El Castillo de Petrel (o
Petrer, en valenciano) se encuentra ubicado en lo alto de una loma que domina
la ciudad, al Este de la misma. Se puede admirar muy bien desde la autovía
Alicante-Madrid cuando ésta cruza Petrel a la altura del puente que salva la
Rambla de Pusa.
Para acceder al castillo hay que dirigirse
hacia la Avda. de Hispanoamérica y al final de la misma hay un camino de acceso
directo a la puerta del castillo. En él hay costumbre de celebrar bodas civiles
y su visita puede concertarse en el Ayuntamiento de la villa.
Localización en Google Maps
Vista del Castillo de Petrer en Google
Situación en el mapa topográfico
Horarios de visita:
Martes a Viernes: 11:00 a 14:00 h, previa petición a la Tourist Info de Petrel.
Sábados, Domingos y Festivos: Visitas guiadas a las 11:00; 12:00 y 13:00 h, comenzando en
la puerta del Castillo
Plano del Castillo de Petrel
Castillo de Petrel de época almohade (maqueta)
Castillo de Petrer (Reconstrucción idealizada)
Respecto a sus orígenes se
han localizado en el término municipal restos de la Edad del Bronce, así como
del periodo íbero-romano. Pero no fue hasta la época musulmana cuando Petrel se
convirtió en un importante asentamiento.
Tras la firma del Tratado de Almizra en 1.244,
pasó a pertenecer al reino castellano. Posteriormente, Alfonso X cedió al Señor
Jofré de Loaysa la tenencia del castillo; sus herederos mantuvieron su señorío
hasta principios del siglo XV. Tras el Pacto de Elche, en 1.305, Petrel pasó a
pertenecer al Reino de Valencia.
Durante el siglo XV fue propiedad de los Pérez
de Corella, cuyos descendientes vendieron la baronía a D. Juan de Coloma, Conde
de Elda. Felipe II creó a finales del siglo XVI el condado de Elda, al que
Petrel perteneció hasta la abolición de los señoríos. En la Guerra de Sucesión
luchó a favor de Felipe V y formó parte de la Unión de Castalla, por lo que le
fueron otorgados diversos privilegios por su lealtad.
Durante los siglos XVIII y XIX el castillo
sufrió un gran deterioro por el aprovechamiento de sus piedras para la
construcción de muchas casas y edificios de Petrel.
Escudo de la ciudad de Petrel
Estado
actual:
Antiguas fotos del Castillo de Petrer
Tiene un doble recinto amurallado, donde el inferior muestra un largo lienzo de muralla construido en tapial sobre un basamento de mampostería, reforzado por tres cubos en saliente, uno semicircular que actúa de borje-contrafuerte y otros dos, de planta cuadrangular, de los cuales, uno es completamente macizo y el otro está hueco en su interior haciendo de bestorre y cuya base fue reforzada en el siglo XIV con una cara-vista de sillería labrada (Navarro Poveda,2001).
Ascendiendo unos cinco metros, encontramos el recinto superior de planta poligonal con una factura en mampostería y sillería encadenada en las esquinas, con su ingreso principal en altura, ubicado en el frente este, con puerta en arco de medio punto en sillería labrada, defendido por una ladronera que bate verticalmente cualquier intento de forzar la entrada, así como un matacán añadido en la reconstrucción. El castillo posee otro acceso, situado en el lado norte, que actúa más como poterna o puerta de la traición.
En el interior, encontramos una gran sala con bóveda de medio cañón en mampostería irregular, dotada de tres aspilleras, dos en el frente sur y la tercera al noroeste. En ese mismo punto se levanta la gran torre de planta cuadrangular con fábrica de tapial y tres alturas, sin comunicación directa entre ellas, lo que es un excelente ejemplo de defensa compartimentada. La sala inferior actúa como aljibe de la fortificación y con la reforma que sufre el castillo en el siglo XIV, se le practica un acceso en el frente este, pasando a ser cárcel. Allí se conserva un excepcional conjunto de grafittis medievales que los presos dejaron en sus paredes. Se accede a las dos alturas siguientes a través del frente noroeste, en el caso de la segunda planta por una escalera volada y almenada.
A pesar del agudo proceso de restauración que sufrió en la década de los años 70 del siglo XX, los estudios realizados en estos últimos 25 años confirman el origen islámico de la fortaleza. La disposición de una gran torre de tapial dotada de aljibe, que podría actuar como torre almenara con un pequeño recinto, a modo de cortijo; su ubicación enriscada controlando el territorio y las vías de acceso, así como las excavaciones arqueológicas dirigidas por la arqueóloga Concepción Navarro Poveda, han permitido descubrir en el espacio intermedio entre los dos recintos, un conjunto de 11 habitaciones con vanos, puertas y espacios de distribución, y un registro material de ataifores, candiles, marmitas y jarras pintadas en manganeso, así como dados, amuletos y objetos de bronce, que permiten confirmar que esta fortificación se construyó en época almohade, a finales del siglo XII o comienzos del siglo XIII.
Con la conquista cristiana, el castillo queda en manos del reino de Castilla desde el año 1.258, en que el rey Alfonso X el Sabio instituye un mayorazgo en favor de García Jofré de Loaysa, una familia de origen francés, vinculada a la Corona de Aragón, pero que pasan al servicio de Castill por el casamiento del monarca con la hija de Jaime I, Doña Violante. La Sentencia de Torrellas-Elche en 1.305 permite a Jaime II obtener la plaza de Petrer, a pesar de la lealtad castellana de Jofré de Loaysa, quien acaba siendo ratificado como señor del castillo. Bajo este dominio aragonés se emprenderán las principales reformas estructurales que hoy se aprecian en la fortificación. A mediados del siglo XIV, el conflicto castellano-aragonés de la Guerra de los Dos Pedros hace que el castillo adquiera un importante papel estratégico, por lo que sus defensas y pertrechos son mejorados.
Al
no tener descendencia directa Leonor de Loaysa, última baronesa de
Petrer, el castillo pasa a manos de Ximén Pérez de Corella, Conde
de Cocentaina y Señor de Elda, en el año 1.431. Bajo los Corella,
la fortificación sufre nuevas reformas, abandonando el área
doméstica del primer recinto, convirtiendo el aljibe antiguo en
cárcel, construyendo una nueva cisterna y levantando una capilla
dedicada a Santa Catalina. A finales del siglo XV, el castillo pierde
su función, siendo abandonado a principios del siglo XVI. En el
siglo XVIII, durante la Guerra de Sucesión, el castillo dio albergue
al ejército francés de Felipe V. El Conde de Cervellón, heredero
de las posesiones del Conde de Elda, mantuvo el señorío de Petrer
hasta el siglo XIX en que fue decretada su abolición.
Con posterioridad, la fortaleza pasó a manos del Obispado de Orihuela, el cual lo cede al Ayuntamiento de Petrer en el año 1.968. A partir de 1.974 se inician las sucesivas fases de restauración de la fortaleza, que finalizarían en el año 1.983 con su declaración de Monumento Histórico-Artístico de Interés Nacional, al tiempo que pasa a ser B.I.C. a petición del Ayuntamiento de la villa petrerense.
Con posterioridad, la fortaleza pasó a manos del Obispado de Orihuela, el cual lo cede al Ayuntamiento de Petrer en el año 1.968. A partir de 1.974 se inician las sucesivas fases de restauración de la fortaleza, que finalizarían en el año 1.983 con su declaración de Monumento Histórico-Artístico de Interés Nacional, al tiempo que pasa a ser B.I.C. a petición del Ayuntamiento de la villa petrerense.
Puerta de acceso al castillo
Vista exterior
Vista de la salón de actos
Galería fotográfica:
Torre del Homenaje
Vista frontal del Castillo de Petrel
Vista aérea del Castillo de Petrel
Preciosa vista nocturna con el castillo iluminado
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