárselo a su esposa. Juan II se lo entregó posteriormente a la familia Pere Maça de Liana. A este época pertenece la construcción de la primitiva ermita,de principios del siglo XV, dedicada a Santa María Magdalena, la que posteriormente se convirtió en el actual santuario de estilo gaudiano. Después perteneció a la familia Rocamora; los Duques de Mandas; los Marqueses de Terranova; los Condes de GRanja y, finalmente, a los Marqueses de La Romana.
La Torre Desmochada
En 1.521 en el contexto de la Guerra de
Germanías, Ramón de Rocafull, señor de Albatera, reclutó gentes de Novelda para
reprimir a los agermanados que habían tomado fuerza en Orihuela.
Posteriormente, las incursiones costeras de
los piratas berberiscos hacen que se creen torres defensivas de costa, por lo
que los castillos de interior van poco a poco abandonándose, caso del de la
Mola, y sus habitantes se trasladan al núcleo poblacional del valle en las
últimas décadas del siglo XVI y principios del XVII.
Escudo de la ciudad de Novelda
Estado
actual:
Plano y Planta del Castillo de la Mola
Antigua foto del Castillo de la Mola
El castillo está formado por dos espacios fortificados: el principal y más elevado, ocupa el área meridional del cerro, y está formado por la alcazaba y el albacar. Este recinto está construido con una muralla de unos 2 m de grosor, con fábrica de tapial que está asentada sobre un basamento de mampostería, con 8 cubos macizos en saliente, de planta cuadrada y distribuidos irregularmente a los largo del perímetro (Concepción Navarro,2001). Este recinto está considerado por los especialistas como uno de los ejemplos de la arquitectura militar almohade mejor conservado del valle del Vinalopó, y que fue declarado Monumento Histórico-Artístico de Interés Nacional en el año 1.931.
A la izquierda del acceso principal, situado en el frente este, encontramos la llamada Torre Desmochada, potente construcción con 11 m. de altura conservados, realizada en tapial con una anchura que va desde los 2,20 m de los lienzos hasta los impresionantes 3,40 m de la primera planta. La torre muestra un acceso en altura, que nos lleva a una con cubierta abovedada, iluminada por una aspillera. En el centro, un orificio en el suelo de la sala, que ha permitido documentar un antiguo aljibe, reutilizado en época medieval como recinto carcelario (Navarro Poveda,2001). Una escalera con bóveda escalonada nos conduce al primer piso de la torre, conservándose a la altura del pavimento tres cañoneras.
En
el paramento exterior, destaquemos la presencia de los restos de un
falso despiece de sillería, una técnica que pretende esconder los
mechinales del encofrado con fajas verticales y horizontales de yeso,
arcilla y cal, formando sobre el tapial un falso aparejo isódomo
dando la sensación óptica de grandes sillares. En el caso de La
Mola, aparecen incluso dos fajas de enlucido que se cruzaban en aspa
y, si nos fijamos mucho en ellas, se puede apreciar un graffiti
inciso en grafia árabe realizados probablemente por el constructor
(Azuar Ruiz, 1996). Mismo tratamiento decorativo se descubrió en la
excavación de los cubos de la puerta original almohade del
castillo,ubicada a levante, lo que viene a constatar que, con toda
probabilidad, el amurallamiento estaría totalmente decorado con este
falso despiece (Azuar Ruiz, 1985). Los datos arqueológicos han
demostrado que la adscripción de esta técnica tan particular
corresponde al último tercio del siglo XII, concretamente entre
1.184 y 1.199, durante el gobierno del tercer califa Abu Ya´qub
Yusuf al-Mansur, quien tras el triunfo de la batalla de Alarcos
(1.195), con el inmenso botín obtenido, genera una eclosión
expansiva feudal, reforzando las vías de comunicación.
En
cuanto al recinto exterior del castillo, cuenta con una superficie de
2.000 metros cuadrados, y ha sido en parte excavado dejando al
descubierto un conjunto de habitaciones como son la cocina, horno,
molino, y demás dependencias domésticas, donde se desarrollaba la
vida diaria de la población allí asentada durante la Edad Media,
documentado a través de sus ataifores, cuencos, escudillas, jaras,
tinajas y objetos de uso personal en hueso, vidrio o bronce. También
han aparecido múltiples útiles de hierro, utilizados para la
defensa del recinto, como restos de armaduras de placas, puntas de
flecha, viratones, lanzas o nueces de ballestas, que nos hablan de
una población dedicada a las tareas agropecuarias y a defender el
territorio en los momentos de peligro (Navarro Poveda, 2001).
Sin embargo, gracias a la continua investigación arqueológica que se lleva a cabo en el castillo, hoy sabemos que se trata de un recinto fortificado construido para albergar de forma esporádica a la población campesina durante el final de la época califal -mitad del siglo X y primera mitad del siglo XI- (Navarro Poveda; Domenech Belda,1998), y que, según los datos arqueológicos, dejó de utilizarse a lo largo de esta centuria hasta finales del siglo XII, cuando se levantaron las torres y lienzos del castillo que hoy conocemos en época almohade (Azuar Ruiz,2004).
Sin embargo, gracias a la continua investigación arqueológica que se lleva a cabo en el castillo, hoy sabemos que se trata de un recinto fortificado construido para albergar de forma esporádica a la población campesina durante el final de la época califal -mitad del siglo X y primera mitad del siglo XI- (Navarro Poveda; Domenech Belda,1998), y que, según los datos arqueológicos, dejó de utilizarse a lo largo de esta centuria hasta finales del siglo XII, cuando se levantaron las torres y lienzos del castillo que hoy conocemos en época almohade (Azuar Ruiz,2004).
Tras
la conquista cristana, parece que el castillo se queda deshabitado
durante un tiempo siendo donado al Obispo de Cuenca, Gonzalo Ibáñez
Palomaque, y vendido por éste a su hermano García Ibáñez, alcalde
mayor de Toledo, siendo recuperado por Alfonso X de Castilla (Navarro
Poveda, 2001). Posteriormente, la fortaleza aparece integrada en el
protectorado de don Manuel hasta el año 1.284. Con la firma de la
Sentencia de Torrellas-Elche en 1.305, el rey Jaime II entrega el
castillo a Pedro de Montagut, bajo el dominio de Blanca de Anjou,
esposa de Jaime II, quien da órdenes en 1.308 para que el Baile de
Elda libere 2.000 sueldos valencianos para la reparación del
castillo de La Mola y del castillo de Elda (Azuar Ruiz, 1985; Navarro
Poveda, 2001).
Es
el momento en que se amplía el recinto de la fortaleza, adaptando la
antigua fortaleza almohade a las necesidades de la nueva sociedad
feudal, construyéndose una nueva puerta de acceso, en sillería y
levantando la extraordinaria Torre Triangular, un ejemplo singular de
arquitectura gótica militar, que reproduce un prisma cabalístico de
base equilátera de perfectos 15 metros de lado y con una altura
máxima de 17 metros, toda ella realizada en sillería encadenada en
las esquinas y relleno de mampostería en “opus vitatum”. Se
accede a la torre por una puerta en altura de sillería en arco de
medio punto y en su interior se distribuyen dos salas abovedadas
superpuestas y, en conjunto, sólo dispone de estrechas aspilleras
con derrame interior para su iluminación y ninguna estructura o
elemento defensivo, lo que le confiere a la torre esa imagen cerrada
y compacta (Azuar Ruiz, 2004). Además, las excavaciones llevadas a
cabo en el interior del castillo han permitido documentar todas las
dependencias e instalaciones del mismo en el siglo XV (Navarro
Poveda, 1994), como un gran hogar, - dotado de horno, molino de pan,
etc. -, que se encuentra en los sótanos del salón noble que se
adosaba a la muralla de levante y, junto a estas dependencias, se han
descubierto desde la antigua cárcel hasta las caballerizas y la
herrería.
Con estas reformas, La Mola se convierte en una de las fortalezas claves del territorio. Durante la Guerra de los Dos Pedros, el castillo fue atacado varias veces, resistiendo fuertes asedios con el lanzamiento de bolaños de piedra, flechas y viratones, que han aparecido en las excavaciones que se han realizado en el interior de la fortaleza entre los años 80 y 90 del siglo XX.
El castillo y la villa de Novelda se convierten en baronía en el año 1.449, siendo sus estancias modificadas para convertirse en la residencia temporal de los Maça de Lizana para la caza de venados, ciervos y liebres. Con la llegada del mundo renacentista, el traslado de las clases más altas a las ciudades y el cambio de estrategias en la frontera costera, el castillo se acabaría abandonando, trasladándose el núcleo poblacional de Novelda, fundado en las últimas décadas del siglo XVI y principios del XVII (Navarro Poveda,2001). A inicios de los años 80 del siglo XX, el castillo inicia un ambicioso proyecto de recuperación, y con los estudios arqueológicos efectuados se obtuvo una buena parte de la información de la fortaleza, que ha sido utilizada para la fase de las intervenciones, orientadas a la recuperación de los lienzos de tapial de la muralla, así como la rehabilitación de las dos torres principales, quedando para el futuro la consolidación y puesta en valor de las estancias domésticas y las dependencias del albacar de la fortaleza.
Con estas reformas, La Mola se convierte en una de las fortalezas claves del territorio. Durante la Guerra de los Dos Pedros, el castillo fue atacado varias veces, resistiendo fuertes asedios con el lanzamiento de bolaños de piedra, flechas y viratones, que han aparecido en las excavaciones que se han realizado en el interior de la fortaleza entre los años 80 y 90 del siglo XX.
El castillo y la villa de Novelda se convierten en baronía en el año 1.449, siendo sus estancias modificadas para convertirse en la residencia temporal de los Maça de Lizana para la caza de venados, ciervos y liebres. Con la llegada del mundo renacentista, el traslado de las clases más altas a las ciudades y el cambio de estrategias en la frontera costera, el castillo se acabaría abandonando, trasladándose el núcleo poblacional de Novelda, fundado en las últimas décadas del siglo XVI y principios del XVII (Navarro Poveda,2001). A inicios de los años 80 del siglo XX, el castillo inicia un ambicioso proyecto de recuperación, y con los estudios arqueológicos efectuados se obtuvo una buena parte de la información de la fortaleza, que ha sido utilizada para la fase de las intervenciones, orientadas a la recuperación de los lienzos de tapial de la muralla, así como la rehabilitación de las dos torres principales, quedando para el futuro la consolidación y puesta en valor de las estancias domésticas y las dependencias del albacar de la fortaleza.
Puerta de acceso a la fortaleza
Tapial de la muralla
La Torre del Homenaje
Puerta lateral de acceso a la fortaleza
Otra vista de la Torre Desmochada
Dependencia anexa en la muralla Este
Fuentes: Guardianes de Piedra
Concha Navarro (Arqueóloga)
Galería fotográfica:
Vista lateral Este de la fortaleza
Accesos a la fortaleza
Restos de la muralla original de la fortaleza
La torre triangular (Torre del Homenaje)
Otra panorámica de la torre
Vista de la torre desde el Norte
Sillería de la torre y muralla Oeste restaurada
Aspecto de la torre triangular (aspillera)
Sillería empleada en la Torre del Homenaje
La torre Norte y la Torre del Homenaje
La torre Desmochada desde la Torre del Homenaje
Entrada a la torre desmochada
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