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Este Blog va dedicado a todos los amantes de la Arqueología y Castellología alicantinas, y en especial a todos los alicantinos, para que aprecien y disfruten de nuestro Patrimonio Histórico y Cultural, que es mucho.

En él no sólo podrán ver los castillos, fortalezas y torres propiamente dichos, sino que nuestro catálogo de Castillos de Alicante incluye todas las fortificaciones de carácter militar y/o defensivo, a través de la Historia de Alicante, desde la Prehistoria hasta nuestros días.

Si es de vuestro agrado, nos sentimos contentos y nuestro trabajo no habrá sido en vano.

Gracias por vuestra visita...

Ximo G. Rico. Presidente Asociación "Amigos del Castillo de Elda"

Elda, Septiembre de 2.013

lunes, 16 de septiembre de 2013

Castillo de San Fernando (Alicante) CA-009



Localización:

 El Castillo de San Fernando se encuentra ubicado en la misma ciudad de Alicante, no muy lejos del aún más conocido Castillo de Santa Bárbara, verdadero emblema de la ciudad de Lucentum. Su emplazamiento está en  una loma que domina la ciudad y que recibe el nombre de El Tossal.


Localización en Google Maps

Vista del Castillo de San Fernando en Google

 Se encuentra ubicado en la parte alta de la ciudad, y a él se accede por una calle al final de la Avda. Benito Pérez Galdós, a los pies del Instituto de E.S. Jorge Juan, que nos lleva directamente a sus puertas. Se encuentra perfectamente señalizado en los carteles del centro de la ciudad, y como referencia os diremos que hay que tomar la dirección norte de la Plaza de los Luceros.


Localización en el mapa topográfico

Historia:

 La construcción del Castillo de San Fernando es muy posterior al de Santa Bárbara. De hecho, se edificó muchos años después, durante la Guerra de la Independencia, para completar la línea de defensa de la ciudad que hasta ese momento sólo estaba representada por el Castillo de Santa Bárbara. En realidad se trata de un "baluarte" más que de un castillo propiamente dicho.

 Debido a la citada guerra y a un estudio encargado al ingeniero Pablo Ordovás, la Junta de la Guerra decidió, en 1.809, que se amurallase el monte Tossal y el cerro de San Francisco cercano. Todo ello en aras de impedir un hipotético desembarco francés en la ensenada o un ataque por el flanco Oeste, lo que hoy corresponde al barrio alicantino de San Blas.

 La fortificación se finalizó en el año 1.812 y se realizó mediante el concurso de toda la población de Alicante, dirigiendo los trabajos el mismo ingeniero militar Pablo Ordovás.

 Recibió el nombre de San Fernando en honor al rey Fernando VII, y es un perfecto y bien conservado ejemplo de fuerte fusilero, de los que eran habituales en el siglo XIX.


Otra vista del Baluarte de San Fernando


 Su estructura está formada por un gran torreón central, rodeado de murallas abaluartadas en sus esquinas., con todos los elementos propios de las fortificaciones creadas para el tiro y defensa en el uso del fuego artillero, contando, además, con un foso, que daba paso a la entrada de la fortificación por la Puerta de los Leones mediante un antiguo paso levadizo.

 Para el caso de posibles asedios, la fortaleza contaba con dos grandes aljibes para el abastecimiento de agua a sus moradores para un largo tiempo.




Escudo de la ciudad de Alicante

Estado actual:




Plano del Castillo de San Fernando

 El Castillo de San Fernando, al igual que ocurre con el caso del de Santa Bárbara, es un perfecto ejemplo de arquitectura militar restaurada y bien conservada, si bien es cierto que sus avatares bélicos e históricos son muchísimo menos densos que el de aquél.

 La rapidez con que se construyó la fortaleza hizo que a los pocos años el baluarte principal se agrietara y por ello, quedase en desuso. Realmente no tuvo que intervenir prácticamente en acciones bélicas durante la Guerra de la Independencia, para lo que fue levantado.

 Su planta es como la de una flecha en dirección Norte, cuyo extremo Sur lo forma el gran baluarte circular a modo de gran plataforma sobre la ciudad, con una altura considerable que se eleva sobre la rampa de acceso, que se extiende en su flanco de levante con puertas con pilastras acabadas en leones sedentes y foso, terminada en el año 1.812.

 El remate norte de la fortificación es un gran "revellín" separado del conjunto por un impresionante foso que lo rodea. Este exquisito ejemplo de arquitectura militar neoclásica de principios del siglo XIX, es hoy un hermoso parque, que conservando su fisonomía original, está actualmente bien integrado en el ordenamiento urbano de Alicante y alterna los elementos arquitectónicos propios de la moderna ciudad con sus cuidados y bellos jardines, que invitan al recogimiento y al paseo por este pedazo de la historia de Alicante.

 Su planta es de forma irregular, pese a la presencia de varios baluartes en punta. Sus dependencias quedan dispuestas en varias plataformas que descienden por la ladera de Levante.

 Las fábricas son de muros de mampostería irregular, trabada con mortero de cal y arena. Las esquinas y parte de los antepechos del remate situado por encima del bordón, presentan fábricas de ladrillo macizo.

 Un potente torreón de forma troncocónica resulta ser la forma plástica que lo caracteriza. En realidad es una pieza que rodea una parte del monte sobre el que se ubica el fuerte, puesto que no está hueco.

 Está construido en sillería hasta la mitad de su altura, y sillarejo y mampostería la mitad superior. Existe un amplio y profundo foso seco, situado en el lado norte, que separa el recinto principal de las antedefensas. 

En su extremo sur se dispone un monumental baluarte de planta circular de base alamborada al que se le enfrenta un revellín de planta poligonal, estando ambos unidos por una muralla dispuesta en zig-zag. Aparecen además otros dos baluartes de dimensiones más pequeñas, batiendo los frentes más vulnerables del propio monte, que además contaba con un foso que llegaba hasta el acceso, al cual se accedía por una larga y costosa rampa que finalizaba en el frente este, en una puerta de ingreso directo con dos jambas cuadrangulares apilastradas y acabadas en leones sedentes sobre sus cuartos traseros y con la boca ligeramente abierta, que parece fue acabada en el año 1.812. Remata el conjunto un impresionante foso que rodea el acceso y el revellín por su parte norte, y que estaría dotado, probablemente, de un puente retráctil. En el interior albergaba las dependencias para el alojamiento de las tropas, cubiertas con bóvedas a prueba de fuego artillero y una cisterna de medianas dimensiones.


 Los planos del proyecto eran inéditos hasta que, con motivo de la producción de una exposición sobre la “maldita Guerra de España”, como se conocía el conflicto acaecido por la invasión napoleónica a principios del siglo XIX (Muñoz Lorente, 2014), una búsqueda instigada por el profesor Emilio Soler y puesta en marcha por el que suscribe y la pericia de los responsables y técnicos del Archivo General Militar de Madrid, facilitó el hallazgo de tres planos con plantas de ubicación, general y secciones con los detalles del proyecto redactado por el ingeniero militar Pablo Ordovás, sufragado con un fuerte préstamo realizado por los comerciantes de la ciudad, y ejecutado entre los años 1.809 y 1.813, con el objetivo de ser una prisión y reforzar las posibilidades defensivas del cercano Castillo de Santa Bárbara. Los planos muestran que, junto a las defensas del fuerte en lo alto del cerro, se habrían proyectado diversos baluartes situados en la ladera que, finalmente, no fueron realizados dado el inútil e inédito destino de esta fortificación.

Selección de fotografías antiguas:















 Galería fotográfica:


























Algunas fotos de la visita cursada el día 03-06-18:










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