Localización:
Las Murallas de Villena se
encuentran ubicadas en el casco antiguo de la ciudad de Villena, aunque sus
pocos restos visibles denotan que en tiempos pretéritos su importancia para la
protección de la ciudad fue decisiva. Su trazado se realizó siguiendo el
terreno en que ubicaba el actual Castillo de la Atalaya y la extinta ciudad que
lo acompañaba en la época medieval.
Sólo algunos lienzos de muralla y algunos emplazamientos muy concretos de la ciudad atestigua su presencia pretérita, de tan importante construcción que salvaguardaba la integridad de la misma. Aún se puede observar algún resto constructivo de las murallas que enlazaban la ciudad con la estructura defensiva del castillo.
Sólo algunos lienzos de muralla y algunos emplazamientos muy concretos de la ciudad atestigua su presencia pretérita, de tan importante construcción que salvaguardaba la integridad de la misma. Aún se puede observar algún resto constructivo de las murallas que enlazaban la ciudad con la estructura defensiva del castillo.
Localización en Google Maps
Localización en el mapa topográfico
Historia:
Plano de las murallas antiguas de Villena
Las Murallas Urbanas de Villena, en contra de lo que puede pensarse, no tienen un origen musulmán, pues existe constancia en los documentos de la época que el arrabal morisco no las poseía. Su construcción fue comenzada en el siglo XV por iniciativa cristiana, en tiempos del Infante Don Juan Manuel, para dotar a la villa de un recinto amurallado que cumpliera el objetivo de aislar a la misma y al castillo de la Atalaya contra los ataques externos. Todo el recinto amurallado desapareció en el siglo XVIII a raíz de la expansión de la ciudad moderna, debido sin duda al crecimiento demográfico de la población. Muchas partes de la muralla se fueron utilizando para la construcción de los edificios más antiguos de Villena.
Del primitivo núcleo islámico desconocemos prácticamente todo y se deduce su importancia atendiendo a las dimensiones de la fortaleza de la Atalaya, del que parte un lienzo de la muralla correspondiente ya al recinto de la villa. La medina islámica de Villena contaría con una mezquita que presumiblemente se encontraría en el solar de la actual Iglesia de Santa María, no extendiéndose la misma hasta mucho más allá de La Losilla, donde se ha encontrado restos de la antigua necrópolis islámica, con diversos enterramientos de la época.
Los documentos indican que las obras de
amurallamiento fueron comenzados en el año 1.308 por Don Juan Manuel, y duraron
hasta bien entrado el siglo XIV. En el recinto quedaron realizadas diversas
puertas de entrada a la ciudadela, y los documentos citan al menos dos
importantes: la Puerta de Biar y la Puerta de Almansa, que como podemos
suponer eran las salidas naturales a los caminos que llevaban a ambas
poblaciones. También se hace referencia en estos escritos que la actual y
conocida calle Corredera limitaba
hacia el Sur las murallas de Villena. Estudios arqueológicos realizados por el
insigne J.M. Soler García han dado una planimetría muy exacta de la disposición
de las murallas de Villena, según el plano de que disponemos en la actualidad.
Plano de las murallas de Villena en el siglo XIV
Escudo de la ciudad de Villena
Estado
actual:
Torre de la iglesia de Santa Maria, lo que fuera una torre de las murallas
No existe un estudio específico sobre su estructura, disposición y composición del recinto murado medieval de la población de Villena. La primera aproximación se la debemos a D. José María Soler, quien interpreta el posible trazado de la muralla exterior. Posteriormente, sólo se han realizado pequeños estudios sobre la misma base, en gran medida ocasionados a la falta de datos arqueológicos qye confirmen o modifiquen los planteamientos de tan insigne investigador.
Las excavaciones realizadas por Soler en torno a la iglesia de Santa María, reportaron materiales cerámicos de los siglos XII y XIII (época almohade). En este momento se realizan una serie de obras constructivas y de fortificación que formarán la estructura básica de Villena, disponiéndose en la vertiente sur de montículo donde se ubica la fortaleza de la Atalaya tras el comienzo de su fábrica por los almohades. Sin embargo, de este primer núcleo urbano desconocemos prácticamente todo, aunque deduciendo de la importancia del castillo, se piensa que el primitivo recinto amurallado islámico no sería un simple cerco alrededor de él, sino una verdadera obra de fortificación, aunque fue desmantelado tras la conquista cristiana.
El
asentamiento se dispone entorno a la iglesia mencionada, donde
probablemente estaría ubicada la mezquita mayor de la medina
islámica. La población no se extendería más allá de La Losilla,
ya que en esta zona se ubicó la necrópolis islámica, al haberse
hallado numerosos enterramientos de esta época. Sólo nuevas
excavaciones más profundas, tanto en el castillo como en la medina,
podrían sacar parte de esta información de la que se carece
actualmente.
La
conquista cristiana de Villena en el año 1.240 por parte de Lope
Martín, comendador de Alcañiz, en nombre del rey Jaime I de Aragón,
transforma sustancialmente el espacio urbano de la villa, pues la
necesidad de separar las poblaciones de musulmanes y cristianos
viejos se resuelve con el desplazamiento de la trama urbana hacia el
oeste, con un nuevo cerco de murallas que englobara un asentamiento
de nueva planta, situado en torno a la iglesia de Santiago, datos
confirmados por la ausencia de restos islámicos en las excavaciones
arqueológicas efectuadas en esta parte del casco antiguo de Villena,
Esta parte se denominaba “de lo cercado”, mención clara de la
antigua zona cristiana de Villena ubicada dentro del espacio
amurallado.
Este cerco amurallado del núcleo urbano lo realiza, según las fuentes, el infante don Juan Manuel en el año 1.308. En la actualidad sólo se conservan escasos restos de lienzo de muralla en torno a la subida de la calle Santa Bárbara. La reconstrucción del trazado original presenta diversos problemas, atendiendo a la falta de datos tanto históricos como arqueológicos.
El recorrido original de la muralla medieval se iniciaría por el noroeste, desde el castillo hacia la Calle del Muro, donde se aprecian los mejores restos de la misma, siguiendo el recorrido hacia la llamada "Puerta de Almansa". Tras esta puerta, la muralla bajaría paralela a la Calle Joaquín María Pérez, girando antes de llegar a la Corredera. Discurriría seguidamente a la altura de la Calle Revueltas hasta la Calle Tarruella, donde se encontraría la "Puerta del Molino". Desde aquí seguiría el trazado de forma rectilínea paralelo a la Corredera por la Calle Quevedo. En este punto resulta ya difícil el momento de inflexión de la muralla hacia el noreste, y lo haría presumiblemente por algún punto de la Calle Maestro Caravaca. Tras un pequeño tramo se encontraría la entrada de la villa por la Calle Mayor, desde la Plaza Mayor, donde se situaría la llamada "Torre del Orejón". Tras otro pequeño recorrido paralelo a la Calle Mayor, giraría nuevamente al noreste paralela a la Calle Santa Bárbara, por donde se sitúa la ermita de este nombre, hasta alconzar una de las esquinas de la barbacana del castillo de la Atalaya.
De los tramos originales de murallas que cercaban la ciudad cristiana de Villena podemos documentar las tres puertas principales de ésta: La Puerta de Almansa (camino de Castilla); la Puerta del Molinico (camino de Murcia), y la Puerta de la Villa (camino de Alicante y Valencia), aunque se desconocen los diversos portones menores que se abrirían a lo largo de la muralla.
En cuanto a las torres que se incluirían en el recinto murado, no se han encontrado restos de ninguna de ellas, aunque no obstante se pueden situar dos de las que enmarcaban cada una de las puertas mayores de la ciudad, destacando que una de ellas, la de la Puerta Mayor de la Villa, sería el basamento de la Torre del Reloj, como se cita en el compendio de J. Montesinos de finales del siglo XVIII: "... conserva una puerta llamada de la Villa sobre la que está colocada la Torre del Reloj público...". Otras torres que se pueden documentar son la Torre de Pedro el Bueno, que se situaría entre la Calle José María López y la Corredera a la altura del callejón que desemboca a la Calle Revueltas, y la Torre de la Cigüeña, frente a la Plaza Mayor, junto a la Torre del Orejón, y que se puede distinguir en el plano de Palomino del siglo XVII.
Este cerco amurallado del núcleo urbano lo realiza, según las fuentes, el infante don Juan Manuel en el año 1.308. En la actualidad sólo se conservan escasos restos de lienzo de muralla en torno a la subida de la calle Santa Bárbara. La reconstrucción del trazado original presenta diversos problemas, atendiendo a la falta de datos tanto históricos como arqueológicos.
El recorrido original de la muralla medieval se iniciaría por el noroeste, desde el castillo hacia la Calle del Muro, donde se aprecian los mejores restos de la misma, siguiendo el recorrido hacia la llamada "Puerta de Almansa". Tras esta puerta, la muralla bajaría paralela a la Calle Joaquín María Pérez, girando antes de llegar a la Corredera. Discurriría seguidamente a la altura de la Calle Revueltas hasta la Calle Tarruella, donde se encontraría la "Puerta del Molino". Desde aquí seguiría el trazado de forma rectilínea paralelo a la Corredera por la Calle Quevedo. En este punto resulta ya difícil el momento de inflexión de la muralla hacia el noreste, y lo haría presumiblemente por algún punto de la Calle Maestro Caravaca. Tras un pequeño tramo se encontraría la entrada de la villa por la Calle Mayor, desde la Plaza Mayor, donde se situaría la llamada "Torre del Orejón". Tras otro pequeño recorrido paralelo a la Calle Mayor, giraría nuevamente al noreste paralela a la Calle Santa Bárbara, por donde se sitúa la ermita de este nombre, hasta alconzar una de las esquinas de la barbacana del castillo de la Atalaya.
De los tramos originales de murallas que cercaban la ciudad cristiana de Villena podemos documentar las tres puertas principales de ésta: La Puerta de Almansa (camino de Castilla); la Puerta del Molinico (camino de Murcia), y la Puerta de la Villa (camino de Alicante y Valencia), aunque se desconocen los diversos portones menores que se abrirían a lo largo de la muralla.
En cuanto a las torres que se incluirían en el recinto murado, no se han encontrado restos de ninguna de ellas, aunque no obstante se pueden situar dos de las que enmarcaban cada una de las puertas mayores de la ciudad, destacando que una de ellas, la de la Puerta Mayor de la Villa, sería el basamento de la Torre del Reloj, como se cita en el compendio de J. Montesinos de finales del siglo XVIII: "... conserva una puerta llamada de la Villa sobre la que está colocada la Torre del Reloj público...". Otras torres que se pueden documentar son la Torre de Pedro el Bueno, que se situaría entre la Calle José María López y la Corredera a la altura del callejón que desemboca a la Calle Revueltas, y la Torre de la Cigüeña, frente a la Plaza Mayor, junto a la Torre del Orejón, y que se puede distinguir en el plano de Palomino del siglo XVII.
Galería fotográfica:
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