Localización:
El Castillo-Palacio de
Altamira, también llamado El Alcázar de la Señoría, se
encuentra ubicado en la llamada Plaza del Palacio en el centro de la ciudad de
Elche. Para llegar hasta él hay que preguntar la ubicación de la avenida
del Parque Municipal de Elche, pues el
castillo se encuentra al final de esta avenida.
Esta es la zona del casco antiguo de la
ciudad, en las que también se encuentran La Calahorra y las antiguas murallas
de Elche, a pocos cientos de metros del mismo. Todo la zona fue declarada
Conjunto Artístico Nacional en el año 1.968.
En la actualidad el Castillo-Palacio de
Altamira alberga la sede del Museo Arqueológico Municipal de Elche, razón de
más para su visita a todos los aficionados a la Arqueología.
Localización en Google Maps
Vista del Castillo de Altamira en Google
Localización en el mapa topográfico
Horario de visitas:
Sábados y Festivos: 11:00 y 12:00 h ; Domingos: 11:00 ; 11:30 ; 12:00 y 12:30 h. Visitas guiadas.
De Lunes a Sábado: de 10: a 18:00 h ; Domingos y Festivos : de 10:00 a 15:00 h
Precio: General : 3 euros ; Carnet Jove, Niños y Jubilados: 1,50 euros
Recordamos que en su interior está el Museo Arqueológico y de Historia de Elche.
Historia:
Vistas aéreas del Castillo de Altamira
El Palacio ha tenido varios usos a lo largo de
la historia. Además de ser residencia del administrador de los bienes del
propietario en cada momento, fue utilizado como cárcel desde finales del siglo
XVIII. En julio de 1.959 se derrumba el paso a la Torre del Homenaje y se acaba
su uso como prisión debido al mal estado del edificio, hasta su reconstrucción.
Imagen del Castillo-Palacio de Altamira
La construcción del castillo-palacio se
realizó sobre la base de la antigua alcazaba musulmana durante la ocupación
árabe. Cerca de aquí, en el Convento de las Clarisas cercano a la fortaleza, se
conservan los restos de los antiguos Baños Árabes pertenecientes a la época de
la fortaleza original. Es probable que se construyese sobre alguna edificación
anterior, post-romana, en el siglo XIII, ya que formaba parte del recinto
amurallado de la ciudad y teniendo ya un marcado carácter defensivo.
En el siglo XIV se comienza su remodelación a
partir de los antiguos tapiales y murallas árabes, y no es hasta el siglo XV
cuando se incorpora a la corona castellana. En este tiempo, el monarca Juan II
cedería su posesión a la mujer de su
hijo, Isabel de Castilla.
De esta forma, reinando los reyes Católicos, la reina donó la ciudadela al noble Gutierre de Cárdenas, lo cual produciría graves conflictos entre la población ilicitana, que no quería quedarse fuera de la Corona Española.
De esta forma, reinando los reyes Católicos, la reina donó la ciudadela al noble Gutierre de Cárdenas, lo cual produciría graves conflictos entre la población ilicitana, que no quería quedarse fuera de la Corona Española.
Finalmente, el noble castellano se vería
confirmado en su propiedad y en el año 1.481 tomaría posesión de la población,
instalándose en ella. De este modo, Gutierre de Cárdenas primer señor de la
ciudad, remodeló este castillo-palacio al fin de convertirlo en su residencia
habitual.
Imagen lateral del castillo
Escudo de la ciudad de Elche
Estado
actual:
Vista del Castillo antes de su reconstrucción actual
Planta del Castillo-Palacio de Altamira
Las recientes actuaciones arqueológicas realizadas en el edificio con motivo de su restauración para convertirlo en sede y dependencias del Museo Arqueológico e Historia de Elche (MAHE), han demostrado que la primera altura de la torre está construida con un encofrado de mortero de cal, tierra y cantos extraídos del cauce del río, de cronología almorávide-mardanisí (finales del siglo XI-finales del siglo XIII) y contaba junto a ella con un patín o estructura de planta cuadrada que constituía el soporte para una escalera que facilitaba el ingreso, en altura, al interior de la torre (López Seguí,2004). Las dos alturas superiores están fabricadas en mampostería con sillería encadenada en las esquinas y rematada con una corsera ciega presidida por cuatro ladroneras en cada una de sus caras, que tienen una clara cronología feudal.
Los
intensos trabajos realizados en el año 2.005 para su restauración
revelaron que el alcázar nunca existió en época islámica, sino
que su construcción forma parte de las reformas emprendidas después
de la toma aragonesa de la ciudad entre los años 1.296 y 1.306,
construyendo un gran edificio que sirviera de residencia señorial
permanente, dotada de un foso circundante, valiéndose de las
estructuras existentes de época taifal (siglo XI),
almorávide-mardanisí (siglo XII) y almohade (primera mitad del
siglo XIII),que se encontraban en el extremo noroeste de la muralla
islámica de la ciudad, recreciendo la torre del homenaje y
cerrándolas con los lienzo, la Torre del Duque y los cubos
circulares (López Seguí, 2004).
Además,
las primeras menciones al alcázar que aparecen en la documentación
escrita se producen en el año 1.401, señalándose en 1.472 que las
mejores defensas de la ciudad las formaban “la Calaforra i
l´alcácer” (Ramos Folqués, 1970). Una prueba más de esta
circunstancia es que la puerta de acceso al interior del alcázar ,
con un arco de medio punto de sillería, se encuentra en el frente
levantado en época cristiana, seguramente a finales del siglo XV,
bajo el dominio de Gutierre de Cárdenas (Azuar Ruiz, 1995), ya que
la monumental Puerta del Río, descubierta en las excavaciones y con
una cronología almorávide-mardasaní, sirve de ingreso a la ciudad
desde el cauce pero es colmatada y cerrada a finales de la época
medieval (López Seguí, 2004).
Con estas reformas, los Cárdenas disponen de un edificio donde reside el poder señorial hasta el año 1.780, cuando el alcázar es comprado por el Conde de Altamira, quien adosó al lienzo original una casa señorial de dos plantas, que actualmente conforma su fachada sur y que, junto a la Torre del Homenaje, acabó convirtiéndose en las dependencias de la prisión de la ciudad hasta el año 1.915. Entonces su uso se multiplica al ser adquirido por un industrial local, quien construyó una fábrica textil en el Patio de Armas del alcázar, que funcionó hasta finales de los años 60 del siglo XX. Tras ser expropiedo por el Ayuntamiento, en los años 70 del pasado siglo, se llevó a cabo una primera restauración del edificio, incluidas las dependencias de la antigua fábrica, que una vez recuperadas, se destinaron a albergar el Museo Arqueológico "Alejandro Ramos Folqués", y desde el año 2.006, rehabilitado,ampliado y convertido en el actual MAHE, siendo un punto de referencia monumental y vital inprescindible para la ciudad de Elche.
Con estas reformas, los Cárdenas disponen de un edificio donde reside el poder señorial hasta el año 1.780, cuando el alcázar es comprado por el Conde de Altamira, quien adosó al lienzo original una casa señorial de dos plantas, que actualmente conforma su fachada sur y que, junto a la Torre del Homenaje, acabó convirtiéndose en las dependencias de la prisión de la ciudad hasta el año 1.915. Entonces su uso se multiplica al ser adquirido por un industrial local, quien construyó una fábrica textil en el Patio de Armas del alcázar, que funcionó hasta finales de los años 60 del siglo XX. Tras ser expropiedo por el Ayuntamiento, en los años 70 del pasado siglo, se llevó a cabo una primera restauración del edificio, incluidas las dependencias de la antigua fábrica, que una vez recuperadas, se destinaron a albergar el Museo Arqueológico "Alejandro Ramos Folqués", y desde el año 2.006, rehabilitado,ampliado y convertido en el actual MAHE, siendo un punto de referencia monumental y vital inprescindible para la ciudad de Elche.
Presenta una planta poligonal irregular,
tendente a rectangular. Los lienzos Este y Oeste tienen una marcada dirección Norte-Sur, con un punto de
inflexión que coincide con una torreta o garitón.
El lienzo más regular es el del Oeste y presenta
un trazado de 32 metros, a los que se añaden los 9 metros correspondientes a la
Torre del Homenaje. La parte Sur tiene 41 metros y en él se encuentran
representadas las tres fases constructivas del edificio. El lado Norte tiene 47
metros, siendo el lado Este , con 51 metros, el más largo de la fortaleza, que
presenta un quiebro coincidiendo con la llamada Torre del Duque. Su superficie
aproximada es de 2.200 metros cuadrados.
La Torre del Homenaje
El edificio se encuentra defendido por tres
torres circulares que ocupan los ángulos principales de la construcción, salvo
al SO., en el que sólo se observa una garita en la culminación de la muralla.
La torre situada al SE. fue desmontada para la construcción del Puente de
Altamira, que enlaza la fortaleza con el lado Oeste de la ciudad salvando el río Vinalopó.
El elemento más significativo es la Torre del
Homenaje, en el flanco Sur. Presenta planta rectangular, de 14 x 12 m., y una
altura de 23 m. El primero de sus pisos conserva la fábrica de tapial original,
y los dos restantes son de mampostería, con esquinas reforzadas por sillería y
rematada superiormente por una corsera. La otra torre del alcázar conservada es
la del Duque, que en la actualidad forma parte del Museo Arqueológico.
Esquina de la muralla con un garitón
La puerta de entrada, construida por los Cárdenas, se encuentra en el lienzo sur y se emplea actualmente como puerta auxiliar del Museo. El pasillo de entrada está formado por un arco de medio punto de sillería, pero la puerta original no es visible desde el exterior de la fortaleza, pues en el siglo XVIII se construyó una fachada nueva entre la Torre del Homenaje y la torre del ángulo sureste.
Maqueta del palacio original en el interior del Castillo
El palacio conserva dos torres islámicas
(Duque y Homenaje) y restos de muros islámicos calicostrados y de mortero de
cal. En el ángulo NO. se encontraba la
conocida Torre Peña, de la que hoy no quedan vestigios.
Las reformas de la familia Cárdenas tuvieron
que ser de envergadura, pues prácticamente construyeron un edificio nuevo,
derruyendo los vestigios islámicos que estaban en mal estado, recreciendo la Torre
del Homenaje y envolviendo por el exterior los lienzos islámicos. Las
excavaciones han sacado a la luz que por debajo de la fortaleza pasaba la
Acequia Mayor construida por los árabes y que alimentaba las necesidades del
castillo.
Todo ello hace pensar en que inicialmente
existiría un alcázar islámico que serviría como residencia del poder árabe en
la zona y que sería el elemento defensivo de la ciudad hasta la Reconquista.
Vista de la entrada al aljibe almohade
Galería fotográfica:
Otra vista del castillo-palacio
El castillo desde la avenida del Parque Municipal
Vista nocturna con el Castillo-Palacio iluminado
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